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lunes, 4 de julio de 2022

INDEPENDENCE DAY

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                     ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                                       

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

Me ha parecido que hoy, cuatro de julio, sería un buen día para reseñar esta película. Considero a Independence Day (Dia de la Independencia) la última gran película de invasiones alienígenas. Se han hecho otras después, pero todas demasiado serias o demasiado cómicas, demasiado baratas o demasiado pretenciosas. Independence Day, en cambio, está en un punto de equilibrio perfecto entre el drama y el humor, la aventura y la épica. La historia es entretenida, es emocionante (tiene incluso algún que otro toque ridículo, para descargar tensión) y los efectos especiales no han deslucido nada en los veintiséis años que han pasado desde que se estrenó. Se ha convertido en una de esas películas atemporales como Alien 2 o la primera de Matrix, que personalmente no me canso de ver.

En pleno 1996 alguien tuvo la ocurrencia de hacer una película de invasiones alienígenas a la antigua usanza, con naves espaciales en forma de clásicos platillos volantes que llegan sin avisar y empiezan a destruir ciudades porque sí. No es solo un homenaje a la ciencia-ficción de los 60-70, sino que todo el proyecto se acometió como se hacían las películas en esa época: el guion se escribió en un mes, desde su primer borrador a la versión definitiva, una semana después la película ya estaba en marcha, y se rodó íntegramente en poco más de setenta días. Quizá por eso tantas superproducciones actuales tienden a fracasar. Se toman demasiado tiempo para escribirlas y demasiado tiempo para filmarlas, y la frescura y la ilusión iniciales se pierden por el camino a medida que más y más gente va metiendo mano en ellas.  

Lo que la película hace muy bien, es que nos cuenta la historia desde tres perspectivas a la vez. Tenemos por un lado a Whitmore (el presidente de los Estados Unidos) y su gabinete de consejeros (entre los que incluyo a David, el personaje de Jeff Goldbum) que nos dan la visión de conjunto. Por otro lado, tenemos a Steven (Will Smith en una de sus primeras películas), un piloto de la Fuerza Aérea que protagoniza las escenas de acción y el combate directo contra los alienígenas, dándonos una perspectiva más cercana al asunto. Por último, tenemos a Russel, un hombre fracasado y alcoholizado que aparentemente no puede hacer nada más que huir de la amenaza. Aunque su línea argumental es la menos desarrollada de todas, personalmente la encuentro la más interesante. Russel representa al ciudadano promedio, que rehúye los problemas globales en la creencia de que no puede hacer absolutamente nada por solucionarlos, hasta que un día se le presenta la oportunidad de cambiar las cosas. 

Todo comienza cuando una gigantesca nave alienígena se aproxima a la Tierra. Como descubriremos más adelante, no quieren conquistar el planeta, solo saquearlo. Son una raza errante, un ejército nómada que no se establece en ningún lugar, y se limita a viajar de un mundo a otro despojándolo de todos sus recursos antes de partir hacia el siguiente. Y precisamente el siguiente de su lista es la Tierra. Agua, oxígeno, minerales, vegetación y vida animal comestibles… la Tierra tiene todo lo que esta raza precisa.

De la gigantesca nave nodriza parten otras, esparciéndose alrededor del mundo para lanzar un ataque coordinado. No dan ningún aviso ni tratan de llegar a ningún acuerdo. Así como el que asfalta un solar para hacer un aparcamiento no se pregunta en que pensarán al respecto las hormigas que viven en ese solar, la mentalidad alienígena ni tan solo concibe la idea de establecer ningún tipo de lazo con los habitantes de la Tierra. Simplemente ocupan sus posiciones y descargan sus armas contra los mayores núcleos de población mundial. Ni tan solo se plantean el asunto como una guerra, sino como una operación de exterminio. 

La reacción de los humanos no se hace esperar. Se organiza a toda prisa un contraataque mediante cazas de combate, pero las naves alienígenas están protegidas por un campo de energía. Los misiles que les lanzan estallan inofensivamente contra estos escudos, que ni tan solo las armas atómicas consiguen penetrar.

El presidente y los restos de su gabinete se refugian en el Área 51, donde elaboran un plan a la desesperada para acabar con los alienígenas: reparar el ovni que se estrelló en Roswell en 1947 (que resulta ser un vehículo de exploración de la raza que les está atacando) para tratar de llevar un virus informático y una cabeza nuclear hasta el interior de la misma nave nodriza. Este último intento será una misión a contrarreloj porque una de las grandes naves se dirige ya hacia el Área 51 para destruirla.

Detalles que encuentro interesantes; el ataque inicial de los alienígenas es visualmente demoledor. La primera vez que lo veías en el cine te dejada temblando de la emoción. De hecho, la misma escena de la aparición de las grandes naves sobre las ciudades te producía esa sensación que "ver por primera vez a los dinosaurios" de Jurassic Park. Por muchas naves alienígenas que hubieras visto antes en otras películas, las de Independence Day te hacían sentir como si estuvieras viendo una por primera vez. El metraje está lleno de escenas geniales con naves espaciales, por ejemplo, la del primer disparo, en la que la nave destruye un rascacielos cuya azotea estaba llena de gente dándole la bienvenida. El primer y desastroso encuentro entre los cazas norteamericanos y la oleada de pequeñas naves de combate, hasta ese momento desconocidas. La persecución a través del escarpado, o el ataque a la base de El Toro, son todo escenas muy bien conseguidas, como un Top Gun con alienígenas de por medio.

El tema de tratar de desbaratar los ordenadores de la nave nodriza con un virus informático; recordemos que la película es de 1996. Internet era todavía algo relativamente nuevo y el concepto de virus informático transmitido de un ordenador a otro sin una conexión física era algo un poco nebuloso para la mayoría de la gente. Que los alienígenas no tuvieran una forma de atajarlo podría considerarse un fallo, pero si toda la raza tiene un objetivo común y no se han encontrado antes con otros seres que hayan desarrollado un sistema informático similar al suyo, es posible que simplemente nunca hayan necesitado antivirus. La forma en que todo esto se nos cuenta en la película puede sonar a día de hoy un tanto infantil, pero en su momento encajaba a la perfección. Y naturalmente, añadimos al plan un pepino nuclear, por si el virus falla. Siempre es bueno contar con un Plan B, y mejor si es uno de esos Planes B que explotan. El lavado de cara de las armas nucleares también es un tópico de la ciencia ficción norteamericana, ya sea el problema una invasión alienígena, un meteorito, el núcleo de la Tierra que deja de girar, el sol que se apaga, o un portal dimensional bajo el mar del que brotan kaijus. Todo se soluciona a base de kilotones.

La extraña tecnología alienígena; algunos de ellos van embutidos en un traje orgánico que es en realidad otra criatura a la que han matado y eviscerado para meterse en ella. Disponen de unos finos tentáculos con los que aparentemente pueden conectarse al sistema nervioso y muscular de otros organismos y controlarlos. Esto les permite usar a otros seres como armadura y refuerzo, empleando las extremidades del organismo anfitrión para desplazarse, luchar y manipular. Quizá esta conexión permita también mantener vivo de algún modo el tejido orgánico que visten, para evitar o retrasar su descomposición. Hay una escena en la que uno de estos alienígenas enrolla un tentáculo en torno al cuello de un humano y habla en inglés a través de su boca. Y tras el estreno de la película, en los salones arcade pudimos ver Área 51, una recreativa que continuaba directamente la historia. En ese arcade (con pistolas físicas con las que disparar contra la pantalla, al estilo House of the Dead) un grupo de alienígenas supervivientes habían tomado el Área 51 y la mayor parte de los adversarios a los que nos enfrentábamos eran los cadáveres revividos de los soldados, actuando como zombis. 

Y, sobre todo, está la idea de la colaboración internacional ante una amenaza común. Bastan dos días para que países tradicionalmente enemigos luchen codo con codo ante la perspectiva de un exterminio total. También es cierto que cuando se hizo esta película, antes de la aparición de las políticas identitarias, la gente estaba mucho más unida y era más tolerante de lo que es ahora, y el público occidental aceptaba sin problemas héroes de todos los países, colores, religiones y condiciones. Hay lugar incluso para un pequeño mensaje ecologista, pero de nuevo, estamos hablando de una época en que la ecología era un ideal y no un negocio. Como el presidente Whitmore advierte al inicio de la película, entre defender un ideal y esconderse tras él solo hay un paso.

Tiene toques de humor muy básicos repartidos por aquí y por allí, pero hay otros más sutiles, como el noticiero en el que las autoridades de Los Ángeles piden a los ciudadanos que dejen de disparar de una vez sus pistolas contra la nave que hay sobre la ciudad, no vaya a ser que desencadenen una guerra intergaláctica. O el momento en el que el piloto Steve exclama “¡Paz!” al tiempo que hace el signo de victoria con los dedos y envía una cabeza nuclear contra la sala de mando de la nave nodriza, mientras se fuma un puro. Otra escena que probablemente hoy en día no se podría mostrar.

La película dura algo más de dos horas en su versión DVD (se acortó en su pase para los cines) y tiene un poco de todo y un demasiado de nada. Hubo críticos que se quejaron de los efectos especiales (luego resulta que ganó un Oscar por ellos, cuando los Óscar aún significaban algo), otros que la encontraron demasiado patriótica (como si amar a tu país fuera algo malo), y también algunos encontraron la trama demasiado simple (a pesar que ganó el Saturn a la mejor historia de ciencia ficción de ese año). ¿Y qué opinó el público? Pues él publicó la convirtió en la película más taquillera de la historia. No conservó el título mucho tiempo, porque al año siguiente se estrenó Titanic…  

Para terminar, hace un par de días comentamos la de La Tierra contra los platillos volantes, y hay unos cuantos puntos en común entre ambas que quisiera destacar. El primero y más evidente, es que Independence Day casi parece una actualización de esta. Los alienígenas no esconden sus intenciones. Dejan claro desde el inicio a lo que vienen, aunque en Independence Day son más agresivos. También en ambos casos los alienígenas no tienen un planeta propio al que regresar, y no hacen ningún intento de retirarse, luchando hasta caer el último de ellos incluso cuando las tornas se vuelven en su contra. Es posible que el gasto de recursos que les supone viajar de un mundo con vida a otro les imposibilite el simplemente marcharse sin recargar las bodegas y probar en otro sitio. Se repite así mismo el tema del escudo de energía impenetrable por un lado y el que los alienígenas sean extremadamente débiles físicamente y deban recurrir a armaduras (metálicas en una película y orgánicas en otra) para poder desplazarse. La forma en la que son derrotados también es similar: desactivando sus naves con emisiones de microondas en un caso y con un virus informático en el otro, tecnología puntera del momento en ambos casos, cuyas prestaciones y verdadero potencial el gran público aún no tenía claras del todo. Puede que Independence Day no sea un remake inconfeso de La Tierra contra los platillos volantes, pero creo que de forma consciente o no se inspiró en ella.   

Tuvo una continuación muy tardía y forzada. El guionista/director ya afirmó en su momento que concibió la primera como entrega única, sin intención de continuarla. Pero el dinero (y quizá la falta de ideas) manda, y se hizo una segunda parte veinte años después que además contradecía a la primera en algunos aspectos. Esta segunda parte me decepcionó en la misma medida que la primera parte me gustó. Se anunció también una tercera parte si la segunda era un éxito. No lo fue, y ahí terminó la historia. Al menos, por el momento.

En algún futuro cuatro de julio, si seguimos todos por aquí y os parece bien, comentaremos la novela.

Independence Day. 1996. Roland Emmerich, Dean Devlin (guion) Roland Emmerich (director) Will Smith, Jeff Goldblum, Bill Pullman, Randy Quaid (actores principales) Margaret Colin, Viveca A. Fox (actrices principales). 20th Century Fox. 

4 comentarios:

  1. Pues esta peli no la he visto. Y tampoco me apetece, los ataques gratuitos me generan tal sensación de indefensión que lo paso mal...

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    1. No la veas si no te apetece, claro, pero me veo en la obligación de advertirte que te pierdes una de las mejores películas del genero y de su época 🤩🛸

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  2. Independence Day es una muy buena película con uno de los mejores tráilers de la historia del cine: día 1 llegada, día 2 ataque…. La segunda llego demasiado tarde y además me dio la sensación que parecía más un capítulo piloto de una nueva serie. Otras de invasiones (para mi gusto) “Invasion a la Tierra” y “Skyline” tan criticada en su día con el tiempo le he cogido cariño.

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    1. ¡Ah! Pues a mí ninguna de esas dos me gusta 😅. "Invasión a la Tierra" me pareció demasiado convencional. En ningún momento tuve la sensación de estar viendo una película de invasión alienígena, sino una de marines americanos contra (por ejemplo) iraquíes, cambiando a los iraquíes por una especie de robots raros, y que en lugar de pelear por el petróleo peleaban por el agua. Para mí "Invasión a la Tierra" es cine bélico, no ciencia ficción, que es lo que esperaba encontrarme cuando la empecé a ver.
      Y "Skyline" me estaba gustando justo hasta el final. El último minuto de película me pareció una de esas conclusiones extremadamente forzadas que meten cuando han presentado una situación tan ´sin salida´ que, con tal de darle un final mínimamente agradable o esperanzador, se sacan cualquier cosa de la manga para que acabe más o menos bien. Tiene una segunda parte que no he llegado a ver.

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