EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Hoy comentaremos una película de Peter Cushing bastante desconocida, que trata el tema del vampirismo desde una perspectiva un tanto peculiar: una secta de vampiros griegos que emplea a sus víctimas no solo para alimentarse, sino también para explotarlas sexualmente.
A destacar que los “vampiros” no lo son realmente. Se trata de un atajo de drogadictos que juegan a ser vampiros o quizá creen serlo, o que podrán llegar a convertirse en unos a base de beber sangre humana. El titulo original es Bloodsukers (Chupasangres). Está basada en el relato Los doctores visten de escarlata, de Simon Raven.
Un grupo de personas reúnen sus fuerzas para buscar al profesor Richard Fontaine, de la universidad de Oxford. Estas personas son Penélope (su prometida), Walter (el padre de esta y director de la universidad, interpretado por Peter Cushing), Bob Kirby (un alumno de Richard, con el que se sugiere que pudiera mantener una relación homosexual), Tony Seymur (un detective al que el gobierno ha encargado oficialmente la búsqueda de Richard) y Derek Longbow (un contacto de Tony en Grecia, interpretado por Patrick McNee, otro gran actor de la época).
Richard estaba haciendo algún tipo de investigación en Mikonos cuando cayó en manos de esta secta. La líder de la misma es Chriseis, una exuberante mujer que droga e hipnotiza a sus amantes y les llena la cabeza de basura pseudo mística, una mezcla de satanismo y adoración de los antiguos dioses de la Grecia clásica.
El variopinto grupo logra localizar a Richard, que se encuentra sumido en un trance, y lo rescatan de los sectarios dándoles una paliza. No se esgrimen cruces ni se agitan ajos, sino que todo se resuelve a base de puñetazos y patadas. Algunos de los sectarios escapan, y Chriseis está entre ellos.
Tony, Longbow y Bob se empeñan en no abandonar las islas sin detener a la líder. En un segundo encuentro mueren Longbow y Chriseis, que efectivamente no tenía nada de vampira y se mata al caer desde lo alto de una escalera. Hay bastantes puntos en el metraje en los que se habla del vampirismo como una desviación sexual, y ese es el tratamiento que se le da en la película.
De vuelta a Londres el asunto parece haberse solucionado. Richard y Penélope se casan al fin y todos retoman en lo posible sus vidas. Richard, sin embargo, está cambiado. Se muestra mucho más frio que antes con Penélope y sus amigos. En el discurso de su ascenso a director de la universidad, en el que debería reemplazar a Walter al jubilarse este, comienza a despotricar contra el mundo académico, el estado, la sociedad, todos los presentes, y proclama que solo la adoración a los dioses antiguos hace verdaderamente libre a la gente.
Tras provocar un escándalo sale huyendo enloquecido del recinto. Penélope trata de calmarle y entenderle, pero él la mata mordiéndole en el cuello y partiéndole la yugular. Bob y Tony, que salieron de la universidad en su búsqueda, lo encuentran mientras está bebiendo del cuello de Penélope. Richard, totalmente desquiciado por el lavado de cerebro de la secta y las drogas que le administraron, echa a correr sin rumbo, y Bob le sigue. La persecución pasa de las calles a los tejados, y Richard pierde el pie, precipitándose sobre una puntiaguda cerca en la que queda ensartado.
Y a pesar de haber estado toda la película afirmando que los vampiros tal como los describen las leyendas no existen, Bob y Tony entran a escondidas en el depósito de cadáveres y clavan sendas estacas en los corazones de Richard y Penélope. Para asegurarse.
No es ciertamente una de las grandes películas de vampiros de la historia, pero sí es un complemento curioso a este tipo de cine, por darle al tema una perspectiva más realista, muy poco habitual.
Bloodshukers. 1972. Patrick MacNee, Alex Davion, Johnny Sekka, Patrick Mowen (actores principales) Madeline Hinde, Imogen Hassall (actrices principales) Titán International Productions LTD. Editada en DVD por RsR Multimedia.
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