EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
En 1968, cuando George A. Romero estrenó La noche de los muertos vivientes, cometió un error de novato: no registrar la película. Tan pronto como se emitió por primera vez, pasó a ser de dominio público. Esto significa que cualquiera que lo desee (literalmente, cualquiera) puede hacer una continuación, o una nueva versión, o precuela, un comic, novelización, librojuego, juego de mesa o lo que se le pase por la cabeza. Se pueden tomar fragmentos del metraje para añadirlos a otra película, usar la banda sonora, los nombres de los personajes, la historia… y se pueden comercializar todos esos productos sin ningún problema. Es perfectamente legal, mientras el material que se use sea únicamente de la primera película, sin tocar las otras.
El problema que esto trajo, aparte de dejar a Romero sin los beneficios de la más famosa y relevante de sus películas, fue que empezaron a aparecer películas de zombis que se anunciaban como la continuación oficial de La noche de los muertos vivientes. Y el caso es que, técnicamente, lo eran. Al estar libre de derechos, cualquiera que quisiera hacer una continuación y anunciarla como oficial podía legalmente hacerlo. Y naturalmente, la mayoría de esas continuaciones fueron autentica morralla oportunista. Y ojo, no digo que no me gusten 😊, que para las películas de zombis soy muy permisiva.
Esta es del 2001, bastante posterior a cuando salieron la mayoría de estas películas. No se nos dice directamente que sea una continuación o película relacionada con La noche de los muertos vivientes, pero se sugiere, y se recurre a los mismos trucos que se usaban treinta años atrás para que la gente lo creyera, como meter en ella a cuantas personas se pudieran reunir del equipo original.
Tenemos un prólogo protagonizado por Tom Savini, encargado de los efectos especiales de El amanecer de los muertos vivientes (en el que también tenía un papel) y El día de los muertos. Bill Hinzman, que se encargó de la fotografía en La noche de los muertos vivientes (e hizo el papel del zombi que mata al hermano de Bárbara) repitiendo su labor tras las cámaras. Y John A. Russo (coguionista de La noche de los muertos vivientes) haciendo de productor. Con Savini, Hinzman y Russo en los carteles de los cines, no hacía falta anunciarla como parte de la saga, porque la gente ya supondría en automático que lo era.
Lo que tenemos aquí es una historia que tiene lugar quince años después de los sucesos de La noche de los muertos vivientes. Por tanto, está ambientada en 1983 a pesar que se filmó en 2001. Esto la situaría entre El amanecer de los muertos y El Dia de los muertos, lo cual no tiene mucho sentido, puesto que por esas fechas, la plaga de zombis de la saga de Romero ya es algo global y descontrolado, mientras que la película nos muestra un pueblecito tranquilo donde nadie se esperaba ya ver aparecer a los zombis.
Comienza justo donde acaba La noche de los muertos vivientes. Una mezcla de policías y civiles armados está batiendo los campos, acabando con los zombis que deambulan estúpidamente de un lado a otro. Amontonan los cuerpos y les prenden fuego. Hasta las escenas y los encuadres de cámara parecen expresamente hechos para recordar a los del final de La noche de los muertos vivientes, y quizá por ello este prólogo es lo mejor de la película.
Tras limpiar de zombis los campos, el alguacil Hughes (Savini) entra a registrar el granero de la granja Hayes. Allí encuentra a un grupo de niños encerrados en el establo, y se nos cuenta que los zombis no atacan a los niños (lo cual también difiere con lo que vimos en las películas de Romero). Hughes libera a los niños, pero es herido por Abbot Hayes, propietario de la granja y un conocido asesino y violador que murió en prisión, y cuyo cadáver zombificado parece haber regresado a casa por instinto.
Se intenta establecer un vínculo entre Abbot Hayes y el zombi-Hinzman, porque en la Edición 30 aniversario de La noche de los muertos vivientes se añadió metraje que no se pudo filmar en su momento por falta de presupuesto, en el que nos decían que el zombi-Hinzman había sido un asesino de niños. Quizá se pretendía representar al mismo zombi, el primero en volver a la vida, convirtiéndolo así en una especie de líder de los zombis. En la película Zombie Nosh (La venganza de los zombis vivientes), la plaga de zombis es desatada por un zombi interpretado también por Hinzman, y la impresión que dan estas películas es que pretenden hacer ver que en ambas se trata del mismo primer zombi de La noche de los muertos vivientes.
El caso es que el zombi Hayes mata a Hughes y se escabulle. La policía y la milicia ciudadana acaban con el resto de zombis, y pasan catorce años sin que aparezca un solo zombi más. Los niños y niñas que fueron rescatados de la granja Hayes son ahora veinteañeros. Cinco de ellos están saliendo del pueblo en una furgoneta, camino a un concierto, cuando el zombi Hayes se les cruza en la carretera. El conductor se asusta y da un volantazo, con lo que la furgoneta acaba despeñándose por un acantilado y los cinco se matan. La misma noche tras su entierro, Hayes acude al cementerio y muerde a cada uno de los cadáveres, devolviéndolos a la vida y marchándose con ellos, perdiéndose nuevamente en el bosque.
Pasa otro año durante el cual, por lo que parece, los zombis se limitan a permanecer escondidos, como hizo Hayes durante los catorce años anteriores. Un empresario vendedor de coches compra los terrenos del viejo cementerio para abrir allí una sucursal, y los terrenos que adquiere incluyen la granja Hayes.
Aquí ya empiezan a meter muchas historias cruzadas. Es una de esas películas que intenta parecer profunda a base de mezclar muchas líneas argumentales. Además de los zombis, tenemos los trapicheos de la empresa, que incumple la cláusula de trasladar los ataúdes a otro cementerio y simplemente pretende construir encima. El hijo del dueño de la empresa, que es un joven inexperto e idealista, se entera de esto y se enoja con su padre y el capataz de las obras. Al mismo tiempo se siente atraído por la camarera de un restaurante cercano a la obra, que resulta ser la única niña del grupo de rescatados de la granja Hayes que no estaba en la furgoneta el año pasado. Se sugiere también que el alcalde (que no llega a verse) y el sheriff sabían que la empresa no pensaba trasladar los ataúdes pero hacen la vista gorda por la prosperidad que la empresa va a traer al pueblo. Son muchas cosas que realmente interesan de poco a nada al espectador, que se limita a observar la pantalla preguntándose “¿Pero cuando van a llegar a la fábrica de fuegos artificiales a aparecer los zombis?”
Pues aparecen al final. Faltando unos veinte minutos para el final se deciden a aparecer de forma masiva. Algunas personas se encierran en el restaurante para resistir allí el asedio de… de una docena de zombis, aproximadamente. Por boca del sheriff se nos conecta esta historia con La noche de los muertos vivientes. Este nos cuenta que en 1968, un satélite que había estado explorando Venus se averió a su regreso a la Tierra y se estrelló en la región. Las radiaciones desconocidas que emanaban de él devolvieron a los muertos a la vida, convertidos en devoradores de carne. El brote se contuvo y al parecer la noticia no trascendió, porque nadie de fuera del pueblo sabe nada de los zombis. Añade que se produjo otro brote en 1986 y que se atajó de un modo chapucero. Esto quizá sea un intento de conectar también esta película con la de El regreso de los muertos vivientes, que es de 1985 (puede que no se estrenara hasta el año siguiente) y en la que igualmente se hacía referencia a La noche de los muertos vivientes.
El grupo de humanos que hay dentro del restaurante es mayor que el de zombis que hay fuera, están a resguardo dentro del edificio y cargados de armas de fuego. Y tienen la brillante idea de salir todos corriendo del restaurante para enfrentarse a los zombis cuerpo a cuerpo. Unos genios. Hay uno que se pone a lanzar cartuchos de dinamita y acaba volándose por los aires a sí mismo. Aun teniendo superioridad numérica y armamentística, cuesta creer que lleguen a ganar a los zombis con el nivel de torpeza que exhiben.
Tras un poco emocionante combate final, vemos como el zombi de Hayes, que es el único que ha quedado en pie, se aleja lentamente perdiéndose en la noche. Quizá hasta que reúna a otro grupo de zombis con el que volver a intentarlo.
Puedes ver una reseña sobre otra película de zombis pulsando aquí.
Children of the living dead. 2001. Karen Lee Wolf (guion) Tor Ramsey (director). Marty Schiff, Matthew Michaels (actores principales) Jamies McCoy (actriz principal). Lionsgate Home Entertainment.
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