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martes, 25 de abril de 2023

PSICOMANIA

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                       

 Presentado por... Pecky.

¡Saludos, amigos cinéfagos! 

Hoy nos adentramos en el mundo de la espeluznación y lo horripiloso con esta película inglesa de 1973, distribuida en los Estados Unidos como The Death Wheelers (que vendría a ser algo como Los muertos sobre ruedas). Es una mezcla de satanismo y cine de moteros bastante curiosa. Algo floja para los estándares actuales, pero con una premisa interesante. Es una de las pocas películas de las que me gustaría ver un remake con efectos especiales y nivel de violencia actualizados.

Sigue la historia de Tom, líder de una pandilla de gamberros motorizados que se hacen llamar Los muertos vivientes. Básicamente, son un puñado de perdedores, extraña mezcla de vándalos y hippies, que se dedican a provocar accidentes de tráfico y molestar todo lo posible a la gente por simple diversión. Tom es también un iniciado en el satanismo, pero no se lo toma demasiado en serio. 

Su madre, la sra. Latham, es una rica dama de la alta sociedad que organiza sesiones de espiritismo y tiene un pacto con las fuerzas de la oscuridad. Estas le han otorgado la inmortalidad e invulnerabilidad ante todo daño. También Shadwell, el criado de la familia, goza de este don. El padre de Tom, en cambio, trató de obtenerlo pero en lugar de ello simplemente murió, aparentemente porque su fe en Satán (que se les presenta bajo la forma de un sapo verrugoso) no era lo bastante fuerte. 

Tom también desea este don y se lo reclama a su madre, que se muestra reticente a ello. No cree que Tom pueda estar preparado todavía para recibirlo y hacer un uso adecuado de él. Intenta disuadirlo, pero termina cediendo. Entrega a Tom un amuleto con el relieve de un sapo y lo hace pasar a una sala. Es la misma sala en la que murió su padre cuando trató de obtener el don él mismo. Encerrado en la sala, Tom tiene ataques de pánico y visiones que parecen mostrarle como, siendo un bebé, el alma que su madre vendió a Satanás a cambio de poder no fue la suya propia, sino la de él. A pesar de ello, cuando Tom abandona la sala está más decidido que nunca a seguir con su plan y obtener el don. Su madre le revela que en realidad lo único que necesita es suicidarse teniendo la plena convicción de que Satán va a devolverlo a la vida. 

Tras unos cuantos actos de vandalismo gratuitos por la ciudad, Tom se lanza con su moto desde lo alto de un puente y se mata. A petición de Abby, la novia de Tom, la sra. Latham autoriza a la pandilla a que ellos mismos lo entierren según crean conveniente. Los moteros cavan una fosa en un paraje abandonado conocido como La Colina de las Siete Brujas. Una vieja leyenda cuenta que los siete dólmenes que se alzan en él son en realidad brujas que rompieron su pacto con Satán y fueron convertidas en piedras conscientes, para permanecer paralizadas allí por toda la eternidad. Los pandilleros cavan una fosa, trenzan coronas de florecitas, cantan algunas canciones melancólicas mientras tocan la guitarra, y lo entierran en vertical subido sobre su moto. Y no a mucha profundidad, que eso de cavar cansa. 

Al día siguiente un desafortunado conductor sufre una avería y cruza a pie la Colina de las Siete Brujas. Tom sale disparado de la fosa intacto, impoluto incluso, y arrolla sin más al conductor. A continuación reposta combustible en una gasolinera y mata al empleado cuando este pretende cobrarle, demostrando haber adquirido también una fuerza inhumana. Su siguiente parada es un bar, donde hace una llamada telefónica a su madre para decirle que ha vuelto, y luego mata a la chica que le prestó el dinero para la llamada y a dos clientes del bar que salen en defensa de la joven. El saberse invulnerable ha acabado con la poca sensatez que había en él. 

Tom se presenta ante su banda y los convence para que obtengan el don ellos también. Uno tras otro van suicidándose o muriendo en accidentes que provocan ellos mismos, plenamente convencidos de que Satán va a devolverlos a la vida. La mayoría no dudan, puesto que tienen al mismo Tom revivido ante sus ojos. Pero uno de los chicos se arrepiente en el último momento, cuando ya no podía echarse atrás, y muere sin regresar. 

Con su recién adquirida invulnerabilidad y superfuerza, Los Muertos Vivientes (que ahora sí hacen honor a su nombre) se dedican a provocar destrozos por la ciudad y matar policías o gente al azar.

Abby, que es la que menos claro tiene todo el asunto, intenta suicidarse en su casa con una sobredosis de somníferos, pero despierta en el hospital estando todavía viva. Está realmente enamorada de Tom (del antiguo Tom, al menos) pero no se atreve a intentar suicidarse de nuevo. Como la muerte debe ser por suicidio, Tom y los otros de la banda no pueden matarla, así que se reúnen en la Colina de las Siete Brujas y la presionan para que se mate ella misma.

Mientras tanto, la madre de Tom decide romper su pacto con las tinieblas. Ella quería ser inmortal, pero dañar a la gente no formaba parte de sus planes. Se siente responsable de todas las muertes provocadas por su hijo y Los Muertos Vivientes. Y además, Abby le pareció una buena chica desde el principio, alguien que todavía podría enmendar su vida sin la influencia del resto del grupo.

 

Sabiendo que ahora no hay poder humano que pueda detener a Tom, la sra. Latham renuncia a su don, y es transformada en un sapo como castigo. Y puesto que Tom formaba parte del pacto, también él y por extensión toda su banda son castigados. Ante la atónita mirada de Abby, sus antiguos amigos se transforman en bloques de piedra, que se unen a los que ya moraban en la Colina de las Siete Brujas, confirmándonos de paso que la leyenda sobre el lugar era real. 

Vista desde la perspectiva actual la película puede resultar algo ingenua, pero ver una película antigua desde una perspectiva moderna es lo mismo que sacar una frase de contexto para tratar de dejar mal a quien la dijo. En su momento era una película de acción frenética y violenta, y por eso creo que no le vendría mal un remake para actualizar los niveles de acción y violencia a los actuales. Y quizá darle un toque más siniestro, a lo Evil Dead, pero sin cambiar la esencia de la historia. 

Algo curioso que vemos durante el film, es que la invulnerabilidad y fuerza aumentada de los moteros parece transmitirse a sus motos cuando están sobre ellas. Hay una escena en la que Tom atraviesa un muro de ladrillos con la moto, sin inmutarse y sin que esta sufra daño, y en varias ocasiones los miembros de la banda arrollan a peatones matándolos al instante, incluso si solo les dieron un golpe de refilón o a baja velocidad.

Otro detalle a destacar es Shadwel, el mayordomo de la familia. Aunque se mantiene en segundo plano, vemos que sus conocimientos sobre magia negra son tan grandes como los de la sra. Latham. Y por lo que comenta Tom, ya era inmortal desde mucho antes que lo fuera su madre. A mí me da la impresión que es él realmente quien controla la situación e influye a los otros personajes para que actúen como a él le conviene, pero no hay nada en la película que nos confirme esto. 

Psychomanía. 1973. Arnaud d'Usseau, Julian Halevy (guion) Don Sharp (director) Nichy Henson, George Sanders (actores principales) Beryl Reid, Mary Larkin (actrices principales). Benmar Productions. 

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