EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Saludos, amigos cinéfagos!
Vamos a comentar juntas estas dos porque son películas que no vale la pena resumir por separado. ¡Su hilo argumental es tan fino como un verdadero hilo! Y esto podría parecer una crítica negativa, pero en este caso no lo es, al contrario. Siempre he pensado que lo más importante de una historia no es tanto lo que nos cuenta (porque todas las grandes historias ya están contadas, de un modo u otro) si no la forma en que lo cuenta.
Esta es una historia puramente sensorial. Hay que verla y oírla, no razonarla, porque todo lo que tiene que mostrarnos lo hace con la imagen, la música, los tonos de las voces, los exagerados efectos de sonido y las referencias a otras historias. En cualquier otra película todo esto también es importante, desde luego, pero en esta son los pilares de la historia, no un adorno a la misma.
Argumentalmente hablando, Kill Bill es lo más simple que hay: una persona sufre a manos de otras, y tan pronto como tiene capacidad para hacerlo busca la forma de vengarse de ellas. ¡Es quizá el argumento más repetido del cine y la literatura! Es León el profesional, es El conde de Montecristo, es Escupiré sobre tu tumba, Moby Dick, Sweeney Todd, Conan el bárbaro, John Wick, El Cuervo, Gladiator, Los hermanos corsos, El puño de la Estrella del Norte, V de Vendetta, Viernes 13, Hamlet, y miles más. Una historia ya contada hasta la extenuación. Lo importante no es tanto la historia si no como se cuenta. La carne alrededor del hueso, que después de todo es lo que nos comemos. Y en ese sentido, Kill Bill es carne de primera.
Kill Bill significa literalmente Matar a Bill, que es “el malo” de esta historia, y el leit motiv de la protagonista, pero tiene un doble sentido. En inglés, bill es también recibo o factura, por lo que, de una forma figurada, kill bill también podría entenderse como matando la factura. Dicho en español sería saldando cuentas o ajuste de cuentas.
La protagonista es Beatrix. La película empieza con ella embarazada y agonizando. Alguien ha irrumpido en el ensayo de su boda, matando a todos los asistentes. Lo único que sabemos en este momento es que ella conoce a los asesinos, y que el bebé que espera no es de su prometido, sino del hombre que le dispara a la cabeza para rematarla. Los asesinos se marchan dándola por muerta. Tras cuatro años de coma, y sin saber que ha sido de su bebé, despierta para iniciar su venganza. Una venganza de tales proporciones que hará que lo ocurrido en el ensayo de su boda parezca una riña de patio de preescolares.
Su pasado y el porqué de lo que le hicieron se nos va revelando poco a poco, contado en forma de recuerdos o conversaciones entre otros personajes. Así es como nos enteramos que los responsables de la carnicería son un grupo de asesinos a sueldo conocido como el Escuadrón Víbora Letal. Estos sirven a un tal Bill, al que se nombra continuamente pero que no conoceremos hasta el inicio de la segunda película. La propia Beatrix fue una de ellos, una asesina más. Trató de abandonar esa vida al quedarse embarazada, y el ataque al ensayo de su boda fue simplemente la reacción de Bill y el resto del grupo a su deserción.
La película está planteada desde el punto de vista de Beatrix, porque de alguna forma hay que contarla. El público tiene que identificarse o ponerse del lado de uno de los bandos para así tener una mayor implicación emocional con la trama. Yo personalmente soy más reacio a aceptar este tipo de personajes “malos redimidos” que a los simplemente “buenos”. ¿Es moralmente justificable que Beatrix quiera vengarse por lo que le hicieron, teniendo en cuenta que durante muchos años ella mató desconocidos por dinero? ¿Y que si hubiese sido otro miembro del grupo quien lo hubiese abandonado sin permiso de Bill, ella misma habría participado en su ejecución? ¿Tenían derecho Bill y las Víboras a hacerle a Beatrix lo que le hicieron cuando los abandonó, si esas son las normas que tienen para esos casos y ella las aceptó al entrar a formar parte del grupo? ¿El mero hecho de querer cambiar de vida es motivo suficiente para perdonarle todos sus crímenes anteriores a un asesino o un terrorista, sin que deba afrontar ninguna consecuencia negativa por sus actos pasados?
La respuesta a estas preguntas puede ser tanto sí como no, según la mentalidad de cada uno, pero siendo justos, debería ser la misma para todas. Como dice uno de los personajes: La venganza nunca es un camino recto. Es un bosque, y como en un bosque, es fácil perderse. En esta película, la venganza (por celos, por honor, por simple rabia, o por motivos imaginarios) parece ser el motor que mueve a casi todos los personajes.
El caso es que se nos muestran uno tras otro los encuentros de Beatrix con los miembros de su antigua banda, a los que va eliminando con mayor o menor dificultad. Acaba con uno, va a por el siguiente, y así hasta su enfrentamiento final con el gran jefe, intercalando entre tanto flashbacks de la relación entre Beatrix y Bill, o de su entrenamiento como asesina. Realmente no hay mucho más, pero no hace falta más.
La coreografía de los combates es magnífica, los personajes y situaciones están excelentemente trabajados (a algunos enemigos y secundarios se los ha desarrollado tanto o más que a la propia Beatrix), la música es parte de la historia y no un mero acompañamiento, y el conjunto de todo ello es lo que te hace disfrutar de la película.
Eso, y también el inmenso amor que destila por el cine clásico de artes marciales, y las numerosas referencias a otras obras como Juego con la muerte, El Avispón Verde, o El círculo de hierro. O las breves intervenciones de actores como Sonny Chiba o Samuel L. Jackson (¡hasta sale Sid Haig!) que siempre se agradece ver.
Hay historias que invitan a la reflexión y otras que están hechas para desconectar, y ambas tienen su momento. A esta le perdonamos que, teniendo un planteamiento realista, se salte alegremente las leyes de la física o la lógica con momentos de ingravidez en los que los cuerpos humanos pierden súbitamente su peso, o que Beatrix viaje en un avión de pasaje con una katana como equipaje de mano. De hecho no solo ella, sino que al menos otro pasajero lleva una katana a la vista de todos apoyada en su asiento, como algo normal. También se pasea con ella en la mano por el aeropuerto como si nada.
Son cosas que le pasamos por alto a este tipo de películas a cambio del espectáculo y las emociones que nos ofrecen. Como muchas otras películas de acción, Kill Bill es el equivalente cinematográfico a una carrera de caballos o un combate de lucha libre: puede resultar predecible y no tener un gran guion, pero verla es todo un espectáculo. Y hay días en que no necesitamos nada más que eso.
Y tampoco es que sea únicamente una acumulación de escenas de peleas una detrás de otra. Hay larguísimos diálogos y momentos en los que no parece pasar nada, pero no son de relleno. No hay ni un solo minuto de metraje vacío en estas películas. Todo está orientado a ampliar el mundo de los personajes y a afianzar el estilo de la cinta. Una gran película (o dos, según como se quiera ver) tan bien hecha que convierte la historia más usada de todas, la de la búsqueda de venganza, en algo realmente extraordinario.
Kill Bill 1 & 2. 2003-2004. Quentin Tarantino, Uma Thurman (guion) Quentin Tarantino (dirección) Uma Thurman, Daryl Hannah, Lucy Liu (actrices principales) David Carradine, Michael Madsen (actores principales). Miramax. Editada en DVD en 2012 por Miramax.
Hay pocas pelis de Tarantino que me gustan y esta es una de ellas, aunque hace tiempo que no la veo 😅
ResponderEliminarA mi me parece un autor muy irregular. De lo que ha guionizado o dirigido me gustan Kill Bill, Abierto hasta el amanecer, Django desencadenado y Malditos bastardos. Los odiosos ocho y Sin City me aburrieron terriblemente. Asesinos natos, Reservoir Dogs y Pulp Fiction me entretuvieron pero no me gustaron tanto como para volverlas a ver. Y Four Rooms me pareció en conjunto una soberana estupidez, hasta el punto que ni recuerdo cual de las cuatro historias es la que hizo él. Y creo que no he visto nada más suyo.
EliminarYo difiero un poco de ti, aunque tampoco he visto tanto porque no me llama...
ResponderEliminarFour Rooms recuerdo que me gustó de lo rara que es (a lo mejor la vuelvo a ver y cambio de opinión 😅).
Sin City no me disgustó aunque se me hizo lenta.
Abierto hasta el amanecer me encanta.
Pulp Fiction no me gustó. Y el resto ya no lo he visto...
La de Four Rooms me pareció una película que pretendía ser transgresora pero no se atrevió a serlo y se quedó a medio camino, reducida a una simple comedia grosera. Un "rebelde conformista" como decían en Los Simpson.
EliminarDe las que no has visto te recomendaría Malditos bastardos. Está ambientada en la Segunda Guerra Mundial, en tono realista pero alterando elementos históricos conocidos, como la muerte de Hitler. Lo mejor de la película es la tensión que se logra en la escena inicial, en una granja. Si no tienes ganas de ver la película entera, mira ese inicio, porque vale mucho la pena.
Pues me lo apunto, al menos el trocito que dices. ¡Gracias!
EliminarTarantino siempre me ha parecido sobrevalorado, aunque tiene algunos momentos bastante buenos. Me quedo con “Amor a quemarropa” La (spoiler alert) escena de muerte de Denis Hopper, para mi uno de los mejores momentos cinematográficos.
ResponderEliminarAmor a quemarropa la vi hace unos veinte años y me gustó mucho. No sabía que fuera de Tarantino. ¡Toca revisión!
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