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miércoles, 20 de septiembre de 2023

ACERO PURO

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                     ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                                       

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

Una película que tenía pendiente de ver desde hace bastante tiempo. Está basada en un relato de Richard Matheson, aunque solo en la premisa básica de este: la ruinosa vida de un exboxeador en una sociedad en la que se ha prohibido el boxeo real, y los púgiles humanos han sido sustituidos por robots. Matheson, por cierto, tomó parte en el guion de la película. 

El protagonista es Charlie, un exboxeador que, como todos los de su clase que siguen en el negocio, ahora es el “entrenador” de un púgil mecánico. El suyo está para el arrastre, al igual que su economía, su relación con su exesposa, y su vida en general. Su carrera en el boxeo mecánico consiste en encadenar una derrota tras otra y acumular deudas. Si se ha mantenido hasta ahora es por la ayuda de Bailey, la hija del dueño del gimnasio donde Charlie entrenaba, que ahora es su novia y la mecánica de sus robots. Pero todo tiene un límite, e incluso Bailey está ya en el mismo borde del suyo. La vida de Charlie se complica un poco más cuando su exmujer muere, dejando a Max (el hijo común de ambos, de once años) en sus rudas manos. 

Charlie hace mucho que no tiene relación con el crio, y lo cierto es que no quiere tenerla. Para él cuidar de Max solo representa más problemas. La intención de Charlie es renunciar a su custodia y dejarlo en manos de la tía de este, pero ve una oportunidad de hacer negocio con ello. La hermana de su exmujer se ha casado con un anciano multimillonario y quiere la custodia que por ley corresponde a Charlie. Este acepta entonces renunciar a la custodia (cosa que pensaba hacer de todos modos) a cambio de que el viejo le entregue una gran suma de dinero bajo mano con la que seguir en el negocio algún tiempo más. Sin embargo, Charlie debe quedarse con el muchacho durante el verano para que no estorbe al viejo y la tía durante sus vacaciones. Es durante esta convivencia obligada cuando Charlie y Max, que hasta ese momento no se soportaban por tener ambos exactamente el mismo carácter, empiezan a conocerse y a caerse bien. 

Tras otro combate desastroso en el que Charlie pierde la mayor parte del dinero que obtuvo por transferir a su hijo a la hermana de su exmujer, ambos entran ilegalmente en una chatarrería de robots en busca de piezas que robar. Es ahí donde encuentran a un viejo robot G2, un modelo de sparring que está más o menos entero y deciden llevarse. El G2, al que llaman Atom, no fue diseñado para combatir sino para resistir golpes y que otros robots entrenaran con él. Tenía además un programa que le hacía imitar los golpes de su adversario, como parte del entrenamiento, pero Atom lo que hace es imitar los movimientos de los humanos, no los de sus oponentes. Es posible que fuera este el motivo por el que fue desechado en un principio, pero Charlie y especialmente Max, que se vuelca totalmente en poner a punto a Atom, aprenden a usarlo a su favor. De hecho, uno de los temas que trata la película es precisamente ese, el aprender no solo a superar los propios defectos sino a sacar partido de ellos y convertirlos en ventajas. 

En el caso de Atom, su “defecto” es imitar los movimientos de los humanos que observa en lugar de los de sus rivales mecánicos. Charlie aprovecha esto para enseñarle los ataques y esquivas que él usaba siendo boxeador de verdad, y Max le enseña... a bailar. Ambas cosas le dan al robot una fluidez de movimientos fuera de lo común. De este modo Atom va escalando puestos, ganando popularidad, y venciendo a robots mucho más avanzados y mejor programados que él. Incluso se da a entender que Atom podría haber desarrollado algo parecido a una personalidad.

Naturalmente no todo les va a ir bien ya que entonces la cosa no tendría mayor interés. Charlie sigue teniendo deudas con gente muy poco recomendable, los nuevos padres de Max vendrán a reclamarlo precisamente cuando él y Charlie estén en el mejor momento de su recién estrenada relación padre-hijo, y los combates contra sus rivales serán cada vez más duros. 

El final copia el de Rocky: tras un combate de exhibición contra Zeus, el campeón del mundo, Atom pierde. Su rival es tecnológicamente muy superior, tanto que debería haberlo destruido al primer golpe, pero Atom logra resistir todos los asaltos. Los jueces le dan la victoria técnica a Zeus pero el público aclama a Charlie y Max, porque saliendo de la nada y con un robot sacado de la chatarra han llegado a plantarle cara y poner en serios problemas al campeón del mundo. 

Esta es, en definitiva, una película sobre la autosuperación y el no rendirse nunca. Al final el tema del combate de robots  (que parecía que iba a ser lo principal) termina por ser solo el escenario de fondo, el hilo conductor que aúna todo lo demás. Pero aún así... los combates entre robots están chulísimos. 

Puedes ver algunas figuras de estos robots pulsando aquí.

Real Steel. 2011. Richard Matheson, Leslie Bohem, Dan Gilroy, John Gatins (guion) Shawn Levy (director). Hugh Jackman, Dakota Goyo (actores principales) Evangeline Lilly (actriz principal). DreamWorks Pictures & Touchstone Pictures. Editado en DVD en 2012 por DreamWorks Distribution.

2 comentarios:

  1. Una película buenísima que por desgracia no tuvo el reconocimiento que se merecía. Para mi el mejor momento es cuando dejan a Atom frente al espejo, no llegan a confirmar si tiene inteligencia pero tampoco lo niegan.

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    1. El que Atom pueda tener mente propia o no es algo que creo que se dejó expresamente en el aire para que cada uno pensara lo que quisiera. O puede que fuera algo que tuvieran intención de desarrollar en otra película si la primera era un éxito en taquilla.

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