EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Vamos con otro peplum, que ya se nos están acumulando. Hoy toca El monstruo de Creta, una de las muchas películas que se hicieron sobre el tema del minotauro, pero la única que yo conozca en la que se da una imagen bondadosa y positiva del rey Minos.
La esposa de Minos, Pasifae, agoniza debido a una enfermedad que los médicos no pueden curar. Por consejo de sus sacerdotes, Minos sacrifica una joven cada pocos días para aplacar a los dioses y que estos permitan vivir a Pasifae. La forma en que este sacrificio se lleva a cabo es encerrando a la joven seleccionada en unas cavernas cuya única entrada está en el propio salón del trono de Minos, tras una sólida puerta de metal. En estas cavernas habita el minotauro, un ser antinatural que mata y devora a las presas que se le ofrecen. Minos vive atormentado por estas muertes, pero por miedo al poder de los sacerdotes y por temor a perder a su esposa, está dispuesto a continuar con los sacrificios.
Poco antes de morir, Pasifae ruega a Minos que termine con los sacrificios, y le confiesa que además de su hija Fedra tiene una segunda hija llamada Ariadna. Nacieron a la vez, como gemelas, y debido a una antigua ley una de las dos debía ser sacrificada. Pasifae dijo a su nodriza que se llevara lejos a una de ellas, y esta se llevó a Ariadna hasta una aldea costera de Ática, donde la dejó al cuidado de unos granjeros. Pasifae cree que si Ariadna sigue viva después de tantos años debe ser porque los dioses están conformes con ello, y le ruega a Minos que la busque y reconozca como su hija.
Minos está encantado con la noticia, pero Fedra es una princesita cruel y engreída que ve peligrar su derecho al trono. Aprovechando que su madre acaba de morir y que muy pocos saben todavía de la existencia de Ariadna, conspira junto con los sacerdotes y el capitán de la guardia para que maten tanto a su padre como a su hermana, y que de este modo su autoridad sobre Creta sea indiscutible. Los sacerdotes, por medio del médico de Minos, lo van envenenando lentamente para que su muerte no parezca un asesinato a ojos de los que aún le son leales, sino una enfermedad.
Los héroes de la historia son Teseo, hijo del rey de Atenas, y Demetrio, hijo de un ministro de Minos. A su regreso de una guerra pasan junto a la aldea de Ariadna, justo cuando un grupo de mercenarios liderados por Sciron, el capitán de la guardia cretense, la ataca.
Entre los dos ponen en fuga a los mercenarios, pero estos han matado ya a casi todos los aldeanos, incluidos los padres adoptivos de Ariadna. Esta es una de las pocas supervivientes, y Demetrio nota de inmediato que es idéntica a Fedra. Naturalmente la piel de una pastora o campesina, acostumbrada a trabajar bajo el bravo sol mediterráneo debería ser más oscura que la de una princesa que rara vez abandona las comodidades y seguridad del palacio. Ese detalle nos lo saltamos, por el bien de la historia.
Teseo se lleva con él a Adriana a casa de sus padres. Sciron ordena entonces a Demetrio que asesine a Ariadna, o sus familiares pagarán las consecuencias. Este, sin embargo, le cuenta a Teseo el interés de Fedra por matar a la joven, aunque sigue sin saber por qué. Teseo y Demetrio viajan entonces a Creta para tratar de aclarar todo el asunto.
La Creta que encuentran no es la que recuerdan. Minos está demasiado débil por el veneno para gobernar, y lo hace Fedra en su nombre. Filas de prisioneros y esclavos recorren las calles a todas horas para ser sacrificados al minotauro, mientras que en el palacio las fiestas y espectáculos se suceden. Teseo y Demetrio no tardan en ser capturados y llevados a presencia de Fedra. Los dos son soldados veteranos y logran escapar de los atocinados guardias del palacio, cuya labor es más disuasiva que realmente defensiva. Pero durante su huida Demetrio muere por las heridas recibidas y Teseo cae al mar por un acantilado, alcanzado por una lanza.
Aquí la película se permite el único elemento mitológico que encontraremos, aparte de la presencia del minotauro. Teseo se sumerge en el mar inconsciente, con la lanza profundamente clavada en la espalda. Es encontrado y recogido por unas ninfas del mar, que lo llevan hasta una cueva submarina donde es mágicamente curado por Anfitrite, la esposa de Poseidón, que quiere convertir a Teseo en su amante. Esto sirve también de elipsis, porque el tiempo en el mundo de los dioses no transcurre igual que en el de los mortales. En los pocos minutos que Teseo pasa en la caverna de Anfitrite, tiene lugar una guerra completa entre Atenas y Creta. Atenas es derrotada y Fedra impone a su rey un tributo anual de catorce jóvenes para ser devorados por el minotauro. Ariadna se entrega voluntariamente para ser sacrificada ella en lugar de los jóvenes atenienses.
Teseo pide a Anfitrite que le devuelva al mundo de los mortales, y se despierta tumbado en la orilla de la playa. Se infiltra en el palacio y llega hasta las mazmorras, justo cuando Fedra se disponía a torturar a su hermana. Es Fedra quien acaba muerta, y Ariadna ocupa su lugar fingiendo ser ella, puesto que Minos aun no sabe de su existencia y no ha podido reconocerla oficialmente como hija suya. No puede ordenar el fin de los sacrificios al minotauro porque Fedra disfrutaba con ellos, y Ariadna se delataría a sí misma al hacerlo. Teseo entra entonces en el laberinto espada en mano para acabar con el monstruo y…
Todos sabemos que, salvo honrosas excepciones como Jasón y los argonautas, estas películas no contaban con grandes presupuestos. El minotauro ni tan solo tiene cabeza de toro. Es más bien un bigfoot con pequeños cuernos de vaca, pero es lo que hay. Hemos estado toda la película esperando por la aparición del minotauro, y la verdad es que da más risa que miedo. Este es uno de esos casos en que es mejor sugerir que mostrar. Una pezuña rascando el suelo, una sombra enorme acechando al héroe, un fuerte y extraño mugido resonando por los túneles, un combate rápido y confuso en el que vemos el cuerpo peludo del monstruo pero no su cabeza… y la imaginación hace el resto. El espectador recordará el minotauro “completo”, con su cabeza de toro, porque la mente tiende a rellenar con la información previa que tiene los huecos de información presente que le faltan.
El caso es que el monstruo que nos ofrecen no da la talla, comparándolo con las actuaciones de los personajes, que no están nada mal. ¡Dan más ganas de abrazarlo que de matarlo! Pero al menos es una película mitológica con elementos mitológicos. Ya es más de lo que nos han ofrecido otras mucho más modernas y mejor presupuestadas, en las que se trata de racionalizar las leyendas y todo elemento mágico, divino o sobrenatural es eliminado. También es cierto que la historia que nos cuentan aquí tiene muy poco que ver con la leyenda original del minotauro, pero al menos no abandona totalmente el género.
Puedes ver más peplums reseñados aquí.
Teseo contro il minotauro. 1960. Gian Paolo Callegari, Sandro Continenza (guion). Silvio Amadio (director). Bob Mathias, Rick Battaglia (actores principales) Rosana Schiaffino (actriz principal), Illiria Film & Giorgio Agliani Cinematografica. Distribuida en DVD en 2006 por Impulso Records S. L.
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