EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Feliz día de San Patricio, terrícolas! Espero que este día no os pille por sorpresa y tengáis los zapatos bien lustrados, o vistáis ropa de color verde, o luzcáis algo de oro, o hayáis bebido whiski, o cerveza, o comido patatas. O como mínimo, comido o bebido cualquier cosa de color verde. En este día los leprechauns brotan de sus hogares subterráneos a pasear y pueden montar en cólera si se encuentran con vosotros y detectan que no habéis llevado a cabo ninguna de estas muestras de amistad hacia ellos.
Como no queremos correr riesgos innecesarios, nosotros hemos comenzado el día desayunando zumo de kiwi y una empanada de tomate verde y albahaca. De hecho, la empanada lleva las palabras “Tomate y albahaca” impresas para que no haya error posible 🤔 Raro.
Back 2 tha Hood (De vuelta al barrio, expresamente mal escrito) comienza con una de esas entradas en plan libro de cuentos pasando páginas, en la que se nos revela que los leprechauns llegaron al mundo humano invocados por un rey, para que protegieran su tesoro. A la muerte del rey, el pacto que este tenía con los leprechauns murió con él, y todos regresaron al mundo de las hadas… excepto uno, que había quedado corrompido por su prolongado contacto con el mundo de los humanos, y decidió permanecer en éste.
La película que vemos a continuación mantiene el ambiente de barrio marginal de la anterior, y el grupo de personajes es similar, pero no tiene una continuidad directa con esta. La anterior terminaba con Lubdan convertido en un exitoso promotor de rap. Ésta empieza con él luchando por recuperar otro de sus tesoros de manos de un cura, que aparentemente se lo ha robado para financiar la construcción de un orfanato, un hogar juvenil o algo similar. El cura (Jacobs) y el Leprechaun pelean en el solar donde las obras del edificio apenas han comenzado. El padre Jacobs logra derrotar a Lubdan rociándolo con un frasco de agua bendita en el que flotan varios tréboles de cuatro hojas. La criatura se hunde en la tierra del propio solar, pero la victoria del padre Jacobs se ve opacada por un infarto, que le hace caer muerto ahí mismo.
Jacobs mantenía oculto el tesoro del leprechaun e iba tomando de él, convirtiendo el oro en dinero en efectivo a medida que era necesario. A su muerte, el dinero dejó de fluir y la obra quedó interrumpida.
La protagonista es Emily (bonito nombre, por cierto) y su grupo cercano: Lisa, su mejor amiga. Jamie, un chaval que se pasa el día fumando marihuana. Y Rory, un exnovio de Emily con el que esta estuvo a punto de casarse cuatro meses atrás. Todos ellos están en el mismo limite de la pobreza salvo Rory, que tiene un buen nivel de vida gracias a que está vendiendo drogas por las calles. Rory tiene también una nueva y despampanante novia, lo cual quema especialmente a Emily, que sigue medio enamorada de él.
Emily y Lisa acuden a una adivina, para que les suba los ánimos con la promesa, aunque sea falsa, de un futuro próspero y brillante. El problema es que la adivina resulta serlo de verdad. Les predice que encontrarán grandes riquezas pero deberán rechazarlas, porque junto con esa riqueza llegará un gran mal.
Un día, mientras hacen una barbacoa en el solar del orfanato, Emily ve un arco iris tocando el suelo, lo cual es teóricamente imposible. Intrigada, deambula por el lugar y cae a un agujero tapado por unas tablas que habían quedado cubiertas de tierra suelta.
Este resulta llevar al sótano del edificio que se alzaba en aquel lugar, y que debió ser demolido en algún momento para dejar el solar de nuevo disponible. Allí Emily encuentra (y se lleva) un cofre de viejas monedas de oro. Y no se explica nada, pero hemos de suponer que el padre Jacobs ocultó ahí el cofre que robó al leprechaun. Algo curioso es que la habitación en la que se encuentra el cofre parece un bosque subterráneo, y el propio cofre está enredado en unas raíces que brotan del techo… aunque ya sabemos que no hay árboles, sino un solar, por encima de ese techo. Es como si toda la habitación se hubiese convertido en un punto de unión entre dos mundos, el de los humanos y el feérico, al que pertenecen los leprechauns.
El cofre contiene monedas de oro por valor aproximado de un millón de dólares, que los cuatro empiezan a gastar sin medida en unas escenas que se nos muestran como parte de un montaje musical que no está nada mal. Pero ha pasado un año desde que el padre Jacobs expulsó del mundo a Lubdan, y el poder que usó para ello se ha debilitado. Este nuevo robo le hace despertar, e inmediatamente comienza a buscar su cofre.
Jamie, que es el que menos cabeza tiene para gastar, da una fiesta en su casa con montones de drogas y casi-desconocidos por medio. Al haberse vuelto rico de pronto, los "amigos" y aduladores le han salido a montones. Lubdan se autoinvita, se fuma una cachimba, y luego se la incrusta en el torso a otro de los asistentes. A partir de ahí comienza a acosar al grupo hasta que estos comprenden lo que está ocurriendo, y llega a matar a Lisa. Emily toma entonces la decisión de devolverle todo el oro que todavía no han gastado, con la esperanza que éste les perdone.
Al recoger del suelo el cofre vacío, la tapa de este se cierra y Rory nota que su peso aumenta repentinamente. Cuando lo abren este vuelve a estar lleno de monedas. Y al volcar las monedas y cerrarlo de nuevo, se vuelve a llenar. El verdadero tesoro es el cofre, no las monedas. El cofre es mágico, y genera monedas de oro cada vez que se cierra. No sabemos si hay algún limite a esto, pero descubrir esta particularidad del cofre hace que Rory se replantee el devolverlo. Una cosa es renunciar a un puñado de monedas, y otra muy distinta renunciar a lo que podría ser un suministro infinito de ellas. En lugar de devolver el cofre prefiere conservarlo y tratar de poner tierra de por medio.
Quien no se ha repensado su actitud es Lubdan, que sigue tras ellos haciendo una escabechina entre todos aquellos que se van cruzando en su camino. Acaba con la nueva novia de Rory, que se había hecho una funda de oro para un diente con una de las monedas, y nadie (ni el mismo Rory) parece echarla de menos. También le deja claro a un par de policías de patrulla que las leyes humanas no van con él, y de paso liquida al principal competidor de Rory, otro desgraciado vendedor de drogas.
Dándose cuenta que el leprechaun no va a parar de perseguirlos nunca, Emily acude a la adivina que les dio el primer aviso para que le aconseje sobre como deshacerse de él, y ésta les habla de los tréboles de cuatro hojas. Casualmente (muy casualmente 🤔) hay tréboles de cuatro hojas mezclados con la última remesa de marihuana que compro Jamie. Parece que los tréboles de cuatro hojas tienen tendencia a crecer en las inmediaciones de donde aparecen los leprechauns, quizá como una forma de compensar los desmanes que estos son capaces de desatar sobre el mundo.
Rory, que tiene una pistola con balas de punta hueca, rellena estas con hojas machacadas de los tréboles, creando un equivalente a las balas de plata para hombres lobo. O en este caso, balas de tréboles de cuatro hojas para leprechauns. Esto tiene su gracia, porque se van inventando formas nuevas de acabar con el leprechaun a cada nueva película: haciéndole tragar un trébol en la primera, derritiendo su oro en la segunda, clavándole una barra de hierro puro en la tercera, con agua bendita con esencia de trébol y balas-trébol en la sexta… En la quinta no lograban detenerlo y todos los personajes morían ¡eso es variedad!
La persecución prosigue hasta que Jamie queda atrás, con una pierna herida, y tiene lugar un combate final entre Emily, Rory y Lubdan en una azotea. Entre las balas-trébol y otros métodos más mundanos (como atizarle con un cacho de tubería o su propio cofre) consiguen arrojarlo a la calle. Lubdan cae justo en un solar en construcción (no el mismo del comienzo) en el que se hunde en un aparentemente muy profundo pozo de cemento fresco.
Y si os estáis preguntando que pasa al final con el cofre… Bueno, pues antes de todo esto se llega a un punto en el que ya han cabreado tanto a Lubdan que este no parece dispuesto a perdonarles ni aunque le devuelvan su tesoro, y Emily lo amenaza con lanzar el cofre a una caldera si no los deja en paz.
Ante la negativa de Lubdan, arroja el cofre a las llamas realmente, y el leprechaun termina ardiendo también en la caldera. Poco después el duende reaparece algo chamuscado con el cofre intacto en las manos, y esto parece indicar que se trata de uno de esos objetos mágicos indestructibles. Cuando Emily logra arrojar a Lubdan desde la azotea lo hace golpeándole con el cofre, pero no queda claro si el cofre cae con él al cemento, si cae a otro punto del solar, o se queda tirado en la azotea. Lo que si parece claro es que Emily y sus amigos no lo conservan. Una última escena nos muestra el libro de cuentos del principio, en el que aparece de pronto la ilustración de una mano del leprechaun brotando del suelo, dando a entender que el cemento tampoco va a retenerlo durante demasiado tiempo.
El leprechaun saliendo de su prisión de cemento y el destino con el cofre son anzuelos dejados ahí para facilitar una continuación, pero no la hubo. A pesar que esta película es mucho mejor que la anterior, ya no se haría otra hasta 2014, once años después, y es una continuación directa de la primera en la que se ignoran todas las siguientes, como pretendiendo reescribir la saga.
Y esta es la última película de Leprechaun que teníamos en reserva, así que tendremos que conseguir alguna más o pensar en otra cosa para el año que viene.
Puedes repasar la saga desde el inicio pulsando aquí.
Back 2 tha Hood. 2003. Steven Ayromlooi (guion y dirección). Warwick Davis, Laz Alonso, Page Kennedy (actores principales) Tangi Miller, Sherrie Kackson (actrices principales) Trimark Pictures & Lions Gate Films. Editada en DVD en 2007 por Sony Pictures Home Entertainment.
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