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lunes, 25 de marzo de 2024

LOS MONSTRUOS DE HIELO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                        ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                             

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, frioleros lectores.

Parecía que la primavera ya se había asentado definitivamente por aquí cuando de pronto el termómetro ha bajado un par de grados de golpe, nos ha empezado a caer encima un lluvia gélida, los gatos se han arrebujado en sus mantitas y han reducido en un 10% su actividad, y yo he aprovechado para buscar algo adecuado que leer para la ocasión.

Mi primera experiencia con los libros de FantasVille fue bastante mala, pero desde que leí ese primer ejemplar ha terminado en mis manos un lote baratito de segunda mano y he querido darles otra oportunidad. La idea base de la colección, si bien bastante simple, me gusta. Es la misma de la serie Gravity Falls; un pueblecito algo aislado y sin relevancia en donde por una serie de circunstancias puede pasar prácticamente de todo, desde apariciones de fantasmas a visitas de alienígenas, habiéndose normalizado hasta tal punto ese tipo de cosas que la gente ya las ve como parte de su día a día. Gravity Falls lo hizo bastante bien. FantasVille en cambio… 

En esta historia estamos en verano. Una ola de frio ha caído repentinamente sobre el pueblo, hasta el punto de cubrir el exterior de las casas con una fina capa de escarcha. Apenas hace dos semanas que los chavales del pueblo se libraron de la última invasión extraterrestre, así que el asunto del intenso frío fuera de época no les impresiona demasiado. Adam y su pandilla salen a pasear con sus bicicletas por las afueras del pueblo. Entre los árboles encuentran unos grandes rectángulos de hielo en cuyo interior se distinguen unas formas humanoides borrosas, como si se tratara de ataúdes. Tras meditarlo un poco, hacen lo que haría cualquier persona normal el su situación… encender una hoguera para derretir uno, a ver qué pasa. 

El ataúd de hielo resulta contener a un ser de apariencia humana, mortalmente pálido, y vestido con un ajustado mono azul. No tiene líneas en la palma de la mano, ni huellas dactilares, toda la esfera ocular es completamente azul, y apesta a amoníaco. Y está vivo, claro. Agarra a uno de los chavales por un tobillo y empieza a congelarlo. Los otros intentan que lo suelte atacándole con ramas encendidas de la hoguera, pero el monstruo fija su mirada en una de las chicas y empieza a congelarla a distancia. Dándose cuenta que es demasiado enemigo para ellos, el resto huyen en desbandada al pueblo mientras el extraño ser se pierde en el bosque llevándose al chaval que ha atrapado. 

De vuelta al pueblo, la primera persona a la que le cuentan la sucedido (Bum, el vagabundo) les explica, así como si tal cosa, que el lugar sobre el que se alza FantasVille es todo lo que queda (sobre las olas, al menos) de Lemuria. En un pasado remoto las islas de Lemuria y la Atlántida lucharon usando tecnología que les había sido entregada por diversas razas alienígenas, y para resumirlo, ambas terminaron estallando en pedazos. Uno de los pedazos de Lemuria, propulsado por los aires a cientos de kilómetros, terminó incrustándose en lo que actualmente es la costa este de Estado Unidos, y es precisamente donde se alza FantasVille. Antes de eso los habitantes de Lemuria habían sido transformados por sus aliados alienígenas en los monstruos de hielo, para alcanzar con ello algún tipo de inmortalidad. Los que escaparon a tiempo de la destrucción de su isla se marcharon al Polo Norte. Y aparentemente ahora han regresado para reclamar como suyo las únicas tierras lemurianas que quedan, que no son otra cosa que el pueblo y sus alrededores. 

Bueno… Me vale. He leído explicaciones más rebuscadas.

Una vez aclarado el origen y naturaleza de los monstruos, pasamos a la fase de acabar con ellos. Los niños se van a visitar al sr. Patton, el dueño de la tienda de armas, que a pesar que son solo un puñado de niños, les provee de lanzallamas, lanzagranadas y fusiles de asalto M-16. A todo esto las calles del pueblo se están llenando de hombres y mujeres de hielo, porque además de los monstruos originales, aquellos humanos a los que estos congelan se convierten en seres como ellos. 

A pesar de su armamento los chavales no parecen ser capaz de detener a los monstruos, así que se suben a una azotea y huyen del pueblo gracias a dos globos aerostáticos que tenían a mano, que desembalan, montan y llenan de aire caliente en un tiempo récord. De este modo, tras derretir y hacer estallar a unos cuantos de estos humanoides congelados, sobrevuelan la región viendo como el resto se va apoderando de ella. 

Al cruzar sobre el castillo de una bruja que hay cerca del pueblo (¿un castillo medieval en América?) tienen una idea. La bruja fue famosa en la región por cometer la terrible maldad de hacer varios pozos petrolíferos en la zona. Y si, bueno, algún que otro detallito, como asesinar cientos de niños, pero lo que al parecer la clasifica realmente como malvada es ser una despreciable capitalista que tuvo la osadía de industrializar y enriquecer la región. De hecho, los pozos petrolíferos aún están en activo tras su fallecimiento, y el grupo de Adam decide aprovecharlos. Descienden a tierra y, aprovechando que también tienen a mano una furgoneta que a sus doce años saben puentear y conducir, dinamita y herramientas, van hacia los oleoductos y los vuelan por los aires. Una gigantesca marea negra se extiende por todas partes (pero sin llegar al pueblo) y los chavales le prenden fuego con los lanzallamas. La oleada de calor que esto provoca derrite a los seres de hielo originales y devuelve a la normalidad a los transformados recientes, incluido al amigo al que perdieron al inicio, que ya se había convertido en uno de ellos. 

Y así es como un puñado de menores de edad, gracias al uso inconsciente de armas de guerra, la conducción sin carnet de un vehículo robado, la destrucción de oleoductos y el provocar un incendio forestal masivo y una catástrofe ecológica, logra salvar el pueblo... aunque ahora que lo pienso, dicho así no suena tan bien.  

No voy a detallar todos los fallos que le encuentro a plantear de este modo un libro cuyo público objetivo es el infantil. Sería repetir casi punto por punto lo que comenté del anterior libro reseñado de FantasVille

Solo añadiré que después de leérmelo entero, puedo decir sin vacilar que lo mejor del libro… es la portada. Esta nos muestra a un niño encerrado en su casa viendo como hay un ser de hielo en el exterior, tan cerca que está congelándolo todo… y en lugar de destrozar la puerta, el monstruo llama educadamente al timbre. Quien fuera que hizo esta ilustración (no está acreditado) es un genio.  

Puedes ver una reseña sobre ese otro libro comentado de esta colección pulsando aquí, o dar un repaso general a todas las obras comentadas de Stine y sus imitadores autores similares pulsando aquí

The Cold People. 1996. Christopher Pike. FantasVille nº 5. Publicado en 1997 por Ediciones B.  

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