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viernes, 10 de mayo de 2024

ATARI FORCE (nº 1-2)

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Atari Force fueron dos series de comics publicadas por DC. La primera, de 1982, eran en realidad unos mini comics promocionales que la compañía Atari incluyó en las reediciones de cinco de sus videojuegos más populares: Phoenix, Berzek, DefenderStar Raiders y Galaxian. La intención de estos mini comics era dar un trasfondo claro a esos videojuegos, mostrándonos cosas como de donde provenían las grandes aves espaciales del Phoenix, o quien era el humanoide que escapaba de los robots en Berzek. El ser todos juegos con temática espacial y futurista permitía conectarlos como parte de un mismo trasfondo, y darles unos protagonistas comunes que originalmente no tenían. Posteriormente a los mini comics se lanzó el videojuego Liberator, en el que por primera vez se nombraba a la ATARI Force dentro del mismo juego.

ATARI eran en estos comics la siglas de Advanced Technology And Research Institute (Instituto de Investigación y Tecnología Avanzada), la entidad encargada de salvar a la humanidad cuando la Tierra quedó inhabitable tras un desastre ecológico masivo. Los miembros de la ATARI Force estaban liderados por Martin Champion (el capitán del escuadrón de naves del Liberator). El enemigo a abatir era el malvado y misterioso Destructor Negro (Dark Destroyer o Destructor Oscuro en el original), un tirano cósmico que pretendía dominar todo el universo gracias a su inmenso ejército.

La segunda colección apareció en 1984 en formato grapa (el comic convencional), con un trasfondo propio desvinculado de los videojuegos. El protagonista principal de esta nueva ATARI Force era Christopher “Tempest” Champion (el hijo de Martin Champion y Lidia Pérez, otra de los componentes de la ATARI original). La mayor parte de su gestación tuvo lugar a bordo de la Scanner One, la nave de la ATARI Force y una de las pocas a las que se consiguió dotar de la capacidad de saltar entre universos paralelos. Lidia realizó varios de estos cambios de universo estando ya embarazada, y a consecuencia de ello Christopher nació con el poder de cambiar él mismo de plano a voluntad. Otro efecto secundario de viajar a través de las dimensiones en el Scanner One fue provocar una serie de problemas de parto en Lidia, que murió al nacer Christopher. A consecuencia de ello Martin se convirtió en un amargado, hasta el punto de dejar pasar dieciocho años sin dirigirle la palabra a su hijo.

Aunque no se anunció como una miniserie, finalizó después de solo trece números. A su favor debo decir que cerraron la trama en lugar de dejarla colgada. Gran parte de estos comics están dedicados a presentarnos individualmente a los personajes y mostrarnos como terminan por unirse a la ATARI Force. También se incluyeron fichas de los personajes con sus nombres reales y apodos, edad exacta, datos de su pasado, rasgos de personalidad, etc. Quiero decir con esto que los personajes y el trasfondo se trabajaron mucho, y da la impresión que la intención inicial era hacer una historia mucho más larga, o incluso volverla de publicación regular. 

La edición española incluía una serie complementaria. De los números uno al seis fue una historia de los Masters del Universo, del siete al doce de Power Lords, y en el trece tuvimos un capítulo suelto de Starfire. Estas historias complementarias las reseñaremos aparte.

No tengo muy claro cuál es la mejor forma de reseñar Atari Force, porque ni se compone de mini sagas ni son aventuras individuales, y trece números son muchos para comentarlos del tirón así que… los iré presentando en lotes de dos o tres, dependiendo únicamente de cuantos haya tenido tiempo de leer y reseñar el día anterior 😊

Nº 1. Sangre fresca: la historia comienza con una pelea en una cantina de un planeta llamado Roc. Pocos inicios hay mejores para una película de acción o una partida de rol que la clásica trifulca de bar o taberna. Un montón de alienígenas diversos están siendo apalizados por dos humanos, Dart y Blackjack. Además de amantes, ambos son mercenarios tipo pícaro con montones de trucos y armas ocultas, y se ve que son tan superiores a sus adversarios que para ellos la pelea es pura diversión, a pesar de estar ampliamente superados en número. El motivo de todo el jaleo es que al parecer su último patrón ha decidido no pagarles por el trabajo que les encargó, pensando que tenía matones suficientes para intimidarles.

Tras el incidente, un individuo que estaba observándolo todo se reúne en las afueras con otro que va enfundado de pies a cabeza en una amenazadora armadura de alta tecnología. Este no es otro que Destructor Negro, el villano al que se enfrentó la primera ATARI Force, y que ha regresado a las andadas tras veinticinco años de no dar señales de vida. Por la conversación que mantienen ambos descubrimos que la pelea del bar fue algo preparado por Destructor Negro para acabar con Dart, mientras que por Blackjack no parece tener ningún interés. 

El siguiente personaje que se nos presenta es Babe, un huevita, habitante del planeta Huevo. Los huevitas son enormes y tienen una fuerza y resistencia extraordinarias, pero una mentalidad totalmente infantil. Una nave aterriza en Huevo, que carece de ningún tipo de industria ni cultura como tal, y su capitán engaña con dulces a Babe, un huevita, para que lo siga a bordo de la nave. 

Una vez allí es encerrado en una cámara y llevado fuera del planeta, para ser vendido como esclavo de trabajo o mascota exótica.

Pasamos por fin a Christopher, que está siendo sometido a una serie de pruebas para afinar su capacidad de salto dimensional en la estación espacial de la ATARI Force. Para que las siglas tuvieran una correspondencia al español, cambiaron su significado a Asociación Tecnológica Avanzada y Rescate Interplanetario. Christopher recorre un laberinto en el que es perseguido por robots (probablemente una referencia al videojuego Berzek), para forzarle a estar haciendo pequeños cambios de plano continuamente. El entrenamiento está siendo monitorizado por la doctora Venture, que se muestra especialmente atenta con Christopher… y no en un sentido profesional, quiero decir. Esto sirve ya de paso para presentarnos a Morphea, un psicólogo canopiano que también terminará por formar parte del grupo.

Finalizado su entrenamiento, Christopher se marcha a pasar el resto del día con su novia Melissa, pero en realidad en quien está pensando es en Dart, a la que considera una hermana. De hecho, los padres de Dart se encargaron de criar y educar a Christopher cuando Martin se desentendió del asunto, por lo que él los siente más como su verdadera familia que a su padre biológico.

La siguiente historia que nos cuentan es la de Pakrat, (aunque en este primer numero lo llaman Rakbat), una rata peluda antropomórfica con un cierto parecido con Grizzlor de los Masters del Universo, que es un hábil ladrón. Se cuela en un museo sorteando sus alarmas y sistemas de seguridad y logra apoderarse de unas joyas, pero entonces hace saltar una alarma con la que no contaba. 

Aunque tiene toda la pinta de ser el típico personaje escurridizo y cobardica, cuando unos robots de seguridad del museo lo acorralan se lanza contra ellos y los destroza con las garras y dientes. Tras esto escapa del museo con la intención de ir a vender las joyas.

Y terminamos este primer número volviendo con Dart y Blackjack, que están celebrando el haber escapado de sus perseguidores. Dart se refiere a Blackjack por su verdadero nombre (curiosamente este resulta ser también Christopher) y le da a entender que no tienen futuro en Roc, por lo que ha llegado el momento de largarse a otro planeta.

Nº 2. Cara a cara: el segundo número comienza de nuevo con Dart y Blackjack metidos en líos. Siguen en Roc, y ahora están luchando a favor del bando al cual se enfrentaron anteriormente. Son mercenarios, y por tanto el bueno de la historia es quien les pague en ese momento. Desde la órbita del planeta, sus avances por el campo de batalla son atentamente observados por Destructor Negro. Este parece tener también medios para viajar entre universos, pues se ha traído de uno de ellos a una espeluznante criatura a la que llama Warbeast (bestia de guerra), a la que envía al planeta a ocuparse de Dart.  

Una carga suicida de Blackjack salva el día, ganando además la guerra para su bando. Durante la celebración Dart revela que sus padres fueron tripulantes del Scanner One. Quizá también la madre de Dart hizo algún viaje entre planos estando embarazada, dado que esta tiene en ocasiones fugaces visiones de posibles futuros. Una de esas visiones le hace predecir el ataque de Warbeast segundos antes que este se produzca. 

La criatura es una especie de monstruo-planta enorme, brutal e inmune al láser, y Dart logra acabar con él haciéndole tragar una granada. Durante el combate, Blackjack nota que Warbeast fue todo el tiempo directamente a por Dart, matando únicamente a aquellos que se interponían en su camino hacia ella.

Entretanto, la novia de Christopher lo deja por órdenes de su padre, un senador que al parecer tiene un asunto personal con Martin y ha decidido extender esa rencilla a su descendiente. Morphea el canopiano tampoco lo está pasando muy bien. Los canopianos son una sociedad matriarcal extremadamente clasista. Son criados en guarderías gubernamentales y no tienen ningún contacto con sus progenitores, así que se siente especialmente intrigado por la nula relación familiar que hay entre Christopher y Martin, en una raza donde lo normal es sí mantener vínculos afectivos con la familia. 

Buscando una explicación a esto acude a la que parece ser la fuente del problema, el propio Martin, y consigue que este le reciba. Martin parece obsesionado con la idea de que todas las guerras y desastres que ocurren a lo largo de la galaxia son algo orquestado por una sola entidad que pretende provocar un caos absoluto. Morphea considera que esto son delirios provocados por un sentimiento de culpa, por la muerte de su mujer. Pero como lectores, con una visión más global de lo que está ocurriendo de la que tienen los personajes, sabemos que los temores de Martin son ciertos, y que en realidad Destructor Negro está detrás de todo eso.

Pakrat y Babe el huevita solo se nos muestran brevemente para recordarnos que están ahí. Ambos están viajando a bordo de naves (uno como polizón y el otro como prisionero) hacia Nueva Tierra, donde todos los personajes parecen destinados a encontrarse.

Y lo dejamos aquí por el momento. Si tenéis la oportunidad, echad una partidita de vez en cuando al Phoenix, que todas esas malvadas águilas gigantes espaciales no se van a destruir solas. Alternativamente, podéis ver la continuación de la historia pulsando aquí

ATARI Force. 1984. Gerry Conway, Roy Thomas (guion) José Luís García López (ilustrador principal). Publicado por DC / Ediciones Zinco.

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