EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Bienhallados, nobles caballeros y damas.
He de decir que el seguimiento de las entradas dedicadas a este comic está siendo mucho mayor del que esperaba. El sistema de Blogger permite ver por separado el número de visitas totales del blog y las que ha recibido individualmente cada artículo, y en lo que a comics se refiere, los dedicados a El Aguilucho están entre los más leídos en proporción al tiempo que cada uno lleva publicado. Lo comento como mera curiosidad, porque es un comic de un estilo de dibujo y una temática que a día de hoy puede parecer muy desfasada.
La siguiente mini saga con la que nos encontramos se extiende desde el nº 19 al nº 22. Trata sobre el viaje por mar de los personajes hasta Tierra Santa, para llevar el rescate de Sir Arthur y de paso unirse a las Cruzadas.
En Rumbo a lo desconocido (nº 19) vimos el final del conde Bramor y como su parte del tesoro reunido para liberar a sir Arthur termina en manos de Aguilucho, Dardo y Pimienta. La otra parte fue ocultada por Pimienta entre los pertrechos que estaban siendo acumulados en un puerto para embarcarlos en uno de los buques que se dispone a zarpar en breve hacia las Cruzadas. Es una buena forma de asegurarse que el oro llegará hasta su destino incluso si a él le pasaba algo… siempre que quien lo encuentre a bordo sea honrado y no busque el modo de quedárselo.
Los tres parten de inmediato hacia el puerto, pero cuando llegan el buque ya se está alejando rumbo al siempre incierto horizonte. Deciden robar su barca a unos pescadores para tratar de alcanzar el buque. Muy mal por su parte, todo hay que decirlo, pero es lo que hacen. Cargan el tesoro de Bramor en la barca y Dardo se queda atrás peleando contra los pescadores que tratan de detenerlos. Marcel y Pimienta se dirigen con los cofres hacia el buque, y esta es otra cosa que me gusta de la colección, que los “personajes satélite” del protagonista van cambiando con frecuencia, siendo a veces coprotagonistas y otros una simple comparsa, o no interviniendo en absoluto.
La ligera barquita de pesca logra alcanzar al buque de los cruzados, pero solo porque este ha sido rodeado y está siendo abordado por cuatro barcos de piratas turcos.
En Omar el terrible (nº 20) Marcel y Pimienta se unen a la refriega, pero los piratas turcos superan por mucho en numero a los cristianos, y toman el buque de los Cruzados. Marcel y Pimienta terminan encerrados en las bodegas junto con otros supervivientes. Entre ellos está Irene, una joven que se encontraba a bordo del barco con la intención de reunirse con su padre en Tierra Santa.
Pimienta reúne un par de ingredientes y los pone a hervir en un recipiente. Aquí hay muchas cosas mal, como que los prisioneros estén encerrados en un lugar donde tienen acceso a las provisiones y a elementos con los que encender fuego dentro del barco, aunque lo principal es el recipiente. Fijaos que es una lata de conservas, algo que naturalmente no existía en el siglo XIII. Pero todos los anacronismos que nos vamos encontrando en esta colección parecen darse en torno al personaje de Pimienta, por lo que puede que se traten de algo intencionado, una especie de broma interna del autor.
El aroma del caldo que está preparando sube hasta la cubierta y pone a babear de hambre a los piratas. Su capitán, Omar el terrible, harto de comer cordero, ordena que saquen de la bodega al responsable de ese aroma y lo pongan a cocinar. Pimienta prepara unos cuantos de sus guisos y sopas con “efectos mágicos” que tras unas pocas horas hacen dormir como troncos a toda la tripulación. Su sueño es tan profundo que Pimienta saca de la bodega a todos los prisioneros y estos se apoderan del barco sin pelear. Lanzan al mar a los piratas inconscientes y a Omar le dan el privilegio de morir luchando espada en mano con Marcel.
Lucha a muerte en el mar (nº 21). Durante el combate entre Marcel y Omar éste último termina cayendo por la borda. Es recogido por otro de los barcos piratas que andaban por ahí cerca. Para poner algo de distancia entre ellos, los cristianos incendian el bote de pesca que aún llevaban a remolque y lo lanzan contra el barco pirata a modo de pequeño brulote. Como todo buen villano recién derrotado, Omar el terrible jura venganza a gritos mientras agita un puño en el aire.
Mientras enfilan hacia Tierra Santa con su reducida tripulación, Marcel y Pimienta reúnen las dos mitades del rescate de sir Arthur, e Irene no tiene mejor ocurrencia que enamorársenos del joven y gallardo Aguilucho. Cuando este le revela que su corazón pertenece a otra, la niñata empieza a meter cizalla… que quizá Gisela ya lo habrá olvidado… que si el tiempo… que si la distancia… que ella en cambio está aquí y ahora… afortunadamente, un problema real salva a Marcel de tener que lidiar con los problemas imaginarios de Irene.
Se desata una tormenta monumental en la que la tripulación debe luchar no ya para mantener el rumbo, sino tan solo por mantenerse a flote. Irene siente el impulso de salir corriendo a la cubierta azotada por las olas, no para ayudar a los hombres, sino para correr a los brazos de su amado Marcel. Una ola la arrastra al mar y Marcel se lanza por la borda a por ella. Logra alcanzarla y ambos son subidos a bordo. A ojos de Irene esta es la prueba definitiva de que ella y Marcel están destinados a estar juntos.
🔍👀
Definitivamente, Pimienta es mi personaje preferido.
A todo esto, el buque se detiene en seco. ¡Encallados! El temor de haber topado con unos arrecifes se desvanece al comprobar que no hay brecha en el casco ni vía de agua, por lo que suponen que han embarrancado en un banco de arena. La tormenta y la densa oscuridad de la noche les impide saberlo con certeza.
Encuentro con el capitán Valor (nº 22). El fin de la tormenta y la llegada del amanecer revela que no se encuentran encallados en un banco de arena, sino embarrancados en una playa… y con un pequeño ejército musulmán cargando hacia ellos. Estos trepan por las bandas y atacan a los tripulantes, agotados tras su larga lucha con el mar.
Parece que los musulmanes van a acabar con ellos cuando una tercera fuerza entra en liza, una columna de caballería de los Cruzados, que carga contra los musulmanes y los obliga a retirarse.
Al mando de los Cruzados está el capitán Valor, el padre de Irene. Durante el emotivo reencuentro, ella aprovecha para multiplicar por miles las victorias y hazañas de Marcel, elevándolo hasta la categoría de una especie de héroe mítico.
Cuando Marcel tiene al fin la oportunidad de decir algo e informa al capitán Valor del motivo de su presencia allí, este le revela que el oro del rescate ya carece de valor real. Han pasado meses desde que sir Arthur fue capturado y se pidió el rescate, y desde entonces los Cruzados han cercado y asediado Antiacara, donde sir Arthur está siendo retenido. Tras haber tratado de rescatarlo por la fuerza durante meses, Valor duda que los musulmanes estén dispuestos a dejar libre a sir Arthur a cambio del rescate, en caso de que siga vivo. Marcel, sin embargo, está dispuesto a tratar de liberarlo a como dé lugar, tal como se comprometió a hacer.
Y habiendo llegado ya a tierra firme, la siguiente tarea a afrontar será La liberación de sir Arthur.
El Aguilucho. 1959. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1981 por Editorial Valenciana S.A.
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