FRAGMENTOS DE UN MUNDO LEJANO
¡Hola! ¿Qué os parece mi nuevo diseño? Menos plastilinoso y más dibujoso que de costumbre ¿verdad? Bueno, espero que os guste porque es el que poco a poco irá prevaleciendo en El Planeta del Espacio. Y hablando de planetas, acabo de volver de la Tierra, y mirad lo que he traído.
Se trata de un bonito fragmento de jade. Los terrícolas lo emplean únicamente como adorno, en forma de incrustaciones, bisutería y pequeñas figuritas. El jade se encuentra en varios yacimientos repartidos por todo el mundo, pero hay dos culturas en las que tuvo una especial relevancia. Fueron dos culturas muy diferentes y geográficamente bastante separadas, y curiosamente, el jade representaba lo mismo para ambas: la creación y la vida.
Por un lado tenemos a los pueblos mesoamericanos (la actual Iberoamérica) que consideraban que el jade era la piedra de la fertilidad, la concepción y el nacimiento. El jade era literalmente vida en forma mineral. Se empleaba especialmente en amuletos, máscaras mortuorias y ajuares funerarios, pero no porque representara la muerte, sino porque el alma del finado, en contacto con el jade colocado sobre y alrededor de su cadáver, seguía viviendo gracias a esto. Su color (casi siempre verde o verdeazulado) lo relacionaba con la exuberante jungla, con el agua que regaba los campos, y a su vez la correlación jade-agua recordaba también a las aguas del parto que igualmente precedían a las nuevas vidas. Se creía que los vivos en contacto con joyas o amuletos de jade conservaba mejor su salud o la recuperaban con mayor facilidad si estaban enfermos o heridos. Para estos pueblos, el jade era más valioso que el oro, porque era intrínsecamente mágico.
Por otro lado, en China el jade era el material mismo de la creación, a partir del cual provenían todos los otros. Al soberano supremo de la mitología china, que rige no solo sobre todos los humanos y sobre los otros dioses, sino sobre el mismo devenir del universo, se lo conoce como el Emperador de Jade o el Anciano de Jade. Se le atribuye la creación de la humanidad y el haberse enfrentado y derrotado al Gran Rey Demonio que pretendía subyugarla. Los alquimistas chinos creían que del jade podía destilarse un elixir de la inmortalidad, y se empleaba junto al oro en el amortajamiento de cadáveres. Teóricamente esto mantenía la vida que pudiera quedar en ellos, y por tanto los cuerpos no se descompondrían. Las joyas confeccionadas con jade eran y siguen siendo un regalo de boda habitual para las novias, en la creencia que el jade influye positivamente en el embarazo y el parto.
Fascinante planeta, la Tierra.
Nosotros solo tenemos este trocito pequeñito de jade así que difícilmente nos volveremos inmortales. Seguiremos escribiendo lo que podamos mientras nos quede tiempo.
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