EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, lectores nocturnos.
Terminamos de repasar esta mini saga de nueve números con los dos últimos, en los que esperamos que (al contrario de lo ocurrido en todos los anteriores) los protagonistas logren cazar al fin algún vampiro.
Cortocircuito (nº 8, guion de Steve Grant, dibujo de Vince Giarrano y Kirk Van Wormer): comenzamos con el grupo Frontera en los barrios del puerto de Boston, luchando contra lo que aparentemente es la piel humana que mudó el demonio Piedra Filosofal en el nº 6. Un disparo del arma de nanomáquinas benditas de Drake reduce a polvo la piel viviente, pero entonces Drake sufre una especie de colapso nervioso, sin un motivo aparente. Como lectores, sabemos que este colapso coincide con otro echo que ha tenido lugar simultáneamente en Nebraska.
En una antigua prisión, un repelente asesino de niños es ejecutado en la silla eléctrica. O más bien se intenta ejecutarlo, porque cuando le sueltan la descarga que debería freírlo el reo parece absorber toda la energía de la instalación, sobreviviendo además de provocando una caída de los fusibles Quizá lo de “sobreviviendo” no sea el término correcto. Sigue moviéndose y de hecho se libera de la silla rompiendo con facilidad las correas, pero en este comic que alguien haga cosa como hablar o moverse no garantiza que esté vivo.
Al día siguiente, una misteriosa mujer acude a la oficina de Frontera para encargarles un trabajo. Tiene a un hermano en una prisión de Nebraska, y desde ayer no puede ponerse en contacto con él, ni con nadie del recinto penitenciario, de hecho.
Blade tiene cierta reticencia a aceptar el caso porque solo le interesa matar monstruos. Su opinión cambia cuando la mujer les dice que desde que se cortaron la comunicaciones con la prisión solo una persona ha salido de ella, el cura, que no hacía más que balbucear un nombre, Lilith. En los comics de Marvel, Lilith es la demonio más poderosa del infierno, por lo que el grupo Frontera acepta el caso y se presenta lo antes posible en el lugar.
Lo que encuentran son las puertas de la prisión abiertas de par en par y nadie a la vista. No hay un cerco policial, ni prensa, ni… ni nada alrededor de las puertas para impedir una fuga, como si nadie quisiera saber nada del asunto, ni las mismas autoridades. Los tres se adentran en el patio y este se encuentra literalmente alfombrado de cadáveres, tanto de presos como de guardias. Pasan al interior, a las celdas, pero es más de lo mismo. O peor, porque aquí si encuentran supervivientes, solo que parecen estar completamente locos y se lanzan contra ellos a manos limpias.
Al ser humanos vivos que actúan bajo algún tipo de trauma, Blade, Drake y King tienen que contener sus ataques para abrirse paso entre ellos sin causarles graves daños. Cuando parece que han logrado quitárselos de encima, los tres a la vez sufren una convulsión como la que recibió Drake el día anterior. Esta vez Drake lo identifica; es la señal de que un portal dimensional está siendo abierto, y ellos están de un modo u otro implicados.
Continúan explorando el recinto hasta encontrar al alcaide, que está completamente loco en un rincón y se ha arrancado los ojos en un intento de dejar de ver aquello que lo redujo a ese estado. A continuación se topan con el prisionero supuestamente ejecutado, que parece haberse convertido en un demonio que genera electricidad. Alcanza con uno de sus rayos eléctricos a King y lo hace desaparecer, proyectado a otra dimensión. Drake reacciona disparando contra él su fusil de nanomáquinas, pero estas funcionan gracias a una carga eléctrica que el demonio también absorbe, volviéndose más poderoso.
Despídete del mañana (nº 9, guion de Steve Grant, dibujo de Kirk Van Wormer): el demonio eléctrico, llamado Cortocircuito (no confundirlo con la Cortacircuitos de Transformers) está dando una tremenda paliza a Drake y Blade. El arma de Drake no solo no lo daña, sino que lo refuerza, y las hachas y cuchillos de Blade no pueden ni tocarle. Cortocircuito genera a su alrededor una corriente que absorbe todo lo físico con lo que entra en contacto, haciéndolo desaparecer en otro mundo.
Hay un momento en el que Blade llama “necrófago” a Cortocircuito y este le responde “¿Necrófago? Yo no me alimento de muertos. Soy los muertos”. Y esta última frase tan mal construida puede ser importante por lo que veremos a continuación.
El mundo al que ha sido proyectado Hannibal King es una versión alternativa del suyo. Ha aparecido en una ciudad que reconoce como el Nueva York de su propia época, pero todos los humanos que lo habitan son vampiros que se disputan la sangre de las ratas que logran atrapar. Cuando se topa con dos de estos vampiros, estos se postran a sus pies ofreciéndole a modo de tributo las ratas que acaban de cazar… hasta que se dan cuenta que no es el Hannibal King que ellos creían, sino otro. Al parecer, el Hannibal King de ese mundo ha esparcido el vampirismo por todo Nueva York, como mínimo.
Los vampiros se arrojan sobre King, ya que él, al no ser completamente vampiro (se desvampirizó en parte gracias a la Fórmula Montesi) es lo más parecido a un humano a lo que van a tener la oportunidad de hincar el diente. O en su caso, los colmillos. King se defiende de ellos lanzándolos por los aires, y uno cae contra la puerta de un almacén, rompiéndola y atravesándose el corazón con un madero. ¡Ya podemos decir que los Cazadores de Vampiros han cazado a al menos un vampiro! Del interior del almacén, sin embargo, brota una oleada de sedientos vampiros que se lanzan sobre King.
Mientras, en la prisión, Blade carga con el inconsciente Drake, huyendo del aparentemente invencible Cortocircuito. El alcaide de la prisión les va siguiendo a trompicones, guiado por la voz de Blade. Van a refugiarse, precisamente, en la sala de la silla eléctrica, donde el alcaide le cuenta en detalle lo ocurrido. Cuando electrocutaron al criminal que después se convertiría en Cortocircuito, este absorbió el voltaje, provocando un caída de tensión en el recinto y averiando todo lo eléctrico. Las puertas de las celdas, con cierres electrónicos, se abrieron todas de golpe liberando a los presos, provocando un motín. Los presos liberados aclamaron a Cortocircuito como a un dios, pero éste tenía planes para ellos también. Se los llevó a otro mundo a través de uno de sus portales, y cuando los volvió a traer los pocos que no estaban muertos se habían vuelto locos.
En cuanto se recupera, Drake empieza a echar cuentas sobre todo el asunto. Llega a la conclusión que Cortocircuito no puede estar generando por sí solo toda la energía necesaria para crear esos portales, y también ve raro que envíe a otros a través de ellos pero él mismo no haya hecho ningún intento de salir de la prisión e ir en busca de más gente. Teoriza que en realidad extrae su energía de los grandes generadores de la prisión, a los que quedó vinculado de algún modo cuando lo electrocutaron. Es por ello que no puede abandonar la prisión ni cruzar él mismo sus propios portales, puesto que se alejaría demasiado de los generadores, y prepara una trampa con la que cortocircuitar a Cortocircuito.
Pero antes, Blade debe rescatar del otro mundo a Hannibal King, puesto que cuando acaben con Cortocircuito el portal que este proyecta a su alrededor se cerrará dejando a su compañero atrapado. Blade se abalanza sobre Cortocircuito sabiendo que antes de tocarlo será absorbido por el portal, yendo a parar (o eso espera) al mismo mundo al que fue King.
Efectivamente, Blade aparece en el Nueva York vampirizado. Allí él y King se ven frente a frente al Hannibal King de ese otro mundo, convertido en el rey de los vampiros. Tiene a su lado a una dama vampira y a un extraño hombre lobo con un casco metálico, además de a docenas de vampiros.
El King de este mundo se muestra desconcertado. A duras penas se reconoce a sí mismo en el rostro del otro King. Afirma haber matado ya a Blade partiéndole en dos la cabeza, y se extraña al ver que no lleva unas gafas especiales para evitar ser hipnotizado, cuando en teoría Blade no puede ser hipnotizado por vampiros. Obviamente debe estar hablando del Blade de su realidad, que parece ser ligeramente diferente al de la nuestra. Blade y King logran clavarle una estaca en el pecho, y esto vuelve locos al resto de vampiros, que se abalanzan contra ellos.
Blade guía entonces a King al punto exacto en el que él apareció en ese mundo, suponiendo que será allí donde se abrirá un portal de vuelta si la trampa de Drake funciona.
En la prisión, Drake hace que Cortocircuito le siga hasta la sala de generadores, y entonces dispara contra estos su arma. Ya ha comprobado que dispararla contra el propio Cortocircuito es contraproducente, pero razona que si éste drena de algún modo la energía de los generadores, debe haber algún tipo de conexión psíquica entre él y la máquina. El disparo de Drake rompe esa conexión, y al no recibir energía del generador, Cortocircuito se consume a sí mismo.
El portal expulsa a Blade, King y un puñado de vampiros, pero estos últimos son reabsorbidos a su mundo cuando el portal se colapsa. Uno de ellos grita desesperado “¡Por favor!¡Allí todo está muerto!” antes de desaparecer. Y esto hace que me pregunte si con “allí” se refiere a Nueva York, a los Estados Unidos, o a todo el mundo. Antes, cuando Blade llamó “necrófago” a Cortocircuito este le respondió “Soy los muertos” ¿Es posible que su poder estuviese limitado a crear portales a realidades alternativas en las que todos los seres humanos estuviesen extinguidos o reducidos a muertos vivientes? Quizá además de un Marvel Zombis tengamos un Marvel Vampiros sin explotar desde hace treinta años.
Con Cortocircuito fundido, Drake, Blade y King abandonan la prisión… dejando allí a su suerte al alcaide ciego, por cierto. Aunque el comic no lo ha mostrado, Blade afirma haber visto fugazmente a Blaze y el Motorista Fantasma en el momento de cruzar el portal de vuelta a su mundo, y acuerdan ir en su búsqueda por si esa visión pudiera significar algo. Blade y King, que habían estado toda la miniserie desconfiando uno de otro, hasta el punto de casi llegar a enfrentarse, se dan la mano al fin confirmando que, si bien quizá nunca lleguen a ser amigos, sí son capaces de funcionar como un equipo. Y así termina Cazadores de vampiros.
Me queda un sabor agridulce después de leer esta colección. La idea base me gusta, y las historias que contaban también, pero la forma general en que fue ejecutada no. Tres dibujantes diferentes son muchos para una miniserie de solo nueve números. El caso del nº 8 es especialmente malo. Se hizo entre dos dibujantes, pero no colaborando a lo largo del número, haciendo uno los personajes y otro los fondos, o uno boceteando y el otro detallando, como son normalmente las colaboraciones de este tipo. Uno dibujó las primeras once páginas y el otro las once siguientes, y si tuvieran estilos similares que disimularan el paso de unas a otras, todavía, pero no. Los estilos de ambos son completamente diferentes, y de una página a la siguiente Blade pasa de tener el aspecto de un psicópata cuarentón de ciento veinte kilos al de un adolescente asustado y flacucho. Tiene demasiados cortes (falta, de hecho, toda la parte central, contada en comics de otros personajes y que no se adaptó a estos) y hasta la traducción es mala. Incluso sin haberlos leído en el idioma original, a poco que tengas un nivel decente de inglés te das cuenta de en qué se equivocaron al traducirlo. El nº 7 sobra totalmente, porque ni es necesario para entender el 8 y el 9 ni aclara gran cosa, siendo más un recordatorio para aquellos que sí leyeron la parte de la historia que falta, contada en otras colecciones, que un resumen explicativo para aquellos que no las leyeron.
Es una lástima, porque como ya dije, el planteamiento inicial y la intención de la serie me parecen interesantes. Pero también me parece que no supieron llevarla bien y no la cuidaron.
Y como curiosidad, los comics de esta época pre-internet dedicaban una o dos páginas al llamado Correo de los lectores. Ponían a disposición de los seguidores del comic una dirección de correo postal donde podían enviar cartas con preguntas y sugerencias, y las que se consideraban más interesantes se reproducían y/o contestaban en el mismo comic. En el numero 8 encontramos una carta de un tal Eduardo Gallardo López, de Sant Feliu de Llobregat (un saludo para Eduardo, por si está leyendo esto) en la que indica que, a su parecer, de hacerse algún día una película sobre los Cazadores de Vampiros, Wesley Snipes sería el actor perfecto para el papel de Blade. En el Correo de los lectores le contestaban que no había intención por el momento de hacer una película sobre estos personajes. El comic en el que se publicó esta carta es de 1994. Cuatro años después, en 1998, pudimos ver una película de Blade en solitario en la que Wesley Snipes interpretaba al cazador de vampiros. Desde aquí queremos felicitar a Eduardo por su clarividencia.
Y por otra parte, ya que Blade afirma haber visto a Blaze y al Motorista Fantasma, la próxima serie limitada de Marvel que reseñaremos será Espíritus de venganza, en la que estos dos personajes se enfrentan también a todo tipo de criaturas sobrenaturales.
Hasta ese momento, podéis repasar todo lo anteriormente ocurrido en esta colección pulsando aquí.
Nigthstalkers. 1993. Varios autores. Publicado en 1994 por Comics Forum.
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