EL ARCHIVO
Bienvenidos de nuevo al Archivo, investigadores.
Hoy los habitantes del Planeta del Espacio terminamos de pegar los cromos de nuestro álbum de Monstruos Alucinantes y queríamos comentarlo un poco, compartir impresiones, mostrar nuestros favoritos, y ese tipo de cosas. Pero hemos pensado dejarlo para mañana y publicar esto otro primero, para asegurarnos que todo el mundo tiene claro de que colección estamos hablando.
El siguiente artículo fue publicado por primera vez en mayo de este mismo año, en el nº 30 de la revista virtual Figuras en Acción, que podéis ver completa pulsando aquí.
Llegas hasta una desvencijada cabaña entre la penumbra de un bosque tenebroso, empapado y aterido de frío por la gélida lluvia. Las ramas de los árboles golpean contra las ventanas quebradas como dedos huesudos. Llamas a la puerta en busca de hospitalidad, aunque el lugar te transmite malas vibraciones. La puerta se abre por si sola con un seco chirrido. Al otro lado, el silencio es perturbado por el sonido de pasos que se acercan, aunque no hay nadie a la vista. De repente, del interior brota un grito desgarrador que rompe la quietud de la noche. Corres buscando su origen, y encuentras lo que parece ser un viejo laboratorio. Líquidos viscosos gotean de probetas rotas y polvorientos alambiques cubiertos de telarañas. En un rincón, una muñeca antigua sentada en una mecedora que se balancea lentamente gira la cabeza hacia ti. La mirada vacía y la sonrisa desgastada de la muñeca te repelen de tal modo que sientes la imperante necesidad de huir.
Tratando de alejarte de este nauseabundo lugar te adentras en la espesa niebla que repentinamente se ha formado en torno a la cabaña, y sin saber cómo te encuentras sobre la cubierta de un barco pesquero que cabecea en alta mar. Olas gigantescas azotan la embarcación, y cegadores relámpagos iluminan el cielo con sus destellos. Entre el rugido del viento y el mar, la tripulación escucha un sonido inhumano y burbujeante que surge desde las profundidades. Algo enorme y oscuro se eleva junto al barco, cubierto de algas y tentáculos que se retuercen como serpientes. Los marineros lo observan, paralizados por el miedo, mientras la criatura abre una boca llena de dientes afilados del tamaño de colmillos de elefante. El monstruo emite un grito que ensordece incluso el fragor de la tormenta, un sonido tan horripilante que parece romper en pedazos tu alma y fragmentar en esquirlas tu cordura.
¿Qué está pasando? ¿Qué son estos horrores que te acechan y no dejan de cambiar? ¿Estás sumido en un mundo de eterna pesadilla? ¿O quizá estas dejando volar tu imaginación mientras pasas las páginas de uno de esos catálogos de horrores y deformidades que eran los álbumes de cromos de los 80?
Tal como adelantábamos en la sección Kiosco de Prensa, Lázaro Totem ha terminado al fin su segunda colección de cromos, aun si cabe más espeluznante que la anterior. En esta ocasión nos enfrentaremos al desafío de confinar dentro del álbum, en el lugar que a cada uno le corresponda, nada menos que a ochenta espantosos seres de diversa naturaleza. El álbum se vende junto a todos los cromos, por lo que tenemos la certeza de completarlo en lugar de pasar por el suplicio de quedarnos con el álbum a medias… y el frustrante taco gigante de cromos repetidos.
Al igual que ocurría con las colecciones de cromos de extraterrestres y monstruos a las que homenajea, el álbum de Monstruos Alucinantes está dividido en secciones. Como si de una de esas atracciones de Pasaje del Terror se tratase, comenzaremos nuestro recorrido por la sección de Criaturas y otros monstruos alucinantes, donde nos encontraremos un poco de todo. Un primer contacto con treinta seres entre los que hay bestias mitológicas, aberraciones cthulhunianas y varios individuos que quizá os resulten extrañamente familiares.
A continuación nos aguardan Sectas ocultistas y leyendas urbanas, donde veremos trece ejemplos de lo que tanto el fanatismo como la imaginación y el tontear con lo sobrenatural son capaces de crear.
Dem6ni6s del p6rtic6 infernal pr6fund6 toma el relevo con otros doce aberrantes demonios y criaturas infernales entre las que tendremos que abrirnos paso para continuar nuestro macabro recorrido.
El oscuro pasaje de los engendros y seres grotescos nos enfrentará a una nueva hornada de doce horrores muertos vivientes, cadáveres ambulantes y fétidos mutantes necrosados.
Tratando de dejar atrás a todos estos engendros llegaremos hasta los Moradores de las galaxias lejanas del horror, un muestrario de lo peor que el infinito universo tiene reservado para nosotros en un futuro. Con estos trece alienígenas termina nuestro tour por la galería de Monstruos Alucinantes.
Sumando todos estos encuentros acabamos con solo ochenta cromos, veintiuno menos que en el álbum anterior. Pero hay algo que compensa esto, una cosa que eché mucho de menos en el Cromotropía y que aquí sí se nos ofrece: una sección con las descripciones de los monstruos. Son explicaciones breves y en ocasiones delirantes en las que se nos desvelan los detalles más significativos de cada una de estas criaturas. Y se nos propone un reto para poner a prueba nuestros conocimientos de expertos monstruólogos: identificar las fuentes de inspiración de los diversos seres que han ido apareciendo como decoración de fondo en las páginas, y de los que no hay cromo ni descripción.
En una última sección de Referencias y homenajes, el autor nos revela curiosidades sobre la colección y nos muestra bocetos de los monstruos que no llegaron a clasificar para formar parte de esta y se quedaron en el banquillo.
Y para aquellos dementes a los que este viaje les sepa a poco, una buena noticia. Lázaro está preparando un tercer álbum cuyo título provisional es Galáctica Horror, y que promete superar a los dos anteriores. Os avisaremos puntualmente cuando llegue el momento.
Mientras pasas la última página, los ecos de una era monstruosa resuenan en el silencio de la noche. Los cromos, ahora inmóviles, son depositarios de historias que trascienden el tiempo y el espacio, siendo cada uno un portal a un mundo donde lo fantástico y lo terrorífico se entrelazan en un abrazo eterno. Venidos desde las profundidades abismales o de los confines estelares, estos monstruos errantes han encontrado al fin un hogar entre sus páginas.
El álbum queda cerrado y es alojado en una estantería. Pero este no es el final, sino una pausa. Cada monstruo, cada historia, cada cromo, es una semilla plantada en la imaginación de los que se atreven a creer en ellos. Y mientras el álbum descansa en la estantería, los Monstruos Alucinantes aguardan pacientemente en su interior a ser redescubiertos, a ser revividos, a ser recordados, quizá en sueños… o tal vez en pesadillas.
Le damos un vistazo al álbum más de cerca pulsando aquí.
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