MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

domingo, 24 de noviembre de 2024

EL REGALO DE CUMPLEAÑOS

 JUNTO A LA FOGATA

Presentado por... Mr. Yuk.


¡Ya estoy aquí de nuevo! Esta noche he tenido un sueño raro, y como suele ocurrir, lo olvidé por completo segundos después de despertar. Siempre me ha fastidiado mucho que me pase eso, pero también siempre me he preguntado si olvidar los sueños no será algún tipo de sistema de seguridad del cerebro.

El caso es que con esa sensación en la cabeza de haber soñado algo y no recordarlo, cuando en la reunión de la madrugada surgió la eterna pregunta sobre a que se le iba a dedicar la entrada de hoy, me acordé que hace algún tiempo nuestro Supervisor General escribió un relato cortito sobre el tema.

Lo escribió para un concurso de relatos breves que organizaban en el planeta Tierra. Al parecer el muy cenutrio se enteró de la convocatoria cuando ya había pasado el plazo de entrega, pero las bases del concurso le parecieron estimulantes y se puso a ello de todos modos por ver que le salía. 

Las bases indicaban que el tema debía ser un regalo de cumpleaños, pero englobarse en la ciencia ficción, la fantasía o el terror. Imagino que también estaría limitado a quinientas palabras como máximo, porque lo hizo de quinientas palabras exactas, pero eso ya no lo puedo asegurar. En cualquier caso, él afirma que se entretuvo escribiéndolo, que es de lo que se trataba. A ver que os parece.


EL REGALO DE CUMPLEAÑOS


Desde que guardo memoria, he tenido un sueño recurrente que se ha repetido en cada uno de mis cumpleaños. No sé si puede considerarse una pesadilla, ya que he soñado tantas veces lo mismo que yo solo puedo verlo como algo normal. 

En este sueño siempre tengo una edad que se corresponde aproximadamente con la realidad. De niño me soñaba como un niño. Ahora me sueño como un adulto. Aun con pequeñas variaciones, me reconozco a mí mismo en esa persona. 

En el sueño voy andando por un bosque en plena noche. Es la clásica imagen de los bosques embrujados que aparecen en los cuentos: oscuridad, búhos ululantes, ramas con forma de garra movidas por el viento, rostros en los árboles, lejanos aullidos de lobo, pequeñas formas humanoides que se escabullen en la espesura al aproximarme a ellas... Pero no me da miedo. Al contrario, en el sueño me siento arropado en ese entorno, como si el propio lugar me diera la bienvenida. Como si estuviese regresando a mi hogar.

Tras andar un rato llego hasta una pequeña cabaña, en un claro del bosque iluminado por la palidez de la luna llena. La casita tiene un aspecto viejo y algo derruido. El techo es de bálago, y de algunas de las maderas de la casa brotan pequeños hongos. Entro en la cabaña, y en ella me espera una anciana mujer. Tiene todo el aspecto de una típica bruja: encorvada, largos cabellos blancos, ojos cansados tras unas frágiles lentes redondas. La anciana remueve un gran y humeante caldero unas veces, o lee un vetusto y polvoriento libro otras. Nunca he sabido quien es, pero intuyo un muy lejano parentesco, como si esa mujer fuera una antepasada mía que hubiese existido cientos de años atrás. Y aunque mi aspecto cambie de un sueño a otro, el suyo siempre ha sido el mismo.

El lugar huele intensamente a incienso y cera de vela. Al verme entrar la mujer se alegra mucho y viene  hacia mí con un pequeño cofre de oro en las manos. Me dice unas pocas palabras con voz cariñosa, como las que se dirigen a un familiar, que luego al despertar nunca recuerdo. 

Tomo el cofrecillo de sus arrugadas y algo temblorosas manos, y lo abro lentamente. Una brillante luz dorada escapa de él, cegándome... y es entonces cuando despierto. Y este sueño se ha repetido desde que soy capaz de recordarlo hasta ahora, en todos mis cumpleaños.

Pero este año no. Este año pasó la fecha y no tuve ese sueño por la noche. Ni a la siguiente. Ni a la otra.

Ya han transcurrido varias semanas desde mi cumpleaños, y no he tenido el sueño. Sin embargo, por alguna razón, he recordado esa parte del final que siempre se borraba de mi memoria al despertar. Esas palabras que la anciana y amistosa bruja, si es que de eso se trataba, me dirigía con amabilidad al entregarme el cofrecito:

-Toma, querido mío. Aquí tienes otro año más de vida...


Bueno, pues ese ha sido el relato de hoy. Si el año que viene no volvéis a ver aparecer por el blog a nuestro Supervisor General, ya sabéis a que se debe ¡Jajaja!🎂🎁

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