EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

¡Saludos, amigos cinéfagos!
La noche del terror, distribuida también como Las noches del terror y Masacre zombi (no confundirla con esa otra titulada Zombi Masacre) es lo que podríamos llamar una "película de Schrödinger", una de esas que tienen la extraña cualidad de ser buenas y malas al mismo tiempo. A decir verdad tiene más de lo segundo que de lo primero. De hecho, cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de que tiene mucho más de los segundo que de lo primero.
Para empezar, tanto el director como la actriz principal y el actor de mayor renombre afianzaron su carrera en el cine erótico, y eso se nota. Hay momentos que parece que se olvidan de que lo que tienen entre manos es una película de zombis. Hasta que estos empiezan a aparecer en masa (a los veinte minutos de metraje o así), todo lo que vemos (y hasta la música) recuerda más que nada a una película erótica de bajísimo presupuesto. Que también tendrán su público, claro, pero no es uno de los géneros en los que nos centramos aquí.
Tenemos a un sabio (asumimos que es sabio, puesto que tiene una gran barba) que ha encontrado una tablilla de piedra en una excavación etrusca. Se la lleva a casa para examinarla (vive en un palacete cercano a la excavación) y descubre algo que lo deja bastante turbado. Y decidme "¡Pecky, estás loca!" si queréis, pero uno de los símbolos que hay en esa vieja tablilla es un smiley.
Los smiley o caritas sonrientes aparecieron en 1963, se pusieron de moda internacionalmente en 1970, tuvieron su pico de popularidad durante la década de los 80, y terminaron evolucionando en lo que actualmente conocemos como emojis. Esta película es de 1980, así que lo del smiley/emoji etrusco podría ser perfectamente una broma del encargado de hacer el atrezo.
A raíz de este extraordinario descubrimiento, el sabio vuelve a la excavación con renovado interés y comete un terrible error. Pica el muro en el que encontró incrustada la tablilla, y justo en el momento en que perfora un pequeño agujero, parece romper algún tipo de sello… lo que provoca la vuelta a la vida de los numerosos cadáveres etruscos que había repartidos por aparentemente cada rincón del lugar.
De un cadáver etrusco decente se podría esperar que no quedara más que un esqueleto petrificado. Básicamente los etruscos habitaron la actual Italia hasta que fueron asimilados por los romanos, unos veinte o treinta años antes de Cristo. Cuanto se hizo esta película los etruscos llevaban ya un par de milenios muertos, y sin embargo vemos que algunos todavía están relativamente frescos. Tienen un aspecto polvoriento y acartonado, pero muchos de ellos tienen todavía gusanos sobre ellos devorando su reseca carne. A lo largo de la película vemos a estos zombis milenarios sangrar, o al menos derramar un líquido viscoso y turbio que quizá en otro tiempo fue sangre, pero que tendría que haber desaparecido totalmente con el paso del tiempo. Pero sí vamos a ver esta película hay que desconectar de toda lógica. La mayoría de las cosas que pasan no tienen sentido, y no esperéis tampoco que se dé ningún tipo de explicación.
Habría sido interesante que la película estuviese enfocada en que alguien averiguase el origen de la plaga de zombis, por qué estos han vuelto a la vida, si hay algún modo de volverlos a dormir, una expedición a la excavación etrusca para deshacer de algún modo el error cometido… pero nada de esto va a ocurrir. La historia se centra en los invitados de este sabio, al que se refieren como el profesor, y por cierto es el primero en morir a manos de los zombis que ha despertado. Y sí, voy a llamarles zombis porque es cómo se comportan. No esperéis nada mucho más allá del típico comportamiento zombi, como arrastrar los pies, atacar a mordiscos, uso ocasional de herramientas, un trabajo en equipo más instintivo que planeado, etc.
Mientras al profesor lo mordisquean los zombis allá en la excavación, varias parejas de invitados llegan hasta su lindo palacete en la Toscana. Al no estar presente el profesor, su mayordomo y su sirvienta son los que reciben a los invitados. Tampoco sabemos qué relación tienen con este. Quizás son antiguos alumnos o colaboradores del mismo, pero en este caso tendrían una idea más clara de a qué se dedica o en que está trabajando, y no parecen tenerla. Tampoco hablan de él como si fueran familiares. Uno de ellos es fotógrafo, pero parece que es más una afición que una profesión, por lo que tampoco están allí para entrevistarle… con la información que nos da la película, simplemente no soy capaz de decir que hacen allí.
Los invitados se alojan en las diversas habitaciones, y esto da lugar a una sucesión de escenas eróticas de relleno, que sin duda es lo único que se le ocurrió al director y lo mejor que se les daba a los actores. Entre estas escenas es donde encontramos precisamente lo que más rechazo produce de toda la película: no los zombis, no las muertes, no los destripamientos, no los salpicones de cerebro, nada de eso… sino esto. Una de las parejas está formada por una mujer mayor, su amante, y el hijo preadolescente de la primera. Y es en este hijo donde tenemos el problema.
Las leyes de la época (sinceramente, espero que también las actuales) prohibían a los menores de edad intervenir en películas eróticas, y esta tenía suficiente componente de eso como para que la prohibición se hiciera extensiva a ella. Debido a esto se optó por utilizar para el papel de niño a un actor adulto con un problema de desarrollo hormonal. El resultado es que tenemos en la pantalla a alguien que nos damos cuenta en todo momento que es un adulto, pero que tiene el tamaño y casi el aspecto de un niño. Lo intentan hacer pasar por el hijo de la señora, aunque probablemente ambos tengan aproximadamente la misma edad.
Además, el niño tiene complejo de Edipo y siente atracción sexual hacia su propia madre. Para empeorar un poquito la cosa (digo un poquito porque mucho más no se puede empeorar ya) esta atracción es parcialmente correspondida por su madre, por lo que se nos da a entender. La madre, naturalmente, para los pies a los avances cada vez menos sutiles de su hijo... pero parece hacerlo a desgana, como por compromiso, quizá por el hecho de que ya tiene un amante adulto.
Esta relación es lo más difícil de asimilar de la película, y también el motivo por el que esta ganó la fama que tiene actualmente, más que por las malas actuaciones, o por la profusión de sangre y tripas, que no son ni más ni menos que las habituales en esa época y en este tipo de género. Si queréis hablarle a alguien de esta película y no recordáis el título, decidle algo como “Sí, hombre, la película esa de zombis con el niño de cuarenta años obsesionado con su madre” y si la ha visto sabrá a cuál os referís
Dejando aparte el tema del extraño niño y su no menos extraña madre, vamos a ver qué hacen los zombis. Desde que el profesor perforó el muro, estos no solo han empezado a salir de cada rincón de la excavación, sino que también se desentierran del suelo en el propio jardín del palacete, incluso salen de tumbas de piedra en dicho jardín. Hay uno que simplemente lo vemos salir de un parterre de matojos. ¿Estaba metido dentro de ese parterre desde la caída del imperio etrusco? No podemos saberlo.
El aspecto de la mayoría de estos zombis me gusta bastante, eso lo tengo que admitir. Visten roñosas túnicas llenas de roturas y polvo, la mayoría conservan carne seca y acartonada sobre sus huesos, de sus cráneos cuelgan ralos mechones de cabello… La impresión general que me dan es que algo les impidió morir del todo en su momento. Que no es la rotura de ese sello (o el robo de esa tablilla, o el hecho de que el profesor la haya descifrado) lo que ha convertido cadáveres en zombis, sino que algo los convirtió ya en zombis en su momento y que han estado aletargados desde entonces, con su proceso de putrefacción muy ralentizado.
Esto podría dar pie a una serie de interpretaciones y especulaciones. ¿Los etruscos crearon una plaga de zombis hace un par de milenios y lograron contenerlos en las catacumbas, o los almacenaron de algún modo en ellas? ¿Quizá después de darles algún uso en una guerra o ritual por ejemplo? ¿Emplearon algún tipo de magia para desactivarlos y sellarlos en las catacumbas, y el profesor los volvió a despertar al trastear en la excavación?
De nuevo no se nos explica nada. Una vez aparecen los zombis la película se centra únicamente en mostrarnos como los invitados del profesor y el personal de servicio van siendo masacrados por estos. Se refugian en el palacete, cierran puertas y ventanas, se arman con lo que pueden, y básicamente van muriendo uno a uno. Aquí tenemos algunas escenas interesantes entretenidas, como un grupo de zombis agarrando un tronco de madera para utilizarlo como ariete y echar la puerta abajo. Esto me gustó porque, si eres un etrusco, tu idea de echar abajo una puerta es empleando un ariete. Hay otra escena en la que vemos a un grupo de estos zombis entrando a una caseta de herramientas y volviendo a salir, cada uno de ellos empuñando algo afilado o puntiagudo, y lo hacen en una ordenada fila, como un grupo de soldados yendo a la armería a por sus pertrechos de guerra y a continuación volviendo a formar a su puesto. No sé si es intencional o casual pero sí que hay momentos en que se sienten como zombis muy antiguos, pese a que se comportan como típicos zombis romerianos que simplemente van a ver a quién pueden hincarle el diente.
No me voy a extender mucho en esta parte porque es bastante rutinaria. Es la clásica situación de casa asediada por zombis tal como la estableció La noche de los muertos vivientes: zombis rodeando la casa, zombis golpeando la puerta, alguno más listo que los demás probando con las ventanas, ahora uno se cuela, ahora alguien de dentro de la casa que fue mordido o que murió en un ataque previo se convierte en zombi y ataca a otro de los supervivientes, y cosas así. Sí que destacaré que el mayordomo y la criada siguen perfectamente encasillados en sus roles de sirvientes, obedeciendo sin rechistar toda orden que le dan los invitados. También es cierto que no hacen un gran trabajo: a la criada le ordenan que vaya (ella sola) a comprobar si están bien cerradas todas las ventanas del enorme palacete mientras todos los demás se quedan reunidos asegurando las del salón principal: termina siendo decapitada con una guadaña.
Consejo de supervivencia del Planeta del Espacio: recordad que nunca hay que sacar los brazos por las ventanillas cuando estéis en un vehículo en movimiento, ni sacar la cabeza por la ventana cuando la casa esté rodeada de zombis.
Al mayordomo, hay un momento en que le ordenan ir al salón de las armaduras y volver con todas las armas medievales que sea capaz de cargar. Cuando le vemos regresar lleva tan solo una pequeña macheta curva en la mano y ni siquiera llega a utilizarla para defenderse él mismo. El zombi del profesor regresa al palacete y le muerde la yugular. Luego le quita la macheta de la mano y la usa para abrirlo en canal y tener mejor acceso a las tripas. Literalmente, el mayordomo le tiene lista la cena y la cubertería a su señor para cuando este vuelve a casa. Muy profesional por su parte.
El caso es que, tras una serie de situaciones bochornosas y algo inconexas en las que lo único a destacar son las escenas de muertes, la situación se vuelve insostenible para los supervivientes y estos abandonan la casa. Antes vimos que también había zombis cerca de sus coches, así que renuncian a llegar a estos y tratan de huir campo a través. Se refugian en un monasterio franciscano solo para descubrir que… ¡Sorpresa! ¡Los monjes también han sido revividos por el conjuro etrusco! Algunos son poco más que esqueletos cubiertos de pieles apergaminadas, otros parecen los típicos cadáveres incorruptos de santos, y hay al menos uno que da la impresión de ser un muerto reciente. Puede que el monasterio como tal estuviera en desuso, el cadáver reciente sea el de su cuidador o restaurador, y el resto los de antiguos monjes enterrados en este… pero de nuevo, es especulación porque no se nos explica nada.
El grupo, cada vez más reducido, se refugia en lo que parece ser un anexo del propio monasterio empleado como taller de carpintería, en el que vemos trabajos a medias y herramientas modernas (por eso pienso que el cadáver reciente podría ser el de un guardián/restaurador). Es allí donde, enfrentados a una nueva oleada de zombis en la que se congregan tanto los zombis etruscos como los franciscanos y los personajes hasta ese momento muertos y revividos, los pocos supervivientes que quedaban sucumben…
Sí, es una de esas películas en las que todos los protagonistas mueren sin haber llegado a solucionar nada. Sin embargo, todos los personajes son tan insulsos (cuando no repelentes) que no nos importa verlos morir. Incluso diría que el verlos morir es un aliciente para seguir tragándonos la película. A modo de remate, una voz en off nos da lo que quizá (aquí estamos, especulando otra vez) sea la traducción de la tablilla que encontró el profesor. Es una profecía sobre el retorno de los muertos, claro, pero sigue sin aclararnos gran cosa. Solo se da a entender que lo ocurrido es nada más que el preludio de algo mucho mayor, quizá una maldición a escala mundial.
Puedes ver más reseñas de películas de zombis pulsando aquí.
Le notti del terrore. 1980. Piero Regnoli (guion) Andrea Bianchi (director) Guianluigi Chirrizzi, Simone Mattioli, Pietro Barzocchini (actores principales) Karin Well, Maria Angela Giordano (actrices principales). Editada en DVD en 2007 por Manga Films.
No hay comentarios:
Publicar un comentario