MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

jueves, 22 de mayo de 2025

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 26 y 27) Sarita

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, nobles caballeros y damas.

Ayer comenzaron (y mañana terminan) las fiestas de moros y cristianos de Jorquera (Albacete), así que nos ha parecido un buen momento para reseñar algún número más de esta colección. 

La representación de moros y cristianos de Jorquera está entre las más humildes de España, y hay una buena razón para ello. Lo entenderéis mejor cuando veáis la foto del pueblo.

Todo Jorquera está situado en lo alto de un cerro de doscientos metros con barrancos casi verticales en la mayoría de los puntos. Esto limita la expansión física del pueblo a los propios bordes de la cima. Su población es de menos de cuatrocientas personas. Originalmente fue un emplazamiento defensivo de importancia en la región. Los combates por su dominio fueron intensos y hubo años en que llegó a cambiar de manos un par de veces. Se sabe que el mismo Cid repuso fuerzas tras sus murallas de camino a una batalla. 

En palabras de la propia asociación oficial de fiestas de Jorquera, las fiestas de moros y cristianos se siguen celebrando “recordando la pérdida de España y la expansión del Islam por la Península, particularizando este acontecimiento en la villa y tierra de Jorquera, la posterior conquista castellana y conversión cristiana, como el definitivo repliegue musulmán hasta su expulsión”. Las fiestas están dedicadas a la Virgen María en su avatar de Nuestra Señora de Cubas, patrona del pueblo.


En lo que respecta al comic, continuamos con los dos siguientes números. Recordaréis que nos quedamos con el Guerrero y Ana María huyendo del peñón de Olián. Su escapada, aunque audaz, va a ser muy breve.

El ardid (nº 26). Escapar del peñón no es el fin de sus problemas. Los alrededores de este rebosan de patrullas de Olián, y el Guerrero se ve casi de inmediato luchando en solitario con una de estas. Agotado y temiendo por la seguridad de Ana María no tiene más opción que rendirse. Ambos son capturados y devueltos a la fortaleza. Cuando le llevan maniatado a las mazmorras, el Guerrero advierte que Don Luis está en una de las celdas.

Ya hemos tenido ocasión de comprobar que el escapismo es uno de los puntos fuertes del Guerrero. Aquí se nos ofrece una variante de fuga que se agradece más que la habitual y menos creíble escena de tirar de los grilletes hasta romperlos. Muleh, el bruto que se enfrentó a Don Luis en El pozo de la muerte, quiere exhibirse aún más ante los suyos peleando también contra el Guerrero, y convence a los carceleros para que le dejen entrar a su celda. Estos aceptan viendo en ello la posibilidad de amenizar un poco su monótono trabajo. Permiten a Muleh entrar a la celda y cierran la puerta tras él. El propio Muleh libera de sus grilletes al Guerrero, y tras un intenso aunque breve enfrentamiento logra derribar al cristiano a puñetazos.

Tan pronto como los guardias entran a la celda para volver a encadenarlo, el Guerrero salta sobre ellos. En realidad ha aprovechado la corpulencia de Muleh para fingir perder ante él de forma creíble. Los guardias y el propio Muleh no reaccionan a tiempo y el Guerrero se hace rápidamente con la cimitarra de uno de ellos. Su siguiente paso es liberar a Don Luis. Con la ayuda de este y valiéndose de su conocimiento del lugar, regresa al harén usando el mismo conjunto de puertas secretas y pasadizos que empleó antes para sacar a Ana María de este.

Las mujeres están sin vigilancia esta vez. El Guerrero y Don Luis se llevan a Ana María y se plantean el llevarse también a Zaida para evitar que ésta (la única de las esposas forzosas de Olián que realmente parece apreciarlo) les delate, pero finalmente la dejan atrás. Mientras todas las alarmas de la fortaleza están sonando y todos los guardias corren de un lado a otro buscando a los fugados, llega la patrulla que traía el cadáver disfrazado que el Guerrero dejó como señuelo. Estos presentan orgullosos su trofeo, solo para recibir como respuesta que el Guerrero ya se encuentra en la fortaleza, vivo y matando guardias. El rumor de que el Guerrero se trata de un invencible ser sobrenatural comienza a expandirse así entre sus enemigos.

En las cavernas donde se esconde Ali Kan este se percata de la especial atención que su guerrero Mozhafi pone en Zoraida y le llama la atención por ello. Mozhafi se decide entonces a actuar y ataca a los bandidos que vigilan a Zoraida, huyendo con ella del campamento del destronado reyezuelo.

Fernando, que había logrado escapar de sus captores, se dedica a seguirlos a pie buscando una oportunidad para liberar también a Osmin. Aunque los captores van a caballo la mayor velocidad de éstos se ve contrarrestada por lo abrupto del terreno, en el que un hombre capaz de trepar por desniveles bruscos puede sacar ventaja a los jinetes. Aprovechando que la patrulla se detiene a descansar Fernando se arrastra hasta Osmin y corta sus ataduras con un cuchillo, facilitando su huida. Ambos deciden quedarse por la región hasta asegurarse de si, como creen sus captores, el Guerrero ha muerto. 

Es así como llegan hasta una casita (¡Nueva localización descubierta!) en la que nos encontraremos a otro personaje que se incorporará al reparto fijo de la serie; Sarita, la futura novia de Fernando.

Sarita vive en la choza con su padre, que la trata a golpes y la castiga por la mínima falta. Cuando Osmin y Fernando se presentan en la casita y ofrecen al padre algunas monedas a cambio de ropas viejas con las que disfrazarse y la posibilidad de descansar unas horas a resguardo, este se deshace en palabras amables. Pero cuando envía a Sarita a llenar un cántaro de agua a un manantial, le indica en secreto que dé el aviso al puesto de guardias de Olián más cercano. Sospechando algo similar, Fernando abandona la casita poco después y sigue a la muchacha. Cuando esta se encuentra en la fuente aparece Lobo, un pastor local encaprichado de la joven. Lobo está cansado de que esta lo ignore y ha decidido simplemente llevársela a la fuerza. Fernando interviene en defensa de Sarita, derriba a golpes al pastor y mata con su cuchillo al perro amaestrado de este cuando el animal se le echa encima para defender a su amo. Fernando y Sarita regresan a la cabaña. Tras pagarle al padre de Sarita por las ropas y algunas provisiones, Fernando y Osmin se marchan inmediatamente.

Perseguidos en el Peñón (nº 27): En el peñón de Olián el grupo del Guerrero se abre paso hacia el exterior. Esta vez muchos de los guardias simplemente huyen de él, creyéndolo un espíritu (después de todo han visto como traían su cadáver pero ahí está de nuevo en pie, repartiendo espadazos a diestro y siniestro). Por otra parte Olián está muriéndose por las heridas de su anterior enfrentamiento, y el toque fúnebre de las trompetas que anuncian esto desconcierta aún más a sus hombres. 

Aquellos que aún tienen ánimo de luchar tratan de detener al grupo de fugitivos a base de emboscadas y obstáculos: puertas de rastrillo que los separan, ballesteros que les disparan desde posiciones elevadas, y las habituales trampas de foso. El Guerrero y uno de sus enemigos se precipitan a una de estas trampas, cayendo a un foso donde les aguarda una colosal serpiente pitón. De estos tres contendientes, solo el Guerrero logra abandonar con vida el foso.

Resuelto el escamoso asunto de la serpiente y habiendo despachado también algunos guardias más, el grupo logra abandonar al fin el peñón descolgándose por una de sus paredes externas, valiéndose de unas cuerdas que han reunido. Esta vez las tropas de Olián están demasiado desmoralizadas para salir en su persecución. Alguien lo hace, no obstante. Media docena de jinetes de alguna otra de las facciones moras, de paso por la región, los avistan y se lanzan contra ellos.

Tras lidiar con este nuevo contratiempo el Guerrero pide a Don Luis que se lleve a Ana María a un lugar seguro, ya que él está preocupado por la suerte que puedan haber corrido Fernando y Osmin, y quiere quedarse en la zona buscándolos. Habla incluso de regresar una vez más al peñón para comprobar si están allí en alguna otra de las celdas y parece que vamos a entrar en otra repetición de escenas, pero no. Poco después de separarse de Don Luis y Ana María, el Guerrero se topa fortuitamente con sus amigos sin ningún otro incidente de por medio. A continuación los tres regresan en compañía de los otros. Reunidos al fin, los cinco marchan hacia las montañas, hacia la seguridad de la guarida de los Kir.

Puesto que el camino les pilla cerca de la cabaña de Sarita y su padre, Fernando pide hacer una parada para ver cómo se encuentra la joven. Al adentrarse en la cabaña halla al padre de la muchacha muerto, con las magras pertenencias y el escaso mobiliario de la casita dispersos por el suelo, evidenciando una lucha. Sarita no aparece por ningún lado y Fernando supone que el pastor Lobo es quien se la ha llevado. De nuevo esto parece ser el inicio de otra subtrama, aunque esta vez se resuelve casi al instante. 

El grupo se dispersa para buscar a la muchacha y es el Guerrero quien la encuentra. El pastor le ataca tratando de apuñalarle, pero el Guerrero le da un tremendo puñetazo en el mentón que lo desnuca. Lleva a Sarita junto al resto del grupo, y ante la perspectiva de dejar a la joven sola en territorio bajo dominio musulmán, deciden que la mejor opción es llevársela con ellos al castillo del conde de Torres.

Pasamos ahora a ver que tal les va a Mozhafi y Zoraida. Estos han logrado alejarse bastante de la zona por donde pulula la banda de Ali Kan, que aún los están buscando sin demasiado éxito. Zoraida, pese a que en ese momento su seguridad depende de Mozhafi, no tiene ningún reparo en confesarle que no siente absolutamente nada por él y que su corazón está con el Guerrero. Mozhafi interpreta esto a su modo, es decir, qué Zoraida se ha enamorado del Guerrero porque es un gran luchador y que por tanto si él lo derrota la admiración que la joven siente por el Guerrero se enfocará en él. Con esto en mente, el que se nos presentó como protector de Zoraida se convierte en un nuevo enemigo del Guerrero

Pero el Guerrero no va a ser la única preocupación de Mozhafi. Hixem ha estado deambulando por la zona buscando a Zoraida desde que escapó de la trampa de fuego de Ali Kan. Atraído por la luz de una hoguera que Mozhafi ha encendido para pasar la noche, Hixem lo encuentra en compañía de Zoraida y se dispone a matarlo... y aquí nos quedamos de momento.

Podéis repasar los números anteriores en orden desde el primero pulsando aquí. 

Otras colecciones de Manuel Gago 

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

El Guerrero del Antifaz. 1944. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1972 por Editorial Valenciana S.A.

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