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viernes, 23 de febrero de 2024

EL AGUILUCHO (nº 1 a 4). La traición de Takos

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Comunicado del Supervisor General.

 

El Aguilucho es una de las colecciones de mi infancia. En su momento no tuve muchos números (solo fueron cuatro y además salteados) pero los leí tantas veces que se me quedaron grabados en el cerebro. En realidad, cuando nuestros padres nos los compraron yo era tan pequeño que a penas sabía leer y le pedía a mi hermano mayor que me explicara lo que decían los personajes (aunque la mayoría de las veces bastaba con ver las ilustraciones para entender lo que estaba pasando). 

A lo largo de los años he ido comprando algunos números sueltos en mercadillos cuando los he encontrado, hasta que hace poco se me presentó la oportunidad de conseguir la colección completa. 

El autor fue Manuel Gago, un dibujante español de esos que producía sin parar, hasta el punto que algunas de sus colecciones las dibujó estando internado en un sanatorio, enfermo de tuberculosis. ¡Estar muriéndose no es excusa para dejar de aportar algo al mundo! Gago fue también el autor original de El Guerrero del Antifaz, El Pequeño Luchador, El Defensor de la Cruz y Puk, el Guerrero de Piedra, que junto con El Aguilucho son sus obras más conocidas, de las cerca de sesenta que dibujó. La que nos ocupa es de 1959. Se publicó originalmente en blanco y negro, y tuvo reediciones en el 61, el 74, y en el 81, si mis datos son correctos. Algunas fueron en formato revista, otras apaisadas o coloreadas. La que tenemos es la reedición del 81, en formato revista coloreada y recopilada en cuarenta y dos tebeos de dieciséis páginas. Comentaremos estos tebeos agrupándolos por pequeñas tramas. La primera está compuesta por los nº 1 al nº 4.

Complot siniestro (nº 1) nos presenta el entorno y los personajes principales. Nos encontramos en un feudo europeo indeterminado, en el año 1251. El protagonista, que da nombre a la serie, es Marcel (apodado Aguilucho), hijo del duque de Frisol. El duque parte a una batalla contra incursores vikingos (o piratas normandos, como se les llama todo el tiempo en el comic) que están atacando sus costas, dejando a Marcel de doce años a cargo de su consejero (el sabio Merlín) y su mejor guerrero (el gigantesco Brazos). 

Takos (el hermanastro del duque de Frisol) quiere quitar de en medio tanto a éste como a Marcel, para heredar el título de duque y las propiedades asociadas a este. Ha hecho un trato con Erikson el Rojo, líder de los normandos, y le avisa por medio de una paloma mensajera de la partida de los caballeros, para que puedan prepararle una emboscada. Esta tiene éxito, los caballeros son derrotados y el duque capturado. Un caballero superviviente llega hasta el castillo para dar la noticia, y Takos se apresura a matarlo. A continuación, corre hasta los aposentos de Marcel para acabar también con él, y quedar así como el siguiente en la línea sucesora. 

El anciano Merlín descubre al pérfido Takos cuando este se dispone a asesinar a Marcel e interviene, llevándose un espadazo que acaba con su vida. También Brazos se enfrenta a los caballeros leales a Takos, pero es derrotado por la superioridad numérica de estos y encerrado en las mazmorras. Marcel logra escapar y se esconde en un bosque cercano al castillo. 

"¡Atrás! ¡Solo vuestros cadáveres lograrán pasar por ésta puerta!". Buena frase. Me la apunto para alguna partida de rol.

Piratas en acción (nº 2) nos muestra el destino acontecido al duque de Frisol. Erikson el Rojo lo amarra a la proa de su drakar como mascarón, para que reciba todo el embate de las olas cuando navegue. Marcel mientras tanto, está siendo salvado de las garras de un oso pardo y de los caballeros de Takos por Dardo, un forajido estilo Robin Hood. Al igual que Robin, Dardo cuenta con su propia banda de alegres asaltadores de caminos que roban a los tiranos para dárselo a los necesitados, son expertos arqueros, se ocultan en el bosque, etc. Dardo recluta a Marcel para su banda ignorando quien es y lo entrena exhaustivamente en todo aquello que necesita saber para valerse por si mismo. 

La noticia de que los normandos están atacando los pueblos costeros llega hasta Sherwood el bosque de Dardo, que forma un grupo para ir a combatirlos. Entre los escogidos están Marcel y Pimienta, el cocinero de la banda de Dardo, que se convertirá en otro personaje recurrente. Al llegar hasta un pueblo que está siendo saqueado en ese momento, Marcel descubre a su padre convertido en el mascarón de proa de uno de los barcos. Las fuerzas de los forajidos se dividen. La mitad de ellos, junto con Dardo y Marcel abordarán los barcos para tratar de rescatarlo, y la otra mitad, al mando de Pimienta, atacarán a los vikingos que hay en el pueblo. 

En este numero el transcurso del tiempo es algo raro. Se nos da a entender que Marcel pasa una larga temporada entrenándose en el bosque, pero su padre había sido atado al barco antes de eso, y sigue allí (y vivo) después. De haber estado allí todo el tiempo, no debería quedar de él más que un cadáver descarnado embutido en una armadura oxidada, o puede que ni eso ¡pero es que no se le ha caído ni la corona! Todo lo que vemos parece pasar en un solo día y a la vez con un par de meses de lapso. Pero bueno, ya sabéis… la magia del comic, la misma que permite a un personaje soltar un discurso de cinco frases en la misma viñeta en la que le vemos disparar una pistola láser, y a su adversario darle la réplica con otras cinco frases en la viñeta siguiente, antes que el rayo láser le impacte. 

En Derrota vergonzosa (nº 3) continuamos con la batalla entre los forajidos y los piratas normandos. Estos son derrotados en los dos frentes: en los barcos, que los hombres de Dardo incendian o capturan tras rescatar al duque de Frisol, y en la aldea, que el grupo de Pimienta no tarda en recuperar. Tras las debidas presentaciones, Dardo pone a sus hombres al servicio del duque para que este recupere su castillo. 

Erikson el Rojo, que había escapado con vida de la batalla (aquí casi todo el mundo escapaba al ser derrotado, las muertes explícitas se mantenían al mínimo) captura a Marcel y Pimienta, y se los lleva arrastrándolos atados a un caballo hasta el castillo. Da el aviso de lo ocurrido a Takos para que prepare la defensa contra su hermanastro. También se nos muestra que Brazos sigue vivo, encerrado en las mazmorras. Otra pequeña incongruencia es que cuando lo capturaron y encerraron llevaba una ropa de tela sencilla y ahora lo vemos prisionero llevando una armadura completa, incluso con el casco puesto dentro de la celda. Al revés (capturado con armadura y despojado de esta al encerrarle) habría tenido sentido. 

Esto es como lo de los lapsos de tiempo incongruentes en el comic anterior. Los autores de esta época tenían horarios de trabajo salvajes. Gago llegó a tener publicándose cinco colecciones diferentes de forma simultánea, y eran de aparición semanal, con lo que estaba dibujando cinco comics completos por semana y a contrarreloj, cada uno con su propia trama. No es de extrañar que cometiera errores de este tipo, por detalles que simplemente no tenía tiempo material para comprobar ni mucho menos corregir.

Batalla de colosos (nº 4) cierra esta primera mini saga, con la recuperación del castillo a manos del legítimo duque. Aunque Erikson ha dado la voz de alarma, nadie conoce mejor el castillo (y la forma de superar sus defensas) que el propio atacante, el duque de Frisol. Todo el numero es casi de principio a fin la batalla por el castillo, en la que Los forajidos de Dardo emplean una táctica inusual: elevar al cielo grandes cometas de madera y lona que sostienen jaulas llenas de escorpiones y serpientes recogidos a mano del propio bosque. Una de las cuerdas con las que mantienen el control de las cometas abre las jaulas cuando estas están justo sobre las almenas, haciendo llover su carga sobre los sitiados. 

A esto hay que sumar la presencia de un extraño personaje, un anciano encapuchado con rostro de perturbado. Este individuo mata al guardia que vigila la celda de Brazos y lo deja salir para unirse a la batalla con una condición; un trabajo a deber que no le revelará hasta más adelante. 

Tras una intensa batalla el duque y sus aliados logran tomar el castillo. Un caballo desbocado patea la cabeza a Erikson, y Takos, en su huida, cae a un profundo pozo. De este modo, el autor mata a dos personajes malvados sin que sus muertes sean consecuencia directa de la mano de los personajes. 

Todo parece haber terminado bien. La invasión normanda ha sido frenada, los traidores han muerto, los buenos se han salvado, Pimienta se instala en las cocinas del castillo, se celebra un gran banquete… y entonces la siniestra figura del anciano aparece ante todos para reclamarle a Brazos el pago que se le adeuda por su ayuda. Le pide que viaje hasta el Bosque de las Brumas, un lugar poblado por espíritus malignos, donde los árboles se mueven por voluntad propia y los que entran pierden la cordura o salen ciegos… si es que logran salir. Allí deberá destruir a algo o alguien llamado Noctulo, rival del misterioso encapuchado. Brazos cumple con su promesa y acepta llevar a cabo ese encargo. Marcel decide acompañarle. El que no está de acuerdo con el trato es Dardo, que salta hacia el encapuchado espada en mano… pero al golpearle con esta, una túnica vacía cae al suelo mientras una ominosa voz que retumba por todas partes les advierte “No se puede luchar contra un hechicero”.

Así pues, la próxima mini saga comenzará adentrándonos en El Bosque de las Brumas.    

El Aguilucho. 1959. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1981 por Editorial Valenciana S.A.

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