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martes, 24 de junio de 2025

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 32 y 33) La muerte de Hamet

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, nobles caballeros y damas.

Nos encontramos en plenas fiestas de moros y cristianos de Benetúser (Valencia, en la comarca Huerta de Sur). Comenzaron el pasado 21 de junio y se extenderán hasta el próximo 29. Además de los clásicos desfiles de comparsas caracterizadas como guerreros y ciudadanos de uno u otro bando, el evento incluye actividades como competiciones deportivas. También gastronómicas, como La noche de la olla y el concurso Ajo y pimiento, en las cuales los participantes preparan diferentes platos, especialmente guisos y paellas.

La DANA del 2024 provocó extensos daños en esta localidad, los cuales se han visto reflejados también en las fiestas. Algunas comparsas se vieron obligadas a darse de baja y otras tuvieron que reorganizarse por la pérdida irreparable de material como carrozas y estandartes tradicionales. Quizá, como una forma de reforzar los lazos de unión del pueblo, este año se ha prescindido de presentar las comparsas por separado y estas desfilan mezcladas unas con otras, como un todo.

Al igual que en ocasiones anteriores, hacemos coincidir una de las numerosas fiestas de moros y cristianos con una reseña sobre algunos capítulos más de la larguísima saga de El Guerrero del Antifaz. Hoy tocan los números 32 y 33. ¡Ya solo nos quedan trescientos diez más para terminar la primera etapa! 😊

La defensa de Fernando (nº 32). El capítulo anterior terminó con el verdugo Kadúl disponiéndose a torturar a los hermanos Kir. Concretamente, su intención es hervirlos en una gran tinaja, y probablemente en agua. Que te hiervan en agua puede sonar mejor a que te hiervan en aceite, pero en realidad es mucho peor porque tardas aún más en morir. Además, el aceite era un artículo caro en la Edad Media, casi de lujo. ¡Bueno, hoy en día vuelve a serlo! No creáis a todas esas películas en las que un castillo asediado se defiende lanzando grandes marmitas de aceite hirviendo sobre sus atacantes. Nadie desperdiciaría cientos de litros de aceite de esa forma, y menos aún ante la perspectiva de que los atacantes los puedan sitiar para derrotarlos por hambre.

El caso es que el primero en ser hervido va a ser Osmín. Encadenado y suspendido de una cuerda, lo hacen descender lentamente hacia la tina hirviente. Pero, con un esfuerzo hercúleo digno de péplum, rompe las cadenas que lo aprisionan. Usando la cadena rota como un pesado látigo, trata de deshacerse de sus captores, pero estos lo reducen otra vez. Este incidente sirve para que Alí Pachad, que sigue ocupando el puesto de jefe de la guardia pese a estar entre los indecisos, aplace el castigo de los Kir hasta que regresen Aixa o Hamet.

Quien regresa primero es el Guerrero. Sabe que la lealtad de los guardias se tambalea y negocia directamente con Alí Pachad. Consigue que este libere a los Kir y le acompañe con varios guardias en busca de Aixa, que sigue al cuidado de Fernando. Osmín y Soleiman también le siguen, mientras Santhal se queda en la fortaleza debido a sus heridas abiertas.

Fernando, por su parte, ya ha tenido que deshacerse de un par de hombres de Hamet que han encontrado su escondrijo, pero su principal problema es no saber qué hacer con Aixa. Esta ha despertado, pero el bloqueo hipnótico que su primo le impuso sigue activo. A falta de órdenes que seguir, el único pensamiento de ella es volver junto a Hamet. Un segundo grupo de Jinetes Negros los encuentra, y esta vez la desproporción de fuerzas es tan enorme que Fernando no tiene más remedio que huir, sabiendo que estos no van a hacerle daño a Aixa. Los Jinetes Negros llevan a Aixa junto a otro grupo al mando de Hamet, y este emprende el regreso a la fortaleza llevando a su presa.

De camino se encuentran con el grupo del Guerrero. Unos y otros se enzarzan en un feroz combate, durante el cual Hamet se separa de sus hombres y huye llevando a Aixa en su caballo. Pero no se dirige a la antigua fortaleza de Harúm, en la que su derecho al mando ya ha sido puesto en entredicho, sino a su propia fortaleza; el Castillo Negro. 

Tras derrotar a los Jinetes Negros, el Guerrero y la guardia de Harúm se dirigen hacia allí y exigen la entrega de Aixa. 

La respuesta de Hamet es mandar bajar el puente levadizo y enviar a las tropas del castillo a aplastar al reducido grupo del Guerrero. La vieja guardia de Harúm se retira ante los guardias de Hamet, pero lo hacen de forma expresamente desordenada para que las acciones del Guerrero y los Kir pasen desapercibidas: ellos cabalgan hacia el puente levadizo, cruzándose con los últimos soldados que salen del castillo y aferrándose al puente cuando ya está siendo recogido.

Una vez dentro de la fortaleza, se abren paso entre los pocos guardias que han quedado protegiendo la plaza. A fin de impedir el regreso de los que salieron, atacan la cámara en la que se encuentra el mecanismo del puente levadizo, acaban con los guardias que encuentran allí y dejan a Soleiman de guardia para impedir que nadie más lo baje. Mientras tanto, Hamet ha dejado a Aixa en manos de su hermana, una robusta mujerona llamada Nyami, y envenena una serie de cuchillos arrojadizos para acabar con los intrusos.

El fin de una misión (nº 33). Volvemos con Fernando, que tras escapar de los soldados de Hamet ha ido a toparse con Kadúl. El siniestro verdugo salió de la fortaleza en busca de su señor, contrariado por la negativa de Alí Pachad a dejarle torturar a los prisioneros. 

Al ver a Fernando, corre de inmediato contra él. Este lo detiene lanzándose bruscamente hacia atrás cuando ya tiene a Kadúl prácticamente encima. Esta maniobra inesperada contra su perseguidor, a quien logra derribar, le brinda un pequeño respiro y le permite tomarle algo de ventaja. Fernando ve un caballo pastando en las inmediaciones y, sin pensárselo demasiado, monta en él y escapa del verdugo. Este caballo resulta ser el de Mozhafi, que, junto a Zoraida e Hixem, se encontraba descansando en las inmediaciones.

En el Castillo Negro, el Guerrero y Osmín encuentran al fin el aposento en el que se ha parapetado Hamet. Entran en la estancia con los escudos por delante, librándose así de los cuchillos envenenados que les arroja este. El Guerrero le hiere de un espadazo en su brazo diestro, mientras Osmín desarma a Nyami, quien también empuñaba uno de los cuchillos envenenados. 

Hamet hace otro intento de matar al Guerrero lanzando un cuchillo más con su brazo torpe. Este lo esquiva y le arroja a su vez su propio puñal, clavándoselo en el pecho y acabando con él. Hamet Zenet es un villano que considero que tenía más potencial que los anteriores que vimos y que no me habría molestado que mantuvieran más tiempo en escena, pero sus fechorías acaban aquí.

El Guerrero y los Kir terminan de limpiar de adversarios el Castillo Negro y encierran en una celda a Nyami. Horas después, Aixa despierta de su trance hipnótico y empieza a tomar las riendas del territorio de su padre. 

Los Jinetes Negros que habían abandonado el castillo para perseguir a la vieja guardia de Harúm han regresado solo para encontrarse con que ya no controlan el castillo y nadie les baja el puente levadizo. Kadúl, que se ha reunido con ellos, les muestra una entrada secreta de la que solo estaban al tanto Hamet y él mismo. Únicamente Kadúl logra franquearla, mientras el resto es rechazado a tiros de ballesta desde las almenas por el Guerrero y Osmín, tan pronto estos advierten lo que traman. 

Una vez dentro del Castillo Negro, Kadúl libera de las celdas a Nyami y a tres guardias que quedaron heridos en los combates. Cuando Nyami le confirma que Hamet ha muerto, se arranca la capucha de verdugo con un grito de rabia, mostrando su rostro deformado. Y los que seáis aficionados al cine de psicópatas enmascarados, ya sabréis que estos suelen perder su máscara poco antes de morir... 

Durante los combates que siguen, los soldados de Hamet heridos son derrotados y rematados por los defensores de Aixa, y Nyami es capturada de nuevo cuando trata de apuñalar a su prima. Hay un momento en que el Guerrero y los Kir están de nuevo en las almenas rechazando a los Jinetes Negros a tiros de ballesta, y Aixa está con ellos. Kadúl corre hacia la joven para capturarla, pero lo hace cuando tanto el Guerrero como los Kir tienen las ballestas cargadas. Los tres se vuelven hacia el verdugo y disparan sus armas. El monstruoso siervo de Hamet cae atravesado por tres certeras saetas, y muere.

Los soldados de la vieja guardia de Harúm, ahora leales a Aixa, regresan al Castillo Negro. Fernando, al que han encontrado de camino, viene con ellos. Su llegada pone en fuga a los diezmados Jinetes Negros que aún quedaban junto a las murallas. Y al enterarse de la total derrota de su hermano y los suyos, Nyami se suicida dentro de su celda. 

Al día siguiente, todo el grupo regresa a la fortaleza de Harúm, ya definitivamente bajo el gobierno de Aixa, y el Guerrero acepta interceder por ella ante los Reyes Católicos para que la consideren una aliada.

Con esto cerramos el ciclo de Hamet Zenet y el verdugo Kadúl, dos de los adversarios más interesantes aparecidos hasta el momento. El autor aprovechó esto para iniciar una nueva etapa de aventuras en la que incluiría un elemento a las historias que no había aparecido anteriormente: los viajes por mar y combates navales.

Podéis repasar los números anteriores en orden desde el primero pulsando aquí. 

Otras colecciones de Manuel Gago 

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

El Guerrero del Antifaz. 1944. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1972 por Editorial Valenciana S.A.

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