MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

sábado, 29 de noviembre de 2025

EL RETO DE LAS GALAXIAS (N.º 4) Astros en desintegración

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS

¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.

La cuarta aventura de El Reto de las Galaxias comienza de forma un tanto abrupta. Somos llamados a presencia del Capitán Polaris, nuestro superior, para que nos desplacemos al sector X-7793A a investigar la desaparición de unas cuantas estrellas, sin más explicación que esa. 

No es mucho para empezar a trabajar, pero órdenes son órdenes, y como dijo don Calderón de la Barca refiriéndose a los Tercios españoles: «La más principal hazaña, es obedecer». Así pues, acompañados de nuestro robot 2-Tor, nos trasladaremos teleportados o a bordo de nuestra nave Challenger a dicho sector. 

Y no sé a vosotros, pero a mí el sector X-7793A siempre me dio mala espina.

No hay un solo motivo para la desaparición de las estrellas, sino que este irá cambiando según las decisiones que tomemos. Esto nos da un montón de microhistorias, muy breves pero muy variadas, en lugar de una sola trama general. Hay una que parece muy prometedora al principio, en la que los puntos donde deberían encontrarse las estrellas que han desaparecido siguen un patrón que, en la inmensidad del universo, forman una señal de SOS. 

Vamos a detenernos a reflexionar un segundo, porque… ¿Qué ser con la capacidad de hacer desaparecer estrellas enteras con aparente facilidad puede necesitar ayuda? ¿Y contra qué? 

Esta trama es una pequeña decepción porque se trata simplemente de dos razas enzarzadas en una batalla espacial con naves disparándose entre ellas, y uno de los bandos estaba apagando estrellas como maniobra de distracción hacia la otra. Nuestra llegada para investigar hace que esa otra flota desvíe hacia nosotros parte de su potencia de fuego, dando ventaja y la victoria a la que apagó las estrellas… que luego simplemente vuelve a encenderlas. No tengo muy claro cómo funciona eso, ni si nuestra intervención ayuda al bando correcto, pero tampoco llega a explicársenos gran cosa.

Hay una trama que me ha gustado especialmente, que es la del capitán Bront. Se trata d un rudo y amargado capitán de una nave llamada El Centauro Errante, una especie de nave fantasma dentro de la cual nadie envejece, como si fuera un Holandés Errante espacial. El capitán Bront parece estar también inspirado en el capitán Ahab de Moby Dick; tiene medio cuerpo cibernético en lugar de una pata de palo tallada en marfil. Y está obsesionado con cazar a un behemótico monstruo cósmico con forma de oruga conocido como el Starsnipe que (en esta versión) es quien está devorando las estrellas. Snipe es un verbo inglés sin una equivalencia exacta al español que significa «atacar desde un sitio oculto», por eso a los francotiradores se les llama snipers. La traducción más aproximada que le podríamos dar a Starsnipe sería Acechador Estelar

Si, en lugar de tratar de ayudar al Capitán Bront, nos oponemos a él y llegamos a noquearle, nos enteraremos demasiado tarde de la verdad. Todo, no solo el Starsnipe sino también el Centauro Errante, sus tripulantes, Nébula y nosotros mismos, solo somos parte de algo con lo que Bront estaba fantaseando en ese momento. Al quedar súbitamente inconsciente, olvida de golpe esa fantasía y desaparecemos. Pero fuimos nosotros quienes noqueamos a Bront, así que… ¿el que lo derrotáramos forma también parte de su fantasía? 

El Starsnipe, de hecho, aparece en otras versiones de la historia en las que no es una fantasía de Bront, sino un monstruo real que también puede ser (según las decisiones que tomemos) una simple bestia que devora soles por su mera naturaleza o un ser con una inteligencia desarrollada, e incluso amistoso.

Hay algunas decisiones completamente antintuitivas. Hay una, en particular, en la que hemos sido capturados por una raza invasora que pretende destruir Nébula y nos amenaza para que le demos información sobre esta. Las opciones son traicionar a Nébula y darles la información, o no hacerlo. Si elegimos la «opción cobarde» de darles los códigos que piden, estos son malinterpretados por los ordenadores de sus naves y se destruyen entre ellas, llevándonos a uno de los finales buenos. Si elegimos la «opción noble» de no traicionar a Nébula, nos eliminan, lo que evidentemente es un final malo.

Hay otra versión en la que conocemos a una raza alienígena formada por una mente colmena de pequeños insectos. Es posible que lleguemos a acordar un pacto con ellos para ayudarles en sus investigaciones sobre dimensiones paralelas. El problema es que no saben mucho sobre dimensiones paralelas y nos presentarán dos portales dimensionales, sin estar seguros de cuál es el correcto. Parece una de esas decisiones al 50%... pero no. 

La mente colmena sabe tan poco sobre portales dimensionales que ambos son erróneos, y elijamos el que elijamos nos enviará a una dimensión con leyes físicas tan diferentes a las nuestras que seremos eliminados casi instantáneamente. La única forma de sobrevivir a esto pasa por no cumplir nuestra parte del trato, lo que provoca la destrucción de su mundo. De hecho, hay varios finales, tanto buenos como malos, en los que nuestras acciones aniquilan razas alienígenas enteras. ¡Al final va a resultar que somos más peligrosos para la galaxia que la amenaza que estamos tratando de detener!

Es muy rápido de jugar y está lleno de situaciones muy imaginativas, pero le falta de consistencia. El culpable del problema que se nos plantea cambia en función de las decisiones que tomemos. Vería mejor que cada trama nos llevara a solucionar uno de los componentes de ese problema o a paliar en mayor o menor medida sus efectos, o que los distintos caminos llevaran a distintas formas de resolverlo. De este modo el conjunto formaría una macro historia en lugar de ser un montón de microhistorias con poca relación entre ellas. Al final te quedas con la impresión de haber presenciado una de esas peleas de pareja en las que los hechos y el culpable cambian en función de a quién le preguntes sobre por qué estaban peleando.

Puedes repasar otro libro de ésta colección pulsando aquí.

No se indica el título original. 1984. Christopher Black (texto) Maelo Cintron (ilustraciones). El Reto de las Galaxias nº 4. Publicado en 1986 por Susaeta Ediciones S.A.  

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