Presentado por...Zag.
¡Extra! ¡Extra! ¡Las autoridades sanitarias recomiendan no mirarse demasiado en los espejos, bajo riesgo de🪞ed ogseir ojab ,sojepse sol ne odaisamed esearim on nadneimocer sairatinas sedadirotua saL¡ !artxE¡ !artxE¡
Está claro que las niñas y preadolescentes son las víctimas preferidas de la autora de este manga. La historia de hoy está protagonizada de nuevo por una de ellas, Konako, que es “la chica fea” de la clase. El título de “la chica guapa” recae en Noriko. Pese a lo que pueda pensarse, Konako es la única que defiende a Noriko cuando las otras chicas la critican diciendo que es guapa porque se maquilla demasiado. Konako, siendo “la fea”, es la que menos parece envidiar la deslumbrante belleza de Noriko.
Además tenemos a Nihiru, que es “el guapo” de la clase, el chico por el que todas las niñas suspiran. Y del mismo modo que Konako defiende siempre a Noriko de la envidia de las demás, Nihiru defiende a Konako del desprecio de estas por ponerse de parte de Noriko. Espero haber dejado la situación clara, porque es la base de todo.
Noriko termina notando que Konako es la única que no parece envidiarla ni cuchichear sobre ella, y se le acerca con palabras amables. No tardan mucho en hacerse buenas amigas. Conversando un poco de todo, Noriko le revela a Konako que ella no era tan guapa antes, que su belleza ha ido aumentando sin parar desde que compró un viejo espejo en una venta de segunda mano. Al limpiarlo, el espejo resultó ser una preciosidad, pero además empezó a notar algo raro en su reflejo. En ocasiones aparecían en él imágenes de mujeres de gran belleza con trajes antiguos, como pertenecientes a la nobleza.
Noriko ha estado mirándose en ese espejo cada día, sintiéndose cada vez más guapa y volviéndose cada vez más guapa. Ella tiene la teoría de que el espejo ha “aprendido” de la belleza de todas las mujeres hermosas que se han reflejado en él anteriormente y que ahora se la transmite cuando se mira y se arregla ante él. A Konako esto le parece una fantasía, pero tal es la insistencia de Noriko que termina creyéndola.
Es entonces cuando las cosas empiezan a torcerse. Konako sabe que a todas las chicas de clase les gusta Nihiru, y eso incluye tanto a ella misma como a Noriko. Empieza a preguntarse si no será que esta solo finge ser amiga suya para que se las vea siempre juntas y que, por comparación, Nihiru vea a Noriko aún más guapa de lo que es y a Konako aún más fea. Este mismo tema se tocó en otra historia, la de El regalo que corresponde, así que puede ser un temor recurrente de las adolescentes japonesas. Es precisamente la amistad de Noriko lo que hace que Konako empiece a envidiar su belleza, a la que antes no había dado importancia. Cuando Nihiru y Noriko empiezan a salir, Konako se siente traicionada por ambos.
Un día, en clase, cuando Noriko va corriendo hacia ella como si estuviera emocionada por comunicarle algo, Konako reacciona sin pensar y la frustración que ha ido acumulando la impulsa a ponerle la zancadilla y hacerla tropezar. Noriko se precipita contra la ventana del aula y la rompe con la cabeza, quedando su cara llena de cristales. La hospitalizan de inmediato, pero los cristales se han clavado profundamente y le han cortado hasta músculos y nervios del rostro, y las cicatrices que le van a quedar serán horribles e imborrables. Konako se siente mal por esto porque no pretendía hacerle tanto daño, pero ya está hecho. Lo peor, sin embargo, no es esto. Pocos días después, sabiendo ya que su rostro es irrecuperable, Noriko se suicida lanzándose desde su ventana del hospital.
La familia de Konako, puesto que Noriko la consideraba su mejor amiga, quiere tener un detalle con ella y le regala algo de la difunta como recuerdo. Lo que le regalan es el espejo del que tanto le habló. Konako piensa en guardarlo en algún trastero, pero luego empieza a usarlo. Y realmente nota ese efecto del que le habló Noriko. El reflejo le devuelve una imagen de sí misma más bella de lo que ella sabe que es, y poco a poco esos cambios van pasando del cristal a su rostro.
Además, la imagen de Noriko, con su cara cruzada por los costurones de las cicatrices, se le aparece en el espejo. No muestra rencor, sino que hace una serie de gestos señalando su rostro y deslizando los dedos sobre él como si quisiera indicarle algo mediante mímica.
Konako termina por entender que lo que ella le muestra es su rutina de maquillaje, que comienza a imitar. De este modo, Konako va volviéndose cada vez más guapa e imita el maquillaje de Noriko.
A raíz de su radical cambio de aspecto, Nihiru empieza a salir con ella. Durante unos días todo parece perfecto, hasta que durante una cita Nihiru llama “Noriko” a Konako. Aunque se da cuenta de su error, lo sigue cometiendo una vez y otra, y Konako corre a su casa con el corazón roto.
Entonces lo entiende todo. Ella al principio se extrañó de que, pese a lo que le había hecho, Noriko pareciera estar ayudándola al enseñarle sus rutinas de maquillaje, pero el motivo era este. Al haber perdido su rostro, Noriko quiere seguir viviendo su romance con Nihiru a través de Konako. El espejo no ha estado volviéndola guapa, sino transformando su rostro en el de Noriko, tan gradualmente que ella no se ha dado cuenta. Nihiru no se ha enamorado de ella, sino que sigue enamorado de Noriko, y esta ha movido hilos desde el Más Allá para proporcionarle de nuevo acceso a ese rostro del que se enamoró. Konako solo ha sido el vehículo para ello.
Furiosa, Konako arroja el espejo contra el suelo para romperlo. El cristal se agrieta… pero también su cara, reflejada en este, se llena de grietas. La piel de su cara se cuartea y se desprende, y su belleza se pierde para siempre. Los médicos lo achacan a un exceso de maquillaje sobre su piel todavía muy joven, que le provocó una deshidratación severa, pero Konako sabe que el motivo es otro.
Entiendo que la autora utilice tan a menudo a las preadolescentes como victimas preferentes porque están muy expuestas a una serie de trabas como la obsesión, la envidia, la pérdida de la identidad y una autoestima frágil, tan frágil como… como el cristal de un espejo (Uy, que remate de frase tan chulo me ha quedado🤗). Peeero… aunque si hay regalos de por medio, es otra de esas historias sin Kurumi que se ven un poco raras en esta colección. ¡Nos quedan dos días para terminar el mes, y dos historias realmente geniales por contar!
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Present. 1993-1998. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.



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