Presentado por...Zag.
¡Extra! ¡Extra! ¡Ha salido la sección de necrológicas! ¡Compruebe si se encuentra en ella, no vaya a ser que se le haya pasado la fecha sin darse cuenta!
El regalo de la muerte. Llegamos a uno de los capítulos de Present que considero de los más importantes para entender al personaje de Kurumi y las leyes que rigen su realidad.
Comienza con ella paseando por las calles de una ciudad. Un grupo de niñas atrae su atención porque todas van cargadas de regalos y ramos de flores, además de vestir un mismo uniforme escolar. Las sigue hasta un hospital, y hasta la habitación de Inori. Esta es una niña de la misma escuela que las otras, que contrájo un año atrás una rara enfermedad y está en cama desde entonces. Al principio Kurumi se alegra porque sus amigas la visitan con frecuencia, como atestigua que su habitación esté llena de preciosos regalos. Pero luego se da cuenta de que ocultas tras estos hay varias máquinas que monitorean y medican a la niña continuamente. La enfermedad que ha contraído Inori es degenerativa, al parecer no tiene cura, y los tratamientos paliativos del dolor son cada vez menos eficaces.
Por una conversación entre la madre de Inori y una enfermera, una vez las compañeras de clase se han marchado, Kurumi descubre que los médicos ya han calculado que la niña va a morir pronto. Se la mantiene artificialmente con vida con la esperanza de que se descubra alguna cura para lo suyo, pero es una posibilidad mínima.
En un momento en que ambas adultas abandonan también la habitación para que Inori duerma, otra figura avanza hacia su cama. Es La Muerte, que trae a Inori su último regalo.
Kurumi, actuando por impulso, arrebata la caja de regalo a La Muerte, la arroja al suelo y la aplasta. No ve lógico que una niña tan querida, siempre rodeada de amigas que se preocupan por ella y la colman de regalos, deba morir tan pronto.
Aquí ocurre algo curioso, y es que La Muerte le dice: “Me preguntaba quién eras. Eres Kurumi, ¿verdad?”. Es decir, La Muerte tiene el mismo poder de Kurumi (que probablemente tenga asimismo Papá Noel) de no dejarse ver si no lo desea, pero aparentemente los que tienen este poder sí pueden verse entre ellos. La Muerte había visto a Kurumi en la sala, pero no reaccionó ante su presencia hasta ese momento porque no estaba seguro de quién o qué era. Aunque al parecer, sí había oído hablar de ella.
Molesta por la intervención de Kurumi, La Muerte regresa al Más Allá a por otra caja de regalo, y Kurumi la sigue. Allí ve una inmensa pila de cajas de regalos de distintos tamaños, aún sin envolver. La Muerte y Kurumi siguen discutiendo, y finalmente Kurumi prende fuego a la pila de regalos para destruirlos todos y que Inori, al no recibir su último regalo, pueda sobrevivir hasta que se encuentre una cura. El fuego se descontrola rápidamente y las llamas envuelven también a Kurumi, pero no la matan. En lugar de eso, reaparece indemne en el hospital.
Se asoma a la habitación de Inori y la nota cambiada. Ella ha crecido, y su madre, que parece ser su única familia, está también más demacrada. Han pasado diez años desde la última vez que Kurumi estuvo allí y sigue sin haber una cura. Ningún paliativo funciona ya, y la existencia de Inori es una pesadilla en la que se retuerce de dolor todo el tiempo que está despierta.
No solo eso, sino que el hospital está lleno de enfermos sin esperanza y ancianos sin fuerzas a los que no les queda más que aguardar la muerte, pero esta no llega. Kurumi quemó también los regalos que La Muerte iba a entregarles a ellos, y ya no tienen energías para vivir, pero tampoco se mueren. La de todos ellos es una existencia de sufrimiento vacío y sin sentido.
La habitación de Inori ya no rebosa regalos. Sus amigas terminaron cansándose de esa enfermedad sin fin, crecieron igual que ella, y una tras otra dejaron de venir a visitarla. Solo su madre continúa a su lado, y es ya una mujer mayor y moralmente destruida por llevar más de una década viendo sufrir a su hija sin poder hacer nada por ella. Kurumi comprende el terrible error que ha cometido y se arrepiente de lo sucedido. Entonces reaparece en el momento en el que La Muerte fue a dar su último regalo a Inori.
En realidad nada de eso ha sucedido. La Muerte, al parecer, presintió que Kurumi trataría de impedir que le diera su regalo a Inori, y le permitió ver las consecuencias de ese acto. Este poder de La Muerte es como una variante del poder que ya vimos que tenía Papá Noel en El regalo de Papá Noel, solo que en lugar de ver ella misma las consecuencias de su regalo (que es siempre la muerte, aunque por distintas causas) hace ver a otros las consecuencias de interferir en su labor.
La Muerte se acerca a la cama de Inori para entregarle al fin su último regalo, y Kurumi permanece inmóvil, sin intervenir.
Apenas la tapa de la caja se levanta un poco, Inori deja escapar el aliento y muere. Entonces aparece una col en las manos de La Muerte, y esta le explica a Kurumi que es el alma de Inori. Kurumi la reconoce como una de las coles que repartía la familia de Kouno en La cigüeña. La labor de La Muerte es apagar las vidas cuando llega su momento para poder reaprovechar sus almas y que tengan lugar nuevos nacimientos.
La Muerte y Kurumi siguen cada una su camino, pero Kurumi tiene una última pregunta para esta entidad. Quiere saber por qué ella no murió cuando el fuego la envolvió. La Muerte le contesta que no puede entregarle un último regalo a ella porque la cadena de regalos que estaba destinada a recibir quedó interrumpida cuando no recibió su regalo de cumpleaños. Debido a esto no ha recibido todos los regalos que le tocaban, y por tanto no puede recibir tampoco el regalo de La Muerte, que es el último de todos los que le corresponden.
Este es, como decía al principio, un capítulo importante porque termina de definir el mundo de Present. Aparece La Muerte, que junto a Papá Noel, Kurumi y la familia Kouno parecen ser las cuatro entidades que rigen sobre la existencia de la gente a través de los regalos. El regalo de los Kouno es el nacimiento, el de Papá Noel el paso del tiempo (porque se recibe en una fecha concreta, casi al final de cada año) y el de la Muerte es el fin de la vida, que renueva las almas para que todo vuelva a empezar. Kurumi sería una especie de comodín para solventar los casos especiales. Es bienintencionada, pero también una novata que actúa impulsivamente y comete errores. Aquí está a punto de cometer uno fatal, al suponer que impedir morir a una persona solo porque hay gente que la aprecia siempre es algo bueno, cuando hay casos en los que morir de una vez es lo mejor que le puede ocurrir a alguien para librarle de una existencia de sufrimiento sin posibilidades de mejorar.
Me ha gustado mucho el detalle de que los regalos y ramos de flores estuvieran repartidos por la habitación de Inori como tratando de ocultar de su vista las máquinas médicas. Los símbolos externos de cariño están muy bien, pero no deben usarse para ocultar la realidad. Es un capítulo que plantea la pregunta de qué significa realmente cuidar y amar, y muestra que a veces empeñarnos en prolongar la vida de un ser querido puede ser más cruel que dejarle morir.
Abre una cajita de regalo más pulsando aquí🎁
Present. 1993-1998. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.



No hay comentarios:
Publicar un comentario