Presentado por...Zag.
¡Extra! ¡Extra! ¡Una anciana reconoce a Kurumi por la calle! ¡Y parece que tiene un plan para que vuelva a su hogar! ¡Entérese de los detalles!
El regalo del destino. Vamos al fin con esta historia que nos saltamos en su momento. Es la n.º 29 pero la presento ahora, a continuación del la 33 porque la considero el remate perfecto de esta colección.
Comienza con Kurumi paseando tranquilamente por una calle cuando una mujer le dice que se detenga. Es una anciana que está en un puesto callejero leyendo el porvenir a cambio de donativos. Cuando Kurumi se acerca a la anciana, esta se disculpa diciéndole que la confundió con alguien. Esta mujer es en realidad Machiko, una de las compañeras de clase que le hicieron el vacío a Kurumi aquel día que se perdió entre realidades y se convirtió en la niña de los regalos. Al verla pasar, Machiko la ha reconocido, pero no tarda en darse cuenta de que eso es imposible. Kurumi debería tener su edad, debería ser una anciana también, por lo que el parecido ha de ser una mera casualidad.
Para compensarla por haberla molestado, la mujer se ofrece a leerle la mano gratis. Pero mientras lo hace está recordando su propia historia con Kurumi, sin ser todavía consciente de que la niña que recuerda y la que tiene delante son la misma. Vemos un resumen del primer capítulo en el que se nos explica que, para burlarse de ella, todas las niñas de su clase se pusieron de acuerdo para no hacerle ningún regalo a Kurumi en su cumpleaños. Pocas horas después de eso desapareció. Nadie supo qué pasó con ella. Las autoridades y sus padres la estuvieron buscando, y también se le preguntó al resto de la clase, pero todas dijeron que no sabían que hubiese tenido ningún problema en particular.
Pero Machiko sí que se preocupó por Kurumi. Durante muchos días estuvo saliendo a recorrer las calles buscándola, cada vez más arrepentida de que pudiera haberle pasado algo por su culpa. De que por esa broma cruel que le gastaron entre todas, Kurumi hubiese huido de casa y le hubiese sucedido alguna desgracia. La buscó hasta que empezó a notar que podía ver el futuro de la gente solo con mirarlos fijamente. Así fue como terminó convirtiéndose en una adivina callejera. Machiko ha tenido mucho tiempo para reflexionar sobre cómo obtuvo ese poder, y piensa que tuvo algo que ver con la desaparición de Kurumi. De pronto se da cuenta de que ha estado contándole toda la historia en voz alta a la niña cuando solo creía estar recordándola. Se disculpa de nuevo y toma su mano para leer su futuro.
En ese momento se da cuenta de que no hay nada en la palma de la mano de esa niña: sus líneas no indican ningún futuro para ella. La niña le dice entonces que eso es porque ella dejó de envejecer aquel día que no le hicieron ningún regalo, y Machiko reconoce por fin a Kurumi.
Pero en lugar de asustarse, lo que hace es alegrarse, porque ahora todo tiene sentido. Todos esos días que ella pasó buscando a Kurumi, todo ese arrepentimiento, toda esa angustia, han servido para algo. Incluso el hecho de haber adquirido el poder de adivinación tiene sentido, porque es gracias a él que la ha reconocido. Machiko piensa que el destino le dio ese poder para que ella pudiera encontrar algún día a Kurumi y reencaminar su existencia.
Machiko le indica dónde está su casa, puesto que Kurumi lo ha olvidado. Pero Kurumi le dice que igualmente ya no puede volver a ella porque sus padres ya habrán muerto. No le sirve de nada volver a su casa, puesto que sin su familia, una casa no es un hogar. Sin embargo, Machiko le habla de la corriente del tiempo. Ella le dice que el tiempo es como la corriente de un río. La gente navega a lo largo de ese río como si estuvieran montados en una barca, dejándose arrastrar por la corriente en una sola dirección. Pero Kurumi es una persona que ha caído de la barca en la que debía estar. Ella está chapoteando en esas aguas del tiempo, manteniéndose a flote pero sin desplazarse por el rio. Puede dejarse arrastrar por la corriente, pero también puede nadar en contradirección. Si se deja arrastrar por la corriente se desplazará hacia el futuro. Pero si nada a contracorriente, se moverá hacia el pasado. Nadar contracorriente es más difícil, más duro, y poca gente lo consigue, pero ella puede intentarlo. Machiko le promete que si ella vuelve al pasado, a ese momento en que debieron darle los regalos, ella al menos le dará uno. Y así el destino de las dos cambiará.
Entonces un par de jovencitas se acercan a Machiko, a la que se nos muestra como si estuviera hablándole al aire. Naturalmente, las chicas no ven a Kurumi. Machiko las atiende. Las chicas le piden que les lea la mano y Machiko lo intenta, pero ya no ve nada. Las niñas se marchan decepcionadas. El poder de la adivinación que le otorgó el destino tenía como finalidad encontrar algún día a Kurumi y rencaminarla en la dirección correcta, nadando contra la corriente del tiempo para que regrese al lugar y momento donde le corresponde estar. Ahora que ya ha cumplido su función, Machiko ha perdido su poder, y de algún modo sabe que nunca lo recuperará.
Machiko mira en la dirección en la que se fue Kurumi. Ya no la ve, pero sí que hay un extraño resplandor al final de la calle, un fogonazo que podría indicar que Kurumi ya está nadando contracorriente en el río del tiempo. Machiko se lamenta porque esos donativos que recibía como adivina eran su fuente de ingresos y ahora no tiene de qué vivir. Lo que le queda es esperar, esperar a que Kurumi logre alcanzar el momento en el que se perdió entre realidades, porque cuando lo logre quizá también ella volverá a esa época. Su tiempo se reescribirá al igual que el de Kurumi y tendrá otra oportunidad de darle un regalo en lugar de ignorarla.
Esta no es la historia que cierra oficialmente la colección, pero si Present ha de tener una conclusión, es esta. Una de las niñas que provocaron que Kurumi se perdiera es la que, casi al final de su vida, la reorienta para que encuentre de nuevo su hogar y su tiempo. El círculo se cierra y una de las culpables se redime, logrando con ello una nueva oportunidad también para sí misma.
Pues bien, con esta ya hemos repasado las treinta y tres historias de Present. Espero que esta colección os haya parecido interesante si no la conocíais. Por la parte que me toca, he de decir que lo de comprometerme a publicar dos entradas por día durante un mes ha llegado a estresarme en ocasiones y no pienso repetirlo... no muy a menudo, al menos😁
Puedes ver las otras historias de Present desde la primera pulsando aquí.
Present. 1993-1998. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.


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