EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Saludos, amigos cinéfagos!
Vamos con cuatro capitulitos más de Buffy Cazavampiros, que no se diga. Hoy tocan los que encontramos en el quinto DVD de la segunda temporada. Hay un poco de todo: vampiros, fantasmas, demonios, mutantes anfibios... un menú variado.
Pasión (guion de Ty Kinh, dirigido por Machel E. Gershman). Ángel anda al acecho de Buffy. No para matarla… no todavía, al menos, puesto que pretende hacer con ella lo mismo que hizo con Drusilla, destruirla por fases; primero matar a su familia y seres queridos, luego acosarla hasta volverla loca, y finalmente, cuando se sienta tan desgraciada que esté deseando morir, convertirla en vampira o acabar con ella.
Una mañana Buffy despierta y se encuentra junto a ella un dibujo a lápiz de sí misma dormida. Es la forma de Ángel de demostrarle que puede entrar en su casa y pasar horas allí sin que se entere, que está a su merced y puede matarla cuando quiera. Buffy invitó a su casa a Ángel cuando aún tenía alma, y eso le permite ahora acceder cuando se le antoje. La pandilla se reúne en la biblioteca del instituto para decidir qué hacen al respecto. A Buffy le preocupa especialmente lo que Ángel pueda hacerle a su madre, y Giles le dice que buscará si hay algún hechizo que restablezca la salvaguarda natural contra vampiros que tiene todo hogar habitado.
Giles le comenta este problema a Calendar, que también tiene conocimientos de magia ritual. La relación entre ambos se ha enfriado hasta casi desaparecer a raíz de los acontecimientos que tuvieron lugar en el capítulo Inocencia. Calendar le dice abiertamente a Giles que lo ama, pero su deber hacia su clan familiar va primero que cualquier otra consideración. Giles la entiende perfectamente, porque su caso es el mismo: su deber como Guardián de La Cazadora está por delante de sus intereses personales. Siguiendo con las confesiones, Buffy le habla a su madre de Ángel. No puede decirle que es un vampiro porque aún le mantiene en secreto su condición de cazavampiros, así que habla de él como un exnovio toxico y obsesivo que no la deja en paz. Le advierte que se mantenga alejada de él si lo ve, porque puede ser peligroso.
Calendar, por su parte, va a hacer un intento de restaurar su alma a Ángel por segunda vez. Aunque en teoría la magia que permitía hacer eso es antigua y su conocimiento se ha perdido, ella está usando los ordenadores de la escuela para traducir unos manuscritos en los que se habla del ritual, tratando de completar los huecos y reescribirlo como una versión moderna de la misma magia. Esta vez no quiere hacer nada a espaldas de Giles y Buffy, y le cuenta a esta lo que pretende. Aunque Buffy sigue sin fiarse de Calendar, sí entiende esto como que ella está intentando arreglar las cosas. Si bien no llegan a hacerse amigas, Buffy le dice que “están bien” y ya no siente rencor hacia ella.
Esa misma noche Ángel aborda a la madre de Buffy en la puerta de su casa. Joyce le canta las cuarenta y le dice que deje en paz a su hija. Cuando ella entra en la casa Ángel trata de seguirla confiadamente, pero Willow ya ha restablecido la defensa de hogar con un hechizo que lee proporciono Giles, y el vampiro es incapaz de ir más allá del umbral.
A continuación ángel va al instituto. Calendar aún está trabajando allí en la traducción del conjuro de restitución del alma. Justo acaba de terminar la traducción y guardado toda la información en un diskette cuando Ángel la sorprende en el aula de informática. Ella le revela que ya tiene todo lo necesario para restituir su alma, confiando en que todavía habrá una parte dentro de él que deseará recuperarla. Pero no, Ángel destroza el ordenador que estuvo usando para la traducción, prende fuego a los documentos y mata a Calendar.
Después lleva el cadáver a casa de Giles y lo deja tumbado en su cama, dejando un rastro de pétalos de rosa y velas que llevan hasta él. Giles llega a casa y ve este rastro, y puesto que él y Calendar habían comenzado a reconciliarse, supone que Calendar ha querido darle una sorpresa romántica. Emocionado sigue el rastro de pétalos y velas hasta el dormitorio y es allí cuando se encuentra el cadáver de su amada, dejando por Ángel como una burla, o quizá como un desafío.
Cuando la pandilla se entera de la noticia van a buscar a Giles, pero este ha desaparecido llevándose sus armas. Ha ido a matar a Ángel por su cuenta. Aunque Giles no tiene la fuerza y agilidad incrementadas de la Cazadora, si vimos en otros capítulos que su aparente timidez y torpeza son una fachada. Sin testigos humanos de los que preocuparse, ataca a Ángel prendiendo fuego a su escondrijo y le da una paliza con un bate en llamas. Allí están también Spike y Drusilla. Esta quiere ayudar a Ángel, pero Spike está cada vez más arto de él. Ángel y Drusilla han estado burlándose de lo debilitado que se encuentra Spike desde que fue gravemente herido en el capítulo ¿Qué es lo mío? (2/2). Debido a esto Spike se niega a ayudarle e impide también que Drusilla lo haga. Sin embargo, tras su ataque inicial Giles pierde el factor sorpresa y Ángel reacciona, imponiéndose a él gracias a su fuerza vampírica. Se dispone a matarlo cuando Buffy llega a la guarida de los vampiros. Pero el fuego se extiende y Buffy tiene que elegir entre cazar a Ángel o sacar de allí a Giles antes de que todo arda, y elige lo segundo.
Unos días después, frente a la sepultura de Calendar, Giles confiesa que es la primera ocasión en la que, como Guardian, entierra a alguien a quien amó. Buffy se arrepiente de no haber acabado con Ángel cuando tuvo la oportunidad, y le asegura que ahora está preparada para hacerlo. Reconoce que el Ángel que ella quiso ya no existe, y el actual es demasiado peligroso para permitirle vivir, sin importar si es o no responsable de sus actos. Una última escena nos muestra que el disquete con la traducción del ritual que hizo Calendar quedó en su escritorio del aula de informática, pero no tuvo la oportunidad de decírselo a nadie.
La muerte asesina (guion de Rob Des Hotel & Dean Batali, dirigido por Deran Serafian). En Sunnydale hay una epidemia de gripe y Buffy es una de las afectadas. Pese a ello, insiste en seguir con sus patrullas nocturnas, cada vez más decidida a acabar con Ángel. Tiene un nuevo encuentro con él, pero debilitada por la fiebre, es superada. El resto de la pandilla la rescata expulsando a Ángel con crucifijos. La llevan al hospital, donde queda ingresada con fiebre alta. Aturdida, insiste a los médicos en que la dejen salir para matar vampiros. Ellos, pensando que delira, deciden sedarla.
Cuando Joyce acude al hospital, revela que cuando tenía ocho años, Buffy vio morir a su prima estando ingresada y desde entonces siente pánico a quedar ingresada. De madrugada, Buffy se despierta y ve pasar ante la puerta de su cuarto a un niño seguido por una siniestra figura: un hombre con ropas antiguas y el rostro monstruoso de rasgos afilados.
Intenta seguirlos, pero tras deambular por los pasillos recordando la visita a su prima, vuelve a despertar en su cuarto, confundida sobre si lo que vio fue real o producto de la fiebre. Al salir al pasillo, presencia cómo unos camilleros trasladan el cuerpo sin vida de un niño. También escucha a dos médicos comentar que varios niños han muerto por lo que parece ser una variante de la gripe, pese a estar sometidos a un tratamiento de choque. Dos niños se acercan a Buffy y le cuentan que hay un ser, al que llaman La Muerte, que viene por las noches a llevarse a los enfermos.
Cuando la pandilla la visita, Buffy les relata lo sucedido. Ella cree que La Muerte es una criatura que se alimenta del último aliento de los enfermos. Giles, en cambio, piensa que los niños temen a un hombre normal al que perciben como monstruo: el doctor Baker, su médico. Sospecha que el miedo a las agujas y al entorno extraño del hospital se ha cristalizado en rencor hacia él. Investigando, descubren que Baker tiene un largo historial de experimentos poco éticos con pacientes, aprovechando la desesperación de sus familiares para que estos consientan en llevarlos a cabo.
Esa noche, Baker se dispone a inyectar algo en el gotero de un niño cuando es atacado por una criatura invisible que le provoca desgarros paralelos, como de garras. Buffy intenta ayudarle, pero también es atacada y derribada con facilidad. A la mañana siguiente, la pandilla visita de nuevo a Buffy. La muerte de Baker lo descarta como sospechoso. El grupo razona que si la criatura invisible lo mató a él, que no estaba enfermo, fue para impedir que curase a los niños. Buffy está decidida a acabar con el monstruo, aunque no pueda verlo. Sin embargo, recuerda que sí lo vio la primera noche y no entiende por qué. Con Willow se cuela en la oficina de Baker y descubren que intentaba salvar a los niños inyectándoles un virus que provocaba fiebre alta. Buffy deduce que la fiebre extrema permite al cerebro percibir a la criatura, invisible en condiciones normales.
Por su parte, Giles y Cordelia consultan libros de demonología en la biblioteca, guiándose por un dibujo hecho por un niño. Identifican a la criatura como el demonio Der Kindestod (La Muerte de los Niños, en alemán). Su método consiste en tumbarse sobre los niños enfermos e inmovilizarlos mientras les succiona la vida con tentáculos que brotan de sus ojos y se adhieren a la cabeza de la víctima. Al contarle esto a Buffy, ella recuerda la muerte de su prima: los gritos, el pánico y los manotazos que daba al aire como si intentara sacudirse a alguien de encima. Comprende que fue Der Kindestod quien la asesinó, lo que convierte el asunto en algo personal.
Buffy y Willow vuelven a la oficina de Baker y acceden a los viales del virus. Buffy se infecta voluntariamente, elevando su temperatura a 41º. Aunque debilitada, logra entrar en el estado de semilucidez que permite ver a Der Kindestod. Cuando la criatura aparece, Buffy la sigue. Los niños, también con fiebre, han podido verla y se esconden en el sótano. El monstruo los persigue y Buffy lo enfrenta. Aunque debilitada, cuando Der Kindestod se inclina sobre ella para drenarle la vida, Buffy aprovecha la cercanía y le rompe el cuello.
Ya en casa, Buffy recibe una carta de agradecimiento de uno de los niños. No contiene texto, solo un... bonito... dibujo que conmemora su victoria sobre Der Kindestod.
La serie de Buffy llegó a acumular un bestiario impresionante, no solo con monstruos propios sino también con adaptaciones de monstruos clásicos o de otras fuentes. Der Kindestod tiene muchas similitudes con Freddy Krueger, que cuando se emitió por primera vez este capítulo iba por su tercera o cuarta película: ambos son villanos sobrenaturales de rostro deformado o quemado, que dejan cortes paralelos de cuatro en cuatro en sus víctimas. Esto podría englobar a muchos otros monstruos, pero hay que añadir la socarrona sonrisa que lucen, el que lleven sombrero (que es un atuendo poco habitual en los monstruos), y el que tengan a los niños como victimas preferentes. El modus operandi de Freddy es matar en las pesadillas mientras su víctima duerme, y aunque no es lo mismo, Der Kindestod mata mientras su victima está convaleciente en una cama, mientras delira con una fiebre lo suficientemente alta como para provocarle visiones estando despierto.
Hay también una escena en la que Der Kindestod arrastra por un pasillo el cadáver del doctor Baker, y Buffy (y el espectador con ella) solo ve el cuerpo siendo movido por una criatura invisible. Es una escena que recuerda mucho a la de la primera Pesadilla en Elm Street, en la que Nancy contempla como el cadáver de Tina, envuelto en plástico, es arrastrado por los pasillos del instituto por alguien a quien no puede ver.
Como curiosidad adicional, este capítulo fue dirigido por Deran Serafian, que interpretó el papel del soldado Kenny en Zombie 3.
Solo tengo ojos para ti (guion de Marti Noxon, dirigido por James Whitemore jr.) Una pareja de adolescentes discute en los pasillos del instituto. Todo parece una típica pelea de enamorados que se ha salido de control. Ella quiere dejarlo, y él reacciona encañonándola con un revólver. Buffy interviene, desarma y reduce al chico, pero tras esto ni él ni su novia tienen claro por qué estaban peleando. No se llevan mal ni tenían intención de romper. El chico afirma no saber siquiera de dónde ha sacado el arma, y de hecho el revólver no aparece por ningún lado. Cuando Buffy lo desarmó, el arma cayó al suelo, pero da la impresión de que se desvaneció.
Ante la falta de pruebas, el director Snyder lo toma como otra de las trifulcas en las que siempre parece estar implicada Buffy, y la llama a su despacho para echarle una bronca. Mientras espera, el anuario de 1955 cae de una estantería como si alguien invisible lo empujara. Buffy se limita a recogerlo y devolverlo a su lugar, sin darle mayor importancia.
Más tarde, durante una clase, Buffy está adormilada y tiene una visión. Una de esas visiones en tonos sepia que nos indican que estamos en los años 50 o 60, de lo que parece ser un curso muy anterior en esa misma aula. La ropa de los alumnos corresponde a varias décadas atrás, y cuando todos se marchan, uno se queda rezagado para hablar con la profesora. Su relación de alumno y mentora resulta claramente inadecuada, sugiriendo un romance entre el adolescente y la adulta.
La visión es breve, y cuando termina, el aula de Buffy estalla en carcajadas porque el profesor ha escrito en la pizarra: “No me abandones, zorra”, aparentemente mientras creía estar escribiendo otra cosa. Es la misma frase que el chico gritaba a su novia cuando le apuntó con el revólver.
Esa misma noche, el incidente se repite. Esta vez ocurre entre una profesora y el bedel que estaba fregando el suelo. Se cruzan en un pasillo, intercambian saludos de cortesía, mostrandonos que no tienen más que un trato formal, pero de pronto empiezan a hablarse como si fueran una pareja de enamorados. Es palabra por palabra la misma discusión que tuvo la pareja del inicio, y en el clímax de la misma, un revólver se materializa en la mano del bedel. Este dispara a la profesora y la mata, pero cuando es reducido no tiene idea de por qué lo ha hecho. De nuevo el arma desaparece. El patrón queda claro: se trata de espíritus condenados a repetir sus últimos momentos de vida, tomando el control de cualquier hombre y mujer que se crucen en los pasillos del instituto.
La pandilla investiga y descubre que en 1955 un alumno llamado James disparó en los pasillos contra una profesora llamada Grace, con la que se rumoraba que mantenía una relación inadecuada. A continuación se suicidó. La conclusión es que el fantasma de James está en un purgatorio, obligado a repetir el terrible acto que lo condenó, incapaz de descansar hasta lograr el perdón de Grace.
Sin aparente relación con esto, durante la hora del almuerzo, la comida de los platos se llena de serpientes. La policía y el equipo de control de plagas acuden al instituto para llevárselas. Esto parece otro de los efectos aleatorios de La Boca del Infierno sobre la que se asienta Sunnydale, pero sirve para mostrar que el jefe de policía y el director Snyder están al tanto de los sucesos paranormales y que su verdadera labor es encubrirlos.
Volviendo al caso, la pandilla prepara un ritual de exorcismo para expulsar el espíritu de James. Tras un primer intento fallido, lo único que logran es invocar un gigantesco enjambre de avispas que los obliga a huir. Buffy siente el impulso de regresar sola al instituto y misteriosamente la nube de avispas le abre paso, como si también respondieran a la influencia de James. Este necesita a dos personas para seguir representando su drama, y permite entrar a Buffy porque ya hay alguien más dentro: Ángel, que ha ido a buscarla por consejo de Drusilla, quien percibe los momentos en que Buffy es más vulnerable. Al ser vampiro, las avispas no le afectan, pero sí impiden que el resto de la pandilla entre.
Cuando el espíritu de James se manifiesta, toma el control de Buffy, mientras Ángel es poseído por el espíritu de Grace. El drama se repite: la pareja discute con los reproches de siempre y un revólver aparece en la mano de Buffy. En el clímax, James/Buffy dispara contra Grace/Ángel, dejándolos tendidos en el suelo. Es la primera vez que vemos la secuencia completa, y queda claro que el disparo fue accidental. A continuación, James/Buffy arrastra los pies hasta la sala de música, el lugar donde James se suicidó. Naturalmente, si Buffy dispara contra sí misma, morirá y James volverá a su purgatorio para repetir la escena una y otra vez.
Pero cuando Buffy apunta el arma hacia su cabeza, una mano la detiene: es Ángel. Al ser un vampiro la bala no lo ha matado, y sigue poseído por Grace, que ahora sí puede decirle a James lo que la muerte le impidió confesarle en las ocasiones anteriores. Las almas de Grace y James se reconcilian y trascienden, abandonando los cuerpos de Buffy y Ángel.
Durante un instante, Buffy y Ángel se miran, porque ambos recuerdan las palabras que James y Grace se dijeron a través de sus propias bocas, extrapolables a su relación. No solo han sido el vehículo que permitió la reconciliación de los espíritus, sino que también han revivido su propio vínculo. Esto resulta insoportable para Ángel, forzado a sentir amor pese a carecer de alma, y huye dejando a Buffy sola.
El capítulo termina en la guarida de Ángel, Spike y Drusilla. Ángel se siente enfermo (en realidad usa la palabra “violado”) porque se le ha obligado a tener sentimientos nobles de nuevo. Necesita matar a alguien para sentirse de nuevo poderoso. Sale de caza junto con Drusilla, y ambos se burlan una vez más de la aparente debilidad de Spike, todavía en silla de ruedas. Pero cuando se marchan, Spike se pone en pie con facilidad, revelando que su fragilidad ha sido fingida.
Otro capítulo dedicado al tema de la culpa y el perdón, y de como los fantasmas del pasado pueden atormentarnos hasta que nos reconciliamos con ellos. En este caso, literalmente.
Un asunto escamoso (guion de David Fury & Elin Hampton, dirigido por David Semel) ¡Fiesta nocturna en la playa! Comenzamos con el equipo de natación del instituto de Sunnydale montando una pequeña pero ruidosa fiesta en la playa, celebrando su triunfo en algún campeonato escolar. Por lo que comenta la pandilla, hacia mucho que ninguno de los equipos de Sunnydale ganaba nada. Quizá el alto índice de mortandad de los alumnos tenga algo que ver, quien sabe, pero el caso es que por fin han destacado en algo.
Dos de los miembros del equipo se alejan del ruido para calmar un poco los ánimos (es una de esas fiestas con alcohol y hormonas de por medio) y uno de ellos se va quedando atrás. Cuando el otro se da cuenta que está andando solo no ve ni rastro de su amigo. Pero nosotros, como espectadores, si lo vemos; la ropa y la piel del chaval están tiradas en un revoltijo, y una criatura estilo El monstruo de la Laguna Negra se aleja en la oscuridad, lloriqueando, adentrándose en la boca de desagüe de una alcantarilla.
Este es en realidad es segundo nadador estrella que pierde el equipo, aunque esto se ha ocultado a los alumnos. Buffy está a punto de dejar fuera de juego a un tercero que intenta pasarse de listo con ella y termina en la enfermería con la nariz torcida y sangrante. Contrariamente a lo que se podría esperar el entrenador no da demasiada importancia a la lesión y le dice al atleta que simplemente vaya a la sauna para despejarse las fosas nasales. Cuando se reúne con el resto de la pandilla en la biblioteca, Giles les informa que en la playa encontraron los restos de otro de los nadadores, el que vimos al principio.
Mientras tanto, el de la nariz partida abandona la sauna. Xander lo oye gritar en los vestuarios pero cuando acude a ver que ocurre no encuentra más que su pellejo humeante y uno de esos monstruos anfibios que se le echa encima. Valiéndose del noble arte de la huida Xander logra vivir para contarlo al grupo, pero nosotros tenemos más información que los personajes. Para el espectador es evidente desde el principio que algo está haciendo que los nadadores muten, y cambien a esa forma anfibia que vimos tras una muda de piel al modo de los reptiles. Pero la pandilla tiene varias teorías, todas equivocadas. La principal es que se trata de un monstruo que devora por dentro a sus víctimas dejando solo la ropa y la piel. La realidad es que victima y monstruo son lo mismo. El grito de dolor que oyó Xander en los vestuarios no era el del nadador al ser atacado por el monstruo, sino el del nadador al mudar la piel y convertirse en el monstruo.
Buffy se dedica a seguir a uno de los nadadores para ver si descubre el supuesto monstruo que está acabando con ellos, pero quien le ataca es Ángel. Antes de que Buffy tenga oportunidad de intervenir Ángel muerde en el cuello al nadador, pero reacciona escupiendo el buche de sangre que ha tratado de tragar y retirándose asqueado. La reacción del vampiro ante la sangre del atleta, que debería ser de mejor calidad que la de la gente común, hace que Willow encamine sus sospechas en otra dirección; esteroides. Un atleta con la sangre llena de esteroides podría hacer esta desagradable o inconsumible para los vampiros. Los esteroides podrían explicar también que la criatura que siguen pensando que es la responsable se vea atraído específicamente por los miembros del equipo de natación.
Como el equipo ha tenido varias ausencias últimamente, está reclutando nuevos miembros. Xander se presenta y logra ingresar. Su intención es sonsacarles que tipo de esteroides están tomando, y la respuesta que obtiene no le gusta nada. Los esteroides en cuestión no son de los que se tragan ni inyectan, sino que los respiran. se los administran a través del vapor de la sauna. El motivo por el que la información no gusta a Xander, es por que está compartiendo la sauna con el resto del equipo cuando la obtiene y lleva un buen rato respirando su vapor. Por su parte, Buffy también descubre una parte importante de la información pero de la peor manera posible. Mientras sigue al nadador al que mordió Ángel lo oye gritar y cuando acude en su ayuda se topa con uno de los monstruos anfibios, al tiempo que el nadador se desprende de la piel convirtiéndose en otro.
Tras un breve combate ambas criaturas escapan por un conducto de desagüe. Juntando la información que han descubierto Xander y Buffy llegan por fin a la conclusión que los esteroides que les están administrando a los nadadores es lo que les está convirtiendo en seres acuáticos.
Buffy decide abreviar e interroga directamente al entrenador. Este admite que estuvo continuando ciertos experimentos del ejército soviético en los que se pretendía fusionar ADN de humanos y peces. Luego la amenaza con un revólver y la obliga a saltar a las alcantarillas por otra trampilla de desagüe (ese instituto está lleno de ellas, por lo que se ve). Allí es donde se están acumulando los nadadores mutados porque el instinto y lo poco que queda de sus mentes humanas les impulsa a estar cerca del instituto, pero a la vez necesitan la humedad de las cloacas.
Los Monstruos de la Laguna Piscina Negra atacan
a Buffy y esta se defiende repartiendo toñas a diestra y siniestra hasta que
llega Xander para salvar el día. Ayuda a Buffy a salir de la alcantarilla y es
el entrenador quien termina cayendo de cabeza en ella en su lugar. Los mutantes
anfibios ya no lo reconocen, y los destrozan con sus garras y dientes ¿O será
que lo destrozan precisamente porque sí lo reconocen y recuerdan lo que les
hizo?
En cualquier caso, no vuelve a saberse nada más de los monstruos. Muerto el único vínculo que les quedaba en el instituto, los mutantes nadan a través de las alcantarillas hasta mar abierto y se pierden en él. Y Xander no parece haber aspirado suficientes esteroides en la sauna como para mutar, pero bueno… ¡Es Xander! Unos cuantos genes de pez más o menos en su cerebro no van a cambiarlo mucho.
Puedes repasar la serie desde el inicio pulsando aquí o darle un vistazo a la colección extraoficial de figuras de acción de Buffy pulsando aquí.
Buffy the Vampire Slayer T2. 1997-1998. Creada por Joss Whedon. Sarah Michelle Gellar, Alyson Hannigan, Charisma Carpenter (actrices principales) Nicholas Brendon, Anthony Stewart Head, David Boreanaz (actores principales). Editado en DVD en 2003 por Twenty Century Fox Home Video.

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