MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

viernes, 10 de agosto de 2018

TRATAMIENTO DE TERROR

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS 
¡ALERTA DE EXPOILERZ!

La historia arranca con uno de los planteamientos típicos de las historias de detectives; atractiva joven que acude a detective privado con el que mantuvo en el pasado una relación sentimental para que éste averigüe que le ha ocurrido a su esposo desaparecido. El final, sin embargo, es algo realmente inesperado. 

En este caso, el detective en cuestión es Mickey Samms, un ex policía metido a detective privado. Está en una situación económica regulera, y tiene a su abuelo viviendo con él porque no le alcanza para ingresarlo en una clínica donde tenga atención las veinticuatro horas.  

La protagonista que acompañará a Mickey en su peligrosa aventura será Sheila, una antigua novia que lo abandonó hace tres años tras descubrir lo que ganaba como policía. Ahora está casada con un millonario bonachón, pero acude al pobre y duro Mickey cuando las cosas le van mal. 

El personaje más trabajado y más creíble (lejos del clásico héroe de mandíbula cuadrada, la bella heroína o el infame villano) es Alfred, el abuelo de Mickey: un viejo verde adicto a las revistas pornográficas (tiene docenas de ellas escondidas por todos los rincones de la casa), alcohólico y voyeur, sin dejar por ello de ser gracioso y en cierto modo entrañable. Un personaje secundario sin el cual la historia funcionaría perfectamente (ya que en realidad no aporta nada de valor a la trama) y, sin embargo, es uno de los mayores aciertos del libro. 

Sheila contrata a Mickey para que encuentre a su marido, que lleva un año desaparecido. Le da igual que lo encuentre vivo o muerto, pero quiere encontrarlo. Los familiares del marido están aprovechando su ausencia, moviendo hilos para que la mayor parte de su fortuna vuelva a la familia y no pase a su viuda si se le declara muerto. Para comenzar su investigación Mickey debe desplazarse a otro estado, y el abuelo lo convence para que lo lleve con él, poniéndose dramático y  alegando que siente que está a punto de morir.

El caso es que Mickey y su abuelo se trasladan al lugar donde se vio por última vez al esposo de Sheila. Esta se reúne con Mickey yendo por su cuenta, y no tanto porque quiera estar cerca de su marido cuando Mickey lo encuentre, como por estar cerca del propio Mickey. Juega a dos barajas, haciendo lo posible para recuperar al marido millonario y hasta que eso ocurra, tratando de retomar la relación con el amante pobre que le gusta. ¡Vaya pájara! 

Mientras Mickey divide su tiempo entre mantener a raya a Sheila, vigilar al abuelo y buscar al marido, un par de asesinos están haciendo de las suyas por la zona. Se hacen llamar Hawk y Snake (Halcón y Serpiente). Hawk es el que manda, y hablan entre ellos como si fueran comandos en medio de una zona de guerra, como si realmente creyeran que están infiltrados tras las líneas enemigas en Vietnam. Hawk y Snake se dedican a raptar personas, aparentemente al azar a no ser que les interese deshacerse de alguien específico, y llevarlas a un refugio donde las torturan hasta la muerte. La tortura tiene tintes de interrogatorio, y durante la misma golpean y mutilan a la victima (también la violan ambos, si es mujer) como si todo lo estuvieran haciendo a fin de sacarle alguna información secreta a su victima sobre las tropas o armamento con las que cuentan el Vietcong. Pero no importa lo que conteste el interrogado. Para Hawk y Snake el prisionero siempre miente, y siguen interrogándolo hasta matarlo.  

Al final, Mickey, con un poco de ayuda de Raquel (una chica local que conoce durante la investigación y que le hecha una mano), de Sheila y hasta del abuelo, encuentra la guarida de Hawk y Snake, y mata al primero de un tiro cuando estos se resisten a ser detenidos. Snake se quita un pasamontañas que le cubría la cabeza y revela ser una mujer. Arrodillada junto al cadáver de Hawk, le cuenta a Mickey toda la historia. Hawk fue soldado en Vietnam. Volvió de allí convertido en un pingajo de nervios, horrorizado, destrozado totalmente por lo que había visto hacer y por lo que había llegado a hacer. 

Snake fue su enfermera en el psiquiátrico donde terminó ingresado, y a base de oírle hablar sobre los recuerdos y pesadillas que lo atormentaban, empezó compadeciéndose y terminó enamorándose de él. Fue ella quien organizó todo eso: los secuestros, el escondrijo, el material de tortura... ella quería que Hawk reviviera todo aquello, basándose en la errónea terapia del tratamiento de shock: aquello tan traumático que es capaz de volver loco a un cuerdo, debería también volver cuerdo a un loco

Todo empezó en realidad como un juego de roles: cavaban túneles para esconderse, deambulaban por lugares aislados, se vestían con uniformes de camuflaje, hablaban como si fuesen camaradas del frente en plena batalla, se pusieron Hawk y Snake como motes de guerra, empezaron a reunir instrumentos de tortura como si fuesen a interrogar a alguien... En algún momento el juego se reveló insuficiente, y Snake lo llevó al siguiente nivel, intentando provocar una catarsis en Hawk. El marido de Sheila fue simplemente otro más de los "espías del vietcong" que Snake le sirvió en bandeja a Hawk en su descabellado intento de curarlo.

En un final bastante atípico para este tipo de publicaciones, cuando Sheila confirma la muerte de su marido, intenta volver con Mickey. Estaba convencida que él iba a esperarla eternamente y a recibirla con los brazos abiertos, o incluso dándole las gracias por volver, pero Mickey ya no la ama. Lo único que quiere de ella es que le pague los honorarios que le corresponden por el trabajo realizado. Mickey vuelve a su hogar sin Sheila, llevándose con él al abuelo y a Raquel, con la que sí ha establecido una relación de iguales.  

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

Tratamiento de terror. 1980. Adam Surray [José López García]. Selección Terror nº 402. Editorial Bruguera S.A.

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