¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Un relato sobre experimentos humanos bastante entretenido, sobre todo porque se aleja del típico planteamiento inicial de los bolsilibros.
Lo normal era que este tipo de publicaciones comenzaran presentando a los protagonistas, los buenos de la historia, y luego metiéndonos en situación. A veces se hacía al revés, presentándonos primero la trama y luego introduciendo en ella a los personajes, pero de todos modos ambas cosas se hacían lo antes posible.
En Siniestro,
se nos detalla tanto la situación que podemos llegar a pensar que en realidad
no hay protagonistas, más allá del grupo de científicos locos, sus sicarios, y
las victimas de sus experimentos.
Un elenco
formado íntegramente por villanos, y por victimas que en ningún momento asumen
un papel de héroes protagonistas tampoco es raro en el género del terror.
Muchas películas de psicópatas entran en ese grupo, pero es una situación muy
poco habitual en los bolsilibros, donde los protagonistas son invariablemente
fuertes, atractivos, valientes… un dechado de virtudes. No es hasta
transcurridos varios capítulos que observamos que, de todo el grupo de
malvados, uno se comporta de forma extraña, induciéndonos a sospechar que él
pueda ser en realidad el protagonista de la historia.
Este personaje
en cuestión es un individuo grotesco, feo, encorvado, lascivo… ¡y ruso! Y en
estos libritos, que imitaban al cine y la literatura americana de la época, ser
ruso equivalía automáticamente a ser malvado. Un protagonista original, al
menos, que se toma como algo personal el salvaguardar la vida de una de las
cobayas de los experimentos: una rubia escultural de la que se encapricha nada
mas verla, y decide conservar en buen estado para… bueno, para su propio
uso.
El que en lugar
de la clásica parejita joven y perfecta nos metan como protagonistas a un
científico loco ya entrado en años, feo, rudo, y deforme (y ruso), y a una
chica que se pasa casi toda la historia sedada, siendo llevada de un lado a
otro como un saco de patatas, sin hacer nada ni pronunciar palabra, tiene al
menos su toque original.
Lamentablemente,
si la idea de que los buenos tienen que ser guapos y atractivos y los malos
tienen que ser feos y asquerosos aún perdura hoy en día, a principio de los 80
era aún más patente. Tiene cierta lógica, en realidad. Una persona que por
su genética sea físicamente muy atractiva siempre tendrá a su alrededor más
gente dispuesta a relacionarse con ella o a prestarle ayuda (aunque sea por
interés más que por verdadera amabilidad) que una poco atractiva. Es lamentable,
pero cierto.
Y una persona
que por su atractivo se encuentra con que en general se la trata mejor y se le
dan más facilidades, es de suponer que tendrá un mejor carácter que otra por
haber nacido deforme, enferma, o simplemente fea, se encuentra con que poca
gente está interesada en formar parte de su vida. Probablemente la absurda idea de que los guapos son bueno y los feos
malos (o como dice el refrán: “la cara es el espejo del alma”)
venga de ahí.
Pero los
bolsilibros se basaban en darle a la gente lo que quería leer (lo que hoy en
día se llama fanservice) y dado que casi todo el mundo tiene una
imagen un tanto idealizada de si mismo, esto implicaba una pareja protagonista
fuerte, valiente y atractiva, con la que los lectores potenciales pudieran
identificarse. El original aspecto del protagonista, así como su cuestionable
comportamiento, esconden un secreto que al final de la historia transforman lo
que podría haber sido un héroe bastante original en algo vulgar y costumbrista
(y hasta un poco ridículo), convirtiendo la conclusión de la trama en lo menos
interesante de la misma.
Aun así, hasta
los últimos compases, y a pesar de que un par de muertes extrañas no se
explican, es bastante entretenido y plantea unas cuantas buenas ideas.
Puedes repasar otro libro de este autor pulsando aquí.
Siniestro. 1982. Lou Carrigan [Antonio
Miguel de los Ángeles Custodios Vera Ramírez]. Selección Terror nº 467.
Editorial Bruguera S.A.
Ttt
ResponderEliminarVoy a poner a trabajar a mis criptógrafos a ver si consiguen descifrar ese escueto mensaje...
Eliminar