"Desde 1977" reza la caja... Drácula, como siempre, presumiendo de su antigüedad.
El indiscutible rey de los monstruos clásicos se atrevió a mostrarse en España a pleno sol, en el verano del 77 y en muchos más a partir de ese. ¿Es
casualidad que el verano del 77 fuera el más frío del siglo en
nuestro país, con temperaturas medias de 18º durante julio y agosto? ¿Qué 1977 sea conocido por los climatólogos y meteorólogos españoles como “El año sin
verano”? Quizá el malvado conde se trajo el gélido clima de su tierra con
él…
El diseño de cajas y envoltorios puede haber
cambiado con el paso del tiempo, pero el helado sigue imperturbable, como el ser inmortal en el que se inspira: Un
exterior negro como la noche, como la propia capa del más famoso conde
transilvano. Cubierto de una fina película de escarcha, como la piel de un cadáver
encontrado entre la niebla. Relleno de una misteriosa sustancia roja, que en teoría es sorbete de fresas, pero
todos sabemos la verdad. Y con un ligero toque de vainilla cuyo color marfileño
nos recuerda al mortecino brillo de los colmillos del vampiro. ¿Quién no se ha
comido un Drácula alguna vez? ¿Quién no se ha atrevido todavía a desafiar el poder del Señor
de los Vampiros?
Esta nueva presentación del producto, sin tener el gancho y el encanto de las ilustraciones originales, sí me
gusta mucho más que la anterior, en la que se veía un león antropomorfo y caricaturesco vestido como Simon Belmont. Esto me ha decidido a añadir la caja de estos
helados a mi colección de cajas/envoltorios de productos en los que aparecen
imágenes de monstruos… a parte de proporcionarme la excusa perfecta para aprovisionar el frigorífico con media docena de helados, que seguro que no nos vendrán nada mal dentro de un par de meses.
Quatto aprueba este post!
ResponderEliminarYo creía que a Quatto solo le gustaban los helados de turbinio.
Eliminar¡Me encanta!
ResponderEliminarSin duda, uno de mis polos preferidos desde siempre. Me encanta que más de 40 años después siga existiendo, tanto el original como las imitaciones de turno. Cada vez que paso por alguna tienda de comestibles y veo alguno, no puedo evitar que se me antoje.
Ahora que viene el buen tiempo, si encuentro la caja a la venta en algún supermercado no dudaré en comprarla, guardarla y degustar este delicioso y mítico helado. ;-)
¡Aja! Otro valiente dedicado a la noble tarea de acabar con estos pequeños enviados de Drácula y guardar alguna de sus cajas como trofeo. No esperaba menos.
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