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jueves, 30 de mayo de 2019

DRAGONES Y MAZMORRAS libro de cromos

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
En los 80, cuando los niños no teníamos ni internet, ni ordenadores, ni discos duros, y lo de sacar series enteras en VHS no se estilaba (y si se hacía, no nos lo podíamos permitir), todo lo que teníamos era físico. Real. Tangible.

Todavía conservo juguetes que me dieron en paquetes de cereales o bolsas de patatas fritas hace treinta años, mientras que las apps que te dan ahora en lugar de eso estarán pasadas de moda en un mes, obsoletas en dos, y tras un año nadie las recordará.

No voy a ponerme retrogrado en plan “¡Es que los VHS eran mejores que el Blue Ray!”. No, porque a parte de no ser cierto (calidad de imagen, prestaciones, durabilidad, etc.) es un tipo de discusión que no lleva a nada. Lo que quiero es, aprovechando que comento otro de los álbumes de cromos de mi colección, explicar por qué estas colecciones arrasaban del modo que lo hacían. 

Hoy en día no parece tener mucho sentido el estar pagando para obtener cromos que son en realidad fotogramas aleatorios de una película o serie. Cualquiera que disponga de un PC y una copia de la película, puede tomar todas las capturas de pantalla que quiera y hacerse un álbum a su gusto, si le apetece. 

La edad media del coleccionista de cromos ha subido mucho desde los 80. Naturalmente sigue habiendo colecciones de cromos para niños, pero antes los niños eran el único público al que este producto iba dirigido. Eso ha cambiado porque actualmente hay menos niños interesados por los cromos, y en cambio quedan muchos adultos que han seguido coleccionándolos. 

Y es en gran parte por lo que comentaba antes. Porque los que fuimos niños en los 80, no teníamos más opción que esa. La única forma que teníamos (aparte de la memoria) de conservar de algún modo cosas que nos apasionaban, como la serie de Dragones y Mazmorras, era a base de pegatinas y cromos. Por eso los álbumes de cromos eran tan populares y tan codiciados. Eran los discos duros y las colecciones de DVD de la época; la única forma que teníamos los críos de conservar imágenes y datos (como los nombres de los personajes o el argumento de los capítulos) cuando la memoria empezaba a fallarnos. 

Es por toda esta serie de cosas (perdonadme si me enrollo, me sale casi sin darme cuenta) que he sentido la necesidad de explicar por qué aprecio enormemente las colecciones de cromos. 

Bueno, a lo que íbamos… ¡Un álbum de cromos de Dragones y Mazmorras! ¡Casi no debería hacer falta decir nada más! Pero lo hare. El enrollismo me puede.

Esta colección apareció en 1985. Está compuesta por 300 cromos de cartón. Había que pegarlos a mano, echándoles un ¡sploch! de pegamento liquido de ese que te hacía arder los pulmones y las retinas cuando te acercabas el cromo a la cara para dosificar bien el pegamento (y así nos hemos quedado los pegacromos de la época, jaja) y luego apretarlo contra el álbum. Entonces venía la parte en la que te dabas cuenta que habías puesto demasiado pegamento y el cromo resbalaba, o el pegamento se salía por los bordes al apretarlo, como el kétchup de una hamburguesa. Cuando conseguías recoger el exceso de pegamento con las yemas de los dedos (que luego se te quedaban blancas), la prisa que tenías por pegar el siguiente hacia que empezaras a dejar huellas de pegamento por todas partes, en la ropa, en el frontal de los cromos, en la mesa… ¡Que desastre! ¡Que asco! ¡Cuánto lo hecho de menos!
El álbum comienza con un texto de presentación que nos pone en antecedentes, contándonos (recordándonos) todo lo que necesitamos saber sobre la serie. A continuación, hay una Galería de Personajes en la que se nos amplía la información sobre estos. Curiosamente, Pesadilla (el caballo volador de Venger, que se limitaba a hacer su papel de caballo volador) aparece como un personaje por si solo, mientras que Uni (que intervenía bastante más en la trama y tenía una importancia capital en algunos capítulos) “forma parte” de Bobby. También, por alguna razón, nos encontramos aquí con Kelek, un villano que solo aparecía en uno de los capítulos.
A esto le sigue una sección llamada El mundo fantástico de Dragones y Mazmorras, 22 cromos que contaban la secuencia de apertura de la serie. A continuación, siguen los resúmenes de trece de los capítulos. Estos son El valle de los unicornios (contado en 24 cromos), El sirviente del mal (22 cromos), El jardín de Zinn, La bella y la bestia, El gran salón, La búsqueda del esqueleto guerrero, Presto hechiza un desastre, La caja, La niña que soñaba el futuro, La ciudad al filo de la medianoche (mi capitulo preferido, y seguro que también el de Stephen King), El traidor, La última ilusión, y El cementerio de los dragones (todos estos contados con 20 cromos).

Aparte de conseguir los cromos por el sistema habitual de comprar sobres en los kioscos o llevarnos el taco al colegio para dedicar la media hora del patio a intercambiarlos, los cromos podían conseguirse también comprando productos Oscar MayerSinceramente ¿a alguien se le ocurre mejor publicidad que esta? ¿Regalar cromos de monstruos, dragones, guerreros y brujos, junto con el beicon y salchichas? ¡Carne y aventuras en el mismo envoltorio! Las empresas actuales deberían tomar nota de esto, y dejarse de regalar humo con tanta app.
Dragones y Mazmorras, libro de cromos. 1985. Editado por Pacosa Dos Internacional. 300 cromos.

4 comentarios:

  1. Bueno, es lo que hizo también Danone y otras marcas como Chambourcy, Cheetos, que regalaban cromos, imanes, reglas, gomas, juguetes...

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    1. ¡Precisamente! antes era común que este tipo de compañías regalaran cosas como esas: pegatinas, imanes, llaveros, figuritas... cosas que siguen existiendo hoy en día. Pero hoy ya no se hace, o se hace menos. Hoy todo son apps, o números para sorteos de algo. Ya casi no se regala nada físico que perdure en el tiempo. Antes, por lo que les costaba un llavero o una figurita de goma con su logo, ese objeto les hacía publicidad durante veinte o treinta años. Yo conservo juguetes de esa época, y les tengo un inmenso cariño ¿Qué niño de hoy en día recordará dentro de veinte años que en una caja de cereales le dieron el código para descargar un nuevo tono de llamada para el móvil?

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    2. Ya... Yo pienso igual. Pero a medida que me voy haciendo mayor (U_U) voy viendo que, aunque no recordarán cosas físicas como nosotros, o no tantas, para ellos también serán mejores estos tiempos que los futuros, básicamente porque no entenderán cómo se hacían las cosas antes y no podrán procesar ese sentimiento que tenemos nosotros por nuestra juventud. Es imposible...

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    3. Al igual que nos pasa a nosotros, solo podrán comparar con sinceridad las épocas que realmente vivieron.

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