¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Otra historia de piratas con elementos de terror e
investigación detectivesca. ¿Tendrá algún nombre este género?
Un anciano pirata dicta testamento en su lecho de
muerte. Su inmensa fortuna, producto de toda una vida de saqueo, deberá ser repartida, pasados diez años, entre las seis personas que designa como herederos: su único hijo (todavía menor, razón por la cual el reparto se ha demorar una década), la mujer que
fue el gran amor de su vida (que no es la madre del chico), el más fiel de sus
marineros, un hombre que en una ocasión le salvó la vida, su mayor enemigo (al que desprecia) y su mayor rival (al que respeta).
Siguiendo la tradición pirata fijada por las
películas clásicas del género, el tesoro no les es entregado directamente. Este se halla oculto en una isla desconocida. Tendrán que buscarlo y repartirlo... entre los que sobrevivan.
Cada una de estas personas recibe… ¿un fragmento del
mapa? No. No hay mapa, sino seis monedas de oro, una por cabeza. A su hijo,
además, le lega un simple pedazo de pergamino con dos palabras garabateadas,
sin significado aparente. En cada una de las monedas han sido grabados a punta de
cuchillo dos números diferentes, y es necesario conocer tanto las palabas
como todos los números para averiguar la localización exacta del tesoro.
A estas seis personas, cada una con su moneda, se
unen otras dos: un amigo del hijo del pirata, y la hija de su rival. Hay
además otro misterioso personaje al que nadie ha invitado, lo que Julio Verne
denominaba “el jugador de la ficha negra”:
un competidor misterioso sin derecho a una parte del tesoro, pero tampoco
sujeto a las reglas a las que se someten los demás para encontrarlo, y que no
duda en asesinar a los elegidos para apoderarse de sus monedas.
Dada la brevedad del relato, la gran cantidad de
personaje que toman parte en él, y lo mucho que le gustaba a Juan Gallardo desarrollarlos y trabajarlos, la mayor parte del texto se va en describirlos
a ellos y las relaciones que se establecen entre unos y otros, quedando muy pocas
páginas para la búsqueda del tesoro.
La parte de la búsqueda como tal es muy
breve y resulta poco emocionante, y quizá, consciente de ello, el autor decidió
compensarnos al final con la aparición de… ¡un monstruo! Un monstro protector del
tesoro, capaz de desmembrar a un hombre (o a media docena de ellos) a base de
golpes, mordiscos y tirones.
Al final, la pareja protagonista (entiéndase como
tal al hijo del difunto pirata y la hija de su respetado rival) se casan. O viven
juntos, a bordo de su barco, la semilegal vida de los corsarios, que viene a ser lo
mismo.
Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.
Tesoro
sangriento. 2003. Donald Curtis [Juan Gallardo Muñoz]. Piratas nº 9. Editorial
Astri S.A.
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