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miércoles, 2 de octubre de 2019

CÁLICES PARA HALLOWEEN

EL GRAN BAZAR
¡La cuenta atrás para Halloween ha empezado! Ya va siendo hora de ir quitando las telarañas reales a las cajas en donde guardo las telarañas falsas, y de ir reuniendo y desempolvando todos los trastos necesarios para la ocasión, porque a veces el tiempo se te echa encima más rápido que un hombre lobo hambriento.

No recuerdo donde guardé la ultima vez esos viejos cráneos de plástico y esqueletos de cartón así que tendré que bajar al sótano a por algunos de los de verdad, pero al menos si que tengo a mano estos cuatro cálices.

Son de plástico, decorados con motivos tenebrosos. Ya llevan en casa unos cuantos años, pero nunca pasan de moda (si es que han llegado a estarlo en algún momento). Suelen venderse en esta época en los bazares y tiendas de recuerdos, y en muchos centros comerciales que simplemente se unen a la fiesta (y a los que gastan dinero en ella) y llenan sus estantes de todo tipo de bichos, calabazas, ratas, y una amplia variedad de cosas adorablemente horribles.

Son ideales para brindar con inmundas bazofias extraídas de burbujeantes y costrosos calderos. O con refrescos, lo que prefiera cada uno.

3 comentarios:

  1. Sugerencias para llenar los cálices:

    - Sangre de arándanos rojos (o un refresco incoloro teñido de rojo) con un ojo de malvavisco flotando en la superficie (y si es un refresco con gas, descomponiéndose lentamente).
    - Mousse de tierra de cementerio al chocolate y gusanos de gominola asomando.
    - Una pócima verde brillante con explosivo efecto de peta zetas (¡consúmase de inmediato!).
    - Y para los piratas más atrevidos, piel de escorbuto con auténticas costras chiclosas... o para los menos atrevidos, natillas al ron con pasas.

    Tengo más ideas, pero para ellas ya necesito una pala y un jorobado, preferentemente llamado Igor.

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    1. ¡Interesante e inspirador! Yo solo había pensado en una cena a base de puré de guisantes... es decir, vomito de zombi. El problema es que al ser copas de plástico no puede ser nada que deba servirse caliente. Y en el caso de las natillas al ron con pasas... ¡acordarse de no flambear el ron!

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    2. De hecho, al principio había escrito "natillas al ron flambeadas para un auténtico aliento de fuego", pero lo corregí al releer la descripción y ver que las copas son de plástico. Todas estas sugerencias se sirven frías.

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