¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... El Profesor Plot.
¡Vamos, vamos! Ocupen todos sus lugares y atiendan. ¡Usted, siéntese de una
vez! ¡Y usted, deje de revolotear y adhiérase al techo! ¡Jovencito, despegue los ojos de la portada! Lo que nos interesa es el texto, y este se encuentra en el interior del libro.
Veamos… la lectura de
hoy es Los malditos seres de Gogogon, de Rafael Barberán.
Quizá
conozcan ya la costumbre de este escritor barcelonés de emplear palabras catalanas
como nombres propios en sus novelas del espacio. En esta ocasión nos
encontramos con una nave espacial llamada Solitud (soledad), un robot llamado
Xiulet (silbato) y personajes que responden al nombre de Groller
(grosero), Cadell (cachorro), Cranc (cangrejo), Estel
(cometa), y una raza de criaturas similares a los Umpa Lumpa de Charlie y la
Fábrica de Chocolate llamados peticots (mequetrefes).
La historia empieza con el
protagonista, Linx, que encontrándose a los mandos de su nave Solitud recibe
una llamada de auxilio de otra nave que se ha estrellado en un planeta helado.
Todos los pasajeros, unos cuarenta civiles, morirán congelados en pocas horas
si no se les evacúa. La Solitud acude presta al rescate, solo para encontrarse
con que la principal preocupación de Groller, el capitán de la nave
siniestrada, no es salvar a sus pasajeros, sino a su cargamento: oro, vino y
semillas de vid.
El oro y las botellas de vino
(de una calidad extraordinaria) así como las semillas de vid, son el pago que Groller debía llevar hasta el planeta Gogon para canjearlo por Estel, la heredera
al trono del planeta Naxos, recientemente raptada.
La nave de Groller está
acabada, y este le ofrece a Linx ser su socio, a cambio de la mitad del pago
que recibirá una vez cumplida su misión: un tesoro de valor equivalente al del
rescate que está transportando.
La Solitud, con sus bodegas
cargadas con el oro y los civiles (que no vuelven a aparecer, y que más tarde
se nos dice que han muerto, sin más explicaciones) se dirige a Naxos. Parte del
cargamento de vino y semillas se ha perdido en el accidente, por lo que el
rescate estipulado no está completo y no pueden llevarlo a Gogon en esas condiciones. Así pues, el plan es ir primero a Naxos a completar la carga de vino y
semillas, llevarla a Gogon, e intercambiarla por la princesa Estel.
Naxos es un planeta con una
sociedad matriarcal. Todos los trabajos duros, difíciles y peligrosos están
reservados a los hombres, y solo las mujeres ocupan altos cargos. Los hombres,
además, viven en un estado de esclavitud, carecen de los mismos derechos
sociales que las mujeres y son castrados si tocan sin permiso a estas, mientras que las mujeres si pueden tocarlos y exigirles que se acuesten con ellas. A pesar
de esto, las mujeres viven convencidas que la suya es una sociedad bondadosa y
justa.
La emperatriz Clyo, madre de Estel, recibe al grupo y acepta reponer el cargamento
perdido. También se encapricha de Linx e impone como condición adicional acompañarlos
en su viaje a Gogon junto con una pequeña escolta.
La Solitud, que a pesar de su nombre cada vez lleva más gente a bordo, pone rumbo a Gogon, haciendo antes escala en
el planeta Amarillo, donde recogen a más gente que Linx cree que
podrán servirles de ayuda.
Linx también aprovecha para desenmascarar a Groller,
que, como ya sospechaba, estuvo compinchado con los habitantes de Gogon desde
el principio. El planeta Amarillo, por cierto, es el mismo al que trataban de
llegar los personajes de Odisea de Fugados, otro bolsilibro del mismo autor.
Gogon es un planeta habitado por cucarachas gigantes. La Solitud
se aproxima al nido de las que retienen a Estel y negocian el intercambio
de ésta por el rescate, dándoles algunas botellas de vino antes para que lo
prueben. El intercambio se lleva a cabo de forma mas o menos tensa pero también
mas o menos honesta por ambas partes hasta casi el final, en el que todo se
precipita y a los humanos les toca salir corriendo, rechazando a botellazos a
un grupo de cucarachas ansiosas por descorcharlas y acompañarlas de un poco de
carne fresca.
El final es de lo más extraño, porque un minuto después de poner a salvo a la joven y hermosa Estel… Linx decide quedársela. Se lo comunica a su
madre diciéndole simplemente que le explique a su hija que los hombres no son
inferiores a las mujeres, y por el tono en que lo dice, esta comprende que su
hija no regresará con ella a su planeta.
Clyo depende completamente de Linx y
su nave para volver a Naxos… y sorprendentemente, acepta sin rechistar que Linx
se quede con Estel para su propio uso. Después de todo, un hombre siempre será mejor pareja para su hija que un
millar de insectos gigantes.
Una historia algo floja para
ser de Ralph Barby, pero en líneas generales todas sus historias de ciencia
ficción son inferiores a sus historias de terror. Aun así, plantea algo interesante. Todos los personajes, tanto las mujeres opresoras y castradoras de Naxos, como Groller que solo busca el beneficio inmediato, como Linx con su actitud de me la quedo porque quiero y porque puedo, como las mismas cucarachas gigantes que solo desean comer, se ven a si mismos como los buenos del asunto, los que actúan correctamente, porque lo hacen conforme a lo que es normal en la sociedad en que se han criado, y por tanto lo malo, lo equivocado, son siempre las leyes y costumbres de los demás.
Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.
Los malditos seres de Gogon.
1984. Ralph Barby [Rafaél Barberán] (texto). La conquista del espacio nº 712.
Editorial Bruguera S.A.
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