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martes, 8 de octubre de 2019

LOS MALDITOS SERES DE GOGON

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... El Profesor Plot. 

¡Vamos, vamos! Ocupen todos sus lugares y atiendan. ¡Usted, siéntese de una vez! ¡Y usted, deje de revolotear y adhiérase al techo! ¡Jovencito, despegue los ojos de la portada! Lo que nos interesa es el texto, y este se encuentra en el interior del libro. 

Veamos… la lectura de hoy es Los malditos seres de Gogogon, de Rafael Barberán. 
Quizá conozcan ya la costumbre de este escritor barcelonés de emplear palabras catalanas como nombres propios en sus novelas del espacio. En esta ocasión nos encontramos con una nave espacial llamada Solitud (soledad), un robot llamado Xiulet (silbato) y personajes que responden al nombre de Groller (grosero), Cadell (cachorro), Cranc (cangrejo), Estel (cometa), y una raza de criaturas similares a los Umpa Lumpa de Charlie y la Fábrica de Chocolate llamados peticots (mequetrefes).

La historia empieza con el protagonista, Linx, que encontrándose a los mandos de su nave Solitud recibe una llamada de auxilio de otra nave que se ha estrellado en un planeta helado. Todos los pasajeros, unos cuarenta civiles, morirán congelados en pocas horas si no se les evacúa. La Solitud acude presta al rescate, solo para encontrarse con que la principal preocupación de Groller, el capitán de la nave siniestrada, no es salvar a sus pasajeros, sino a su cargamento: oro, vino y semillas de vid.

El oro y las botellas de vino (de una calidad extraordinaria) así como las semillas de vid, son el pago que Groller debía llevar hasta el planeta Gogon para canjearlo por Estel, la heredera al trono del planeta Naxos, recientemente raptada.

La nave de Groller está acabada, y este le ofrece a Linx ser su socio, a cambio de la mitad del pago que recibirá una vez cumplida su misión: un tesoro de valor equivalente al del rescate que está transportando.

La Solitud, con sus bodegas cargadas con el oro y los civiles (que no vuelven a aparecer, y que más tarde se nos dice que han muerto, sin más explicaciones) se dirige a Naxos. Parte del cargamento de vino y semillas se ha perdido en el accidente, por lo que el rescate estipulado no está completo y no pueden llevarlo a Gogon en esas condiciones. Así pues, el plan es ir primero a Naxos a completar la carga de vino y semillas, llevarla a Gogon, e intercambiarla por la princesa Estel.  

Naxos es un planeta con una sociedad matriarcal. Todos los trabajos duros, difíciles y peligrosos están reservados a los hombres, y solo las mujeres ocupan altos cargos. Los hombres, además, viven en un estado de esclavitud, carecen de los mismos derechos sociales que las mujeres y son castrados si tocan sin permiso a estas, mientras que las mujeres si pueden tocarlos y exigirles que se acuesten con ellas. A pesar de esto, las mujeres viven convencidas que la suya es una sociedad bondadosa y justa. 

La emperatriz Clyo, madre de Estel, recibe al grupo y acepta reponer el cargamento perdido. También se encapricha de Linx e impone como condición adicional acompañarlos en su viaje a Gogon junto con una pequeña escolta.

La Solitud, que a pesar de su nombre cada vez lleva más gente a bordo, pone rumbo a Gogon, haciendo antes escala en el planeta Amarillo, donde recogen a más gente que Linx cree que podrán servirles de ayuda.
 
Linx también aprovecha para desenmascarar a Groller, que, como ya sospechaba, estuvo compinchado con los habitantes de Gogon desde el principio. El planeta Amarillo, por cierto, es el mismo al que trataban de llegar los personajes de Odisea de Fugados, otro bolsilibro del mismo autor.

Gogon es un planeta habitado por cucarachas gigantes. La Solitud se aproxima al nido de las que retienen a Estel y negocian el intercambio de ésta por el rescate, dándoles algunas botellas de vino antes para que lo prueben. El intercambio se lleva a cabo de forma mas o menos tensa pero también mas o menos honesta por ambas partes hasta casi el final, en el que todo se precipita y a los humanos les toca salir corriendo, rechazando a botellazos a un grupo de cucarachas ansiosas por descorcharlas y acompañarlas de un poco de carne fresca. 

El final es de lo más extraño, porque un minuto después de poner a salvo a la joven y hermosa Estel… Linx decide quedársela. Se lo comunica a su madre diciéndole simplemente que le explique a su hija que los hombres no son inferiores a las mujeres, y por el tono en que lo dice, esta comprende que su hija no regresará con ella a su planeta. 

Clyo depende completamente de Linx y su nave para volver a Naxos… y sorprendentemente, acepta sin rechistar que Linx se quede con Estel para su propio uso. Después de todo, un hombre siempre será mejor pareja para su hija que un millar de insectos gigantes.

Una historia algo floja para ser de Ralph Barby, pero en líneas generales todas sus historias de ciencia ficción son inferiores a sus historias de terror. Aun así, plantea algo interesante. Todos los personajes, tanto las mujeres opresoras y castradoras de Naxos, como Groller que solo busca el beneficio inmediato, como Linx con su actitud de me la quedo porque quiero y porque puedo, como las mismas cucarachas gigantes que solo desean comer, se ven a si mismos como los buenos del asunto, los que actúan correctamente, porque lo hacen conforme a lo que es normal en la sociedad en que se han criado, y por tanto lo malo, lo equivocado, son siempre las leyes y costumbres de los demás.

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

Los malditos seres de Gogon. 1984. Ralph Barby [Rafaél Barberán] (texto). La conquista del espacio nº 712. Editorial Bruguera S.A. 

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