EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor
Plot.
Saludos, ávidos lectores.
¿Os ocurre eso de sentiros prisioneros en vuestra propia casa? ¿Vuestro hogar se ha convertido en una especie de escape room? Podéis consolaros pensando que hay sitios peores en los que estar encerrado, por ejemplo... en un laberinto rebosante de trampas mortales.
Un grupo de
personas son raptadas en plena calle o en sus hogares por matones
profesionales, que los narcotizan y los llevan a una pequeña isla privada. Allí, son encerrados individualmente en celdas de cemento, sin ventanas, adornos
ni comodidades, pero funcionales. No se les maltrata ni se les priva de ninguna
necesidad básica. Se les proporciona cama, servicio con ducha, ropa limpia,
comida…
Nada vital se les niega, salvo la libertad y una explicación. Tras algunas semanas, todos son sacados de las celdas y reunidos en el salón principal de una gran mansión, de las que las celdas en las que han estado eran en realidad los sótanos. Allí se les informa que todos ellos cometieron un agravio en algún momento de sus vidas contra Holbert Farrington, y que están allí para resarcirle de ello.
Nada vital se les niega, salvo la libertad y una explicación. Tras algunas semanas, todos son sacados de las celdas y reunidos en el salón principal de una gran mansión, de las que las celdas en las que han estado eran en realidad los sótanos. Allí se les informa que todos ellos cometieron un agravio en algún momento de sus vidas contra Holbert Farrington, y que están allí para resarcirle de ello.
Holbert
Farrington es un rico y temperamental empresario, acostumbrado a tratar a sus
empleados y a la gente en general de forma tiránica. Efectivamente, todos los
raptados (cuatro hombres y cuatro mujeres) tienen que rendirle cuentas por
algo, pero en los casos que llegamos a conocer (y podemos suponer que también en el
resto), por incidentes que provocó él mismo por su carácter mezquino e
intransigente.
A los raptados
se les comunica que se les va a dar una posibilidad no solo de redimirse, sino
de enriquecerse. Serán soltados por parejas dentro de un laberinto de muros de hormigón
para que busquen la única salida. A los que consigan encontrarla se les
permitirá irse de la isla.
El resto morirá. El laberinto está plagado de trampas, desde los clásicos fosos de púas a grandes cuchillas decapitantes escondidas en los muros, pasando por nubes de dardos y armas de fuego que se disparan al pisar determinadas baldosas.
A cada uno se le entrega también una mochila con la comida y agua justa para dos días. Los que logren evitar las trampas, pero no encuentren la salida, serán dejados en su interior hasta que simplemente, mueran de inanición.
A los que lo consigan salir se les promete además un premio en metálico de 100.000 dólares que, en 1982, tenían un poder adquisitivo mucho mayor que el que tienen a día de hoy.
Para demostrar que no se trata de una broma, los guardias de seguridad del recinto no dudan en acribillar a tiros a una de las chicas, que trata de escapar antes de ser empujada al laberinto.
El resto morirá. El laberinto está plagado de trampas, desde los clásicos fosos de púas a grandes cuchillas decapitantes escondidas en los muros, pasando por nubes de dardos y armas de fuego que se disparan al pisar determinadas baldosas.
A cada uno se le entrega también una mochila con la comida y agua justa para dos días. Los que logren evitar las trampas, pero no encuentren la salida, serán dejados en su interior hasta que simplemente, mueran de inanición.
A los que lo consigan salir se les promete además un premio en metálico de 100.000 dólares que, en 1982, tenían un poder adquisitivo mucho mayor que el que tienen a día de hoy.
Para demostrar que no se trata de una broma, los guardias de seguridad del recinto no dudan en acribillar a tiros a una de las chicas, que trata de escapar antes de ser empujada al laberinto.
El laberinto
ocupa una gran extensión de la isla. Está al aire libre y carece de techo, pero
los muros son tan altos y lisos que trepar por ellos resulta imposible. En intervalos de
cuatro horas, las parejas de participantes son introducidas en este y
dejadas a su suerte.
El protagonismo recae sobre Kirby Heldon y June Saws, que también tuvieron sus más y sus menos con el colérico Farrington. Heldon es un tipo bastante despierto y ya desde antes de entrar se procura algunos elementos, como un ovillo hecho con una de las sabanas de su celda desgarrada en finísimas tiras, o unas cuantas varillas de hierro sacadas del armazón de la misma cama que piensa usar para tantear el terreno. June por su parte conserva una libretita de notas que llevaba encima cuando la raptaron, y la emplea para ir trazando un rudimentario mapa de su avance, por si llegan a un punto muerto y deben deshacer el camino.
El protagonismo recae sobre Kirby Heldon y June Saws, que también tuvieron sus más y sus menos con el colérico Farrington. Heldon es un tipo bastante despierto y ya desde antes de entrar se procura algunos elementos, como un ovillo hecho con una de las sabanas de su celda desgarrada en finísimas tiras, o unas cuantas varillas de hierro sacadas del armazón de la misma cama que piensa usar para tantear el terreno. June por su parte conserva una libretita de notas que llevaba encima cuando la raptaron, y la emplea para ir trazando un rudimentario mapa de su avance, por si llegan a un punto muerto y deben deshacer el camino.
Casi todo el
texto son las idas y venidas de los personajes por el laberinto, amenizadas por
las muertes que van sufriendo los otros participantes.
Está bien contado y se hace entretenido a pesar de no haber más temática que esa. Hay un pequeño vuelco inesperado al final, y también una última trampa… pero por parte del autor, en este caso, que se saca de la manga (o del cinturón) del protagonista una notable ayuda adicional sobre la que el lector no podía prever nada y que constituye un deus ex machina muy descarado. Con todo, una lectura muy amena al final de la cual la pareja protagonista se casa, como manda la tradición del bolsilibro.
Está bien contado y se hace entretenido a pesar de no haber más temática que esa. Hay un pequeño vuelco inesperado al final, y también una última trampa… pero por parte del autor, en este caso, que se saca de la manga (o del cinturón) del protagonista una notable ayuda adicional sobre la que el lector no podía prever nada y que constituye un deus ex machina muy descarado. Con todo, una lectura muy amena al final de la cual la pareja protagonista se casa, como manda la tradición del bolsilibro.
Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.
El final del laberinto.
1982. Clark Carrados [Luis García Lecha] (texto) Desilo (portada). Selección
Terror nº 511. Editorial Bruguera S.A.
Vamos, es como coger "Diez negritos" y "Cube" en una coctelera, agitarlo y servirlo. Tiene muy buena pinta... Sírvame uno...
ResponderEliminarMuchos de los argumentos de estos libritos toman elementos de películas del momento o de libros de autores conocidos, a veces de forma muy descarada. Al ritmo de escritura que llevaban los autores, tenían que sacar ideas de donde fuera ^_^U
EliminarNo lo he dicho como crítica mala, eh? Me parece buena combinación. Diez negritos es del 39 o por ahí, pero Cube es del 97, así que puede que la peli se inspirara en este relato y que Carrados fuera el verdadero precursor de los Escape Rooms.
EliminarNo me lo he tomado como una crítica, y después de todo, una critica es solo una opinión más. Si me molestara que la gente criticase algo que me gusta o que la gente opinara de forma diferente a mí, simplemente no daría la opción de poner comentarios en el blog ^_^
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