MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

jueves, 8 de abril de 2021

LA NAVE MALDITA

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                            ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.
 

Saludos, ávidos lectores.

Hoy comentaremos una historia de cruce de géneros, en este caso, ciencia ficción espacial y terror. Este subgénero ni tansolo tiene un nombre determinado, a pesar de habernos dado joyitas tales como Alien, Horizonte Final o La galaxia del terror

Comenzamos en un lejano e indeterminado futuro. La humanidad se ha esparcido por el universo, ha olvidado su origen terrestre, y ha encontrado a numerosas razas alienígenas de lo más variopintas con las que convive pacíficamente. Como una gran sociedad multicultural y multirracial (a la que llaman El Imperio), todos los seres inteligentes del universo conocido prosperan juntos, hasta que aparecen los Dull-zacx. Estaba claro que una situación tan idílica no podía durar.

Los Dull-zacx son una fuerza atacante que sin previo aviso ni motivo aparente comenzó a arrasar planetas enteros del Imperio. No hacen demandas, ni ningún intento de comunicación. Su único fin parece ser la destrucción por la mera destrucción. No se sabe nada sobre su origen, ni tan solo sobre su aspecto. De hecho, "Dull-zacx" ni tan solo es el nombre de esta violenta la raza, sino un término del idioma común adoptado por El Imperio que significa Agresor desconocido.

Nuestros protagonistas son Iss-Tar, Zaia y Corvaan. Iss-Tar es un humano que comanda una nave de guerra imperial llamada Xolter. Es un típico héroe espacial estilo Flash Gordon, joven, bien formado, y algo ingenuo. 

Zaia (la segunda al mando) es una axorita, aunque por la descripción que se nos hace de esta raza, no se diferencia físicamente en nada de los humanos de rasgos asiáticos. Está perdidamente enamorada de Iss-Tar a pesar de saber que este tiene ya una novia esperándole en algún lugar. 

Corvaan (el oficial de seguridad de la Xolter) es un asseriano, descritos como humanoides musculosos y totalmente lampiños, de piel roja. Entre la ecléctica tripulación hay también felinos antropomorfos, reptilianos, insectoides… una autentica space opera de los ochenta, cuando la ciencia ficción era menos realista y por tanto más entretenida.

En una de sus patrullas en busca de indicios de Dull-zacx, la Xolter se topa con cinco naves de estos. Son pequeñas naves individuales, que se enfrentan de forma suicida a la gran nave de guerra imperial a pesar de no tener ninguna posibilidad de vencerla. 

Tras acabar con estos pequeños cazas, la Xolter localiza la nave nodriza de la presumiblemente partieron. Se trata de una nave Dull-zacx que los instrumentos de la Xolter designan como abandonada, sin signos de vida a bordo. La oportunidad de averiguar algo concreto sobre sus misteriosos adversarios es demasiado grande, por lo que Iss-Tar envia a ella varios equipos de abordaje, formando también él y Corvaan parte de los mismos.

Lo que descubren no le gusta. La tecnología de los Dull-zacx es en muchos aspectos más avanzada que la suya. Los tripulantes de la nave han muerto de una forma horrible, aparentemente congelados, excepto uno, que parece abrasado. Y, además, los Dull-zacx no son una raza desconocida, sino miembros de las mismas razas que componen el Imperio. Se trata simplemente de un grupo escindido del Imperio que guiados por alguna oscura ideología han decidido acabar con su sociedad de origen.

Por medio de los archivos de la nave, que logran hacer funcionar, descubren que los fundadores de los Dull-zacx, antes incluso de constituirse como tales, encontraron en un lejano mundo los restos de una colonia proveniente de un planeta llamado Tierra. Los colonos abandonaron la Tierra huyendo al parecer de algún tipo de desastre que consumió su mundo, pero inadvertidamente llevaban con ellos aquello de lo que huían: una forma de plasma viviente que fue concebida para proveer infinitamente de energía a la Tierra, pero terminó por tomar conciencia de sí misma y arrasarla. 

Una fracción de ese plasma se manifestó también en la colonia y la destruyó, y ahora está a bordo de la nave, construida por los Dull-zacx a partir de la avanzada tecnología terrestre de la colonia, superior a la imperial. 

Lo que los grupos de abordaje de la Xolter pensaron que era un cadáver abrasado, es el cuerpo del que la forma de plasma se ha apoderado. Este cadáver empieza a moverse como un zombi, y revela ser indestructible. El plasma que lo mantiene activo absorbe la energía de las armas que disparan contra él, y es capaz de matar a cualquier ser vivo por simple contacto, robándole todo el calor del cuerpo hasta congelarlo.

La historia está estructurada como la típica trama de mansión encantada o lugar embrujado en el que algo va acabando con los personajes uno tras otro, de forma selectiva. Una de las características del ser de plasma es que es capaz de absorber a distancia pequeñas fuentes de energía que tenga a pocos metros, por lo que las luces y los sistemas de comunicación con los que pueda contar su siguiente victima fallan segundos antes que el ser se deje ver. Como en todas esas películas en las que a un personaje se le agota la linterna, se le estropea el walkie, el móvil se le queda sin cobertura o el coche no le arranca, justo cuando el monstruo o el psicópata de turno se dispone a matarlo.

Y la nave Dull-zacx, el tesoro de información que contiene, la evidencia que esta supone, es demasiado valiosa para simplemente abandónala y destruirla. Mientras los equipos de abordaje de la Xolter recaban todos los datos que pueden, el ser de plasma se va volviendo cada vez más poderoso y peligroso, a medida que almacena más y más energía robada a sus víctimas. Suficiente energía como para comenzar a dividirse y crear más como él.

Una historia muy bien llevada, llena de bichos raros y el clásico mensaje, a la vez esperanzador y derrotista, sobre un brillante futuro puesto en peligro por la estupidez de las razas supuestamente más inteligentes. 

Lo único que no queda muy pulido es el asunto del origen del ser de plasma. Tal como se nos cuenta, la avanzada tecnología de los Dull-zacx provenía de esa ultima colonia terrícola, al igual que la criatura. Pero los Dull-zacx llevaban ya años atacando al Imperio antes que el plasma se manifestara, y no se explica porqué tarda tanto en hacerlo si estaba desde el inicio a bordo de esa nave. Puede que el plasma viviente sea algo intrínsecamente ligado a la tecnología terrícola que emplean los Dull-zacx, que sea el hecho de hacer funcionar sus fuentes de energía, como los motores de sus naves, lo que finalmente acaba generando a bordo de ellas uno de esos seres tras un uso prolongado. Es la explicación más probable, pero no llega a dejarse claro.

Una cosa que me resulta muy graciosa, es que en el texto nos describen como algo normal naves espaciales interplanetarias, pistolas de rayos, teleportadores, control telepático de las computadoras… pero los personajes se sorprenden sobremanera cuando el ordenador de la nave Dull-zacx les habla. De todas las muestras de alta tecnología que el texto nos describe, los ordenadores parlantes son lo único que es común a día de hoy, y es también lo único que a los personajes de esta historia les parece como de ciencia ficción.

Puedes ver otro bolsilibro de este autor pulsando aquí

La nave maldita. 1983. Lem Ryan [Francisco Javier Miguel Gómez]. Héroes del Espacio nº 170. Editorial Bruguera S.A.

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