ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                          ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                          SEMANA TEMÁTICA DE TRENES

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

¡Ding-dong-ding! Señoras y señores pasajeros, nuestro pequeño viaje está llegando a su fin, y esperamos que lo hayan disfrutado. O al menos, que no hayan sido asesinados, como el pasajero del tercer coche-cama. No se preocupen por este pequeño inconveniente; el famoso detective Poirot está investigando el asunto en estos momentos, por si quieren acercarse y colaborar en las pesquisas.

“Orient Express” es un nombre que, incluso si no lo habían oído antes, debería sonarles ya a los que hayan tomado parte en este viaje que estamos haciendo. Aunque el Orient Express actual es bastante más convencional, en el pasado este nombre se asoció al lujo y el esplendor. Más que un tren, era una especie de hotel de cinco estrellas que viajaba de un extremo a otro de Europa llevando en su interior a lo más selecto (y rico) del Viejo Mundo. 

Agatha Christie fue la primera en emplearlo como escenario de una historia de misterio, viendo el potencial de un escenario extremadamente lujoso, a la vez que cerrado y aislado durante los largos periodos de viaje de una estación a la siguiente, donde las más altas personalidades diplomáticas, militares, religiosas y sociales (o gente que fingía serlo) se codeaban con espías y artistas de vodevil.

El protagonista es Hércules Poirot, del cual ya leímos algunas historias cortas en Tres ratones ciegos. Aquí se nos describe con mayor detalle. Poirot es un hombre bajito y regordete con una patente calvicie. Viste siempre de forma elegante y atildada y se expresa con extrema corrección. Su aspecto llama la atención, pero más por lo cómico que por lo impresionante. Esto es algo de lo que Poirot saca partido en ocasiones, puesto que la gente que no lo conoce lo tiene por alguien inofensivo. Tiene también un cierto ego, y se irrita (aunque no lo deja traslucir) cuando finalmente se presenta y su interlocutor no muestra un mínimo de sorpresa o admiración.

Al inicio de la historia, Poirot se encuentra en Alepo (Siria). Acaba de resolver un importante asunto para el gobierno francés, y tiene intención de descansar unos días haciendo turismo en Estambul, antes de regresar a su hogar. No se le da la oportunidad de hacerlo, ya que antes incluso de haberse instalado en el hotel que había reservado, recibe un telegrama donde se solicita su ayuda para resolver otro caso.

Toma un pasaje de primera clase en el Orient Express para acudir a su nueva misión, pero ni tan solo en el trayecto va a tener la oportunidad de descansar y relajarse un poco. Alguien es asesinado en su propio coche-cama, y Poirot se propone descubrir al asesino antes que el viaje termine.

El caso se presenta difícil desde el principio. La victima es un hombre cuya identidad resulta ser falsa. Bajo esta escondía un pasado turbulento y delictivo. Su cadáver es encontrado en su compartimento, cerrado por dentro con llave y pestillo. El cuerpo ha recibido nada menos que doce puñaladas, entre las que hay algunas que son simples rasguños que parecen hechos al azar, y otras profundas en lugares específicos para resultar mortales de necesidad. Creo que podemos descartar el suicidio…

Poirot comienza a reunir pequeñas pistas, pero entre estas hay tanto objetos personales de hombre como de mujer. Algunos testigos afirman haber oído una misteriosa voz en el pasillo a la hora en que se produjo el asesinato, pero son incapaces de determinar si era masculina o femenina. Alguien recuerda haber preguntado algo a un asistente del tren particularmente bajito, cuya descripción resulta no encajar con ninguno de los empleados. Los pasajeros son interrogados, y ninguno de los que tenían relación con el difunto, fuera esta cual fuera, parece sentir la más mínima simpatía por él.

Un médico del pasaje se une a Poirot en sus pesquisas. Cuando examina el cadáver, descubre que en realidad el hombre ya había muerto poco antes de recibir las puñaladas, por lo que estas deben ser en realidad algún tipo de ritual, firma, o mensaje que el asesino ha querido dejar en él. Además, un examen más atento de las heridas revela que algunas fueron inferidas con una mano derecha y otras con una mano izquierda. Cada pista que Poirot encuentra parece enredar más el asunto, en lugar de aclararlo.  

Las variables son tantas que el abanico de sospechosos es muy amplio. “¡Yo sospecho de todos hasta el último minuto!” afirma Poirot, y no exagera. Entre esos sospechosos hay personas muy importantes, con las que las autoridades locales o la propia directiva del Orient Express prefiere no quedar a malas. Y el asesinado resulta no ser precisamente una victima inocente, hasta el punto que Poirot, cuando llega a desentrañar la verdad, duda de si debería revelarla o convertirse en cómplice del criminal al ocultarla.

Muy buena historia. Tenia un mal “recuerdo” de ella por una versión cinematográfica que vi hace mucho tiempo, que me resultó algo aburrida y confusa. El libro en cambio es muy entretenido, y las intervenciones de algunos pasajeros, magníficamente caracterizados, llega ser tronchante. Como curiosidad, incluye un esquema de la disposición de las cabinas de los principales implicados, para que el sagaz lector pueda ir haciendo sus propias deducciones a medida que estos declaran lo que vieron, oyeron o hicieron al asomarse al pasillo en tal o cual momento.

Parece que reducimos velocidad. Nos acercamos a la estación-término y esperamos que el viaje simulado que hemos llevado a cabo en nuestra semana temática de trenes haya servido a todos nuestros pasajeros para distraerse un poco de la rutina, que este último año ha sido más estática que de costumbre. 

Gracias por elegir viajar con Elplanetadelespacio Express Group. No olviden recoger sus equipajes y extremidades, y esperamos volver a verlos.

Pueden ver otro libro de esta autora pulsando aquí.

Asesinato en el Orient Express. 1933. Agatha Christie. Publicado en 2008 por RBA.