MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

martes, 13 de julio de 2021

SOLDADOS RECORTABLES de Editorial Roma

 EL GRAN BAZAR

Presentado por... El Supervisor General.

Los juguetes están entre los mejores almacenadores de recuerdos que existen. Pocos objetos físicos tienen tanta capacidad para despertar la memoria: quién nos los regaló, con quien jugábamos, donde lo hacíamos... La mayor parte de los recuerdos de mi infancia, buenos y malos, están relacionados de un modo u otro con juguetes.

Estos recortables, por ejemplo. Los que vemos aquí los tuve cuando era pequeño, los recorté y jugué con ellos, pero con el paso del tiempo los perdí. Alguien me dio estas láminas hace algunos años, a cambio de ayudarle a hacer desaparecer unos cuantos cadav… o_o mmm... bueno, no quiero aburriros con batallitas.

El caso es que recuerdo haber tenido muchos de este tipo cuando contaba con seis o siete años, es decir, durante el verano del 82 u 83. Pasábamos el verano en el planeta Tierra, en una ciudad costera llamada Santa Pola. Cuando mi madre salía a hacer la compra a una pequeña tienda de comestibles, yo la acompañaba para andar un rato con ella y hacer una exhibición de fuerza, cargando con una de las bolsas. “Mamá, dame la que pese más”. Probablemente me daba la que pesaba menos. Ya sabéis como va esto. 

Esa tiendecita también vendía juguetes de playa, artículos de costura, y de papelería. Una de esas tiendas minúsculas que intentan tener de todo, como un supermercado. Supongo que esa era la exhibición de fuerza del tendero. Entre los objetos de papelería, en la tienda había un cuadernillo de recortables de esta colección, y cada vez que pasábamos por allí mi madre me compraba una de las hojas.

Están impresas por una sola cara, sobre un papel tamaño cuartilla (de 17x21 cm) ligeramente más grueso que un típico folio. Los recortables son el ejemplo perfecto de como algo muy sencillo puede ser también muy entretenido. Solo recortar las figuras con cuidado ya me llevaba un buen rato, y luego estaba el tiempo que dedicaba a colocarlos (junto con todos los otros que ya tenía) como si se trataran de un pequeño diorama.

Cada hoja muestra un puñado de soldados de un país diferente, con el equipamiento de la Segunda Guerra Mundial. Llama especialmente la atención la lámina nº 4, en la que vemos agentes de la Policía Montada de Canadá, en lugar de soldados.

Hojas recortables Serie Amarilla nº 1 al 9. Editorial Roma. 1982.

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