LA COLECCIÓN DE FIERAS
¡Hola raros!
Gundam es una de las franquicias de robots de combate o mecha más conocidas. Es famosa por ser la primera en la que los robots se presentaban como simples máquinas de guerra, sin mente propia ni personalidad, sin elementos mágicos o de fantasía.
Antes de Gundam, las series de mecha giraban en torno a un solo robot superpoderoso (o un muy reducido grupo de ellos) que se bastaba para derrotar a todo el ejército enemigo al completo, destruyendo cientos de naves y monstruos mecánicos en el proceso. El piloto estaba ligado espiritualmente al robot, o había algún motivo por el que solo él podía manejarlo, y ambos eran los protagonistas perpetuos de la serie. Era también habitual que los robots enemigos fueran modelos únicos, al igual que el del protagonista, y atacaran en solitario, de uno en uno, en lugar de efectuar un ataque masivo que habría resultado imparable. Me encantan ese tipo de series por resultar muy épicas. Considero a Mazinger Z como la mejor serie de robots que he visto jamás, valorándola en conjunto, pero también reconozco sus deficiencias a nivel argumental y narrativo.
Gundam creó una nueva vertiente de los mecha: una en la que los robots se fabricaban en masa, al igual que los tanques
y los aviones de combate, a pesar que los protagonistas solían tener modelos
personalizados. No existía un vínculo
emocional entre piloto y máquina. Los robots se presentaban por primera vez
como objetos útiles, pero objetos al fin de al cabo, que necesitaban
mantenimiento, costaba mucho dinero y tiempo fabricar y reparar, y se
quedaban frecuentemente sin munición. Un piloto cuyo robot era destruido y
sobrevivía, simplemente pilotaba otro del mismo modelo (o de un modelo
diferente) en su siguiente batalla.
Se luchaba por motivos políticos, no por
odios personales ni simplemente “por conquistar Japón, y después el resto del
mundo” que era la ambición de todo alienígena o monstruo de la época. En
Gundam, ambos bandos enfrentados eran humanos; las fuerzas de La Tierra contra un grupo de colonias espaciales de esta, que habían
decidido declararse independientes… una vez la Tierra les había proveído de todo aquello que necesitaban para vivir y prosperar, claro.
“Gundam” es un acrónimo de General (purpose) Utility, Non Discontinuity Augmentation Maneuvering (weapon system). Es decir, algo así como Sistema de armas de propósito general con maniobra aumentada no descontinuada… o como diríamos en nuestro planeta: Un arsenal con patas que igual camina que vuela.
Si os da la
impresión que el significado del acrónimo está demasiado forzado para que las letras encajen… es
porque efectivamente lo está. Originalmente, los robots se llamaban Gundam
porque en inglés “gun” es “pistola” o cualquier arma de fuego en general, y
“dam” es una presa de agua o muro de contención. El nombre, que se podría traducir como Presa
(o muro, o barricada) Armada (o artillada), trataba de reflejar que estos robots eran
unas inmensas torres de metal dotadas de armas, inamovibles y casi
indestructibles… salvo cuando se enfrentaban a otros Gundam. Lo de convertir el
nombre en un acrónimo fue algo que se inventaron luego, y la verdad, se lo
podrían haber ahorrado.
Una vez dada esta brevísima explicación
sobre qué es Gundam, pasemos a ver la figura. Se trata del modelo Buster, un término informal equivalente a colega, compadre, camarada,
wey, bro, etc., pero que puede aplicarse tanto a las personas que nos caen bien como a las que nos caen mal. El Buster pertenece a las fuerzas de la Tierra.
Mide unos 12´5 cm, y la caja nos indica que
está a escala 1/144, es decir, por cada cm que mida la figura, el robot “real”
mide 144. Por tanto, en el universo de Gundam, el Buster mide aproximadamente
dieciocho metros de altura. Tiene nueve puntos de
articulación: cabeza, hombreras, brazos (es ambidiestro, o lo intenta), piernas
y pies. La movilidad es no obstante muy reducida.
Esto se debe a que estas figuras se venden
como maquetas, no como juguetes. Es algo que viene por piezas, para montar y
dejar en una estantería, siendo demasiado frágil para soportar la brusca
manipulación que todo verdadero juguete debería estar preparado para resistir.
Y después de todo, la movilidad de un robot gigante que de verdad pretenda ser
realista, siempre debería ser escasa.
Lleva dos armas tipo cañón que se le pueden
colocar en las manos o en enganches a la espalda (posición de transporte). Yo prefiero que las lleve a
la espalda porque las manos, simplemente, no las sujetan. Las armas se sujetan
realmente a otros enganches que lleva la figura en la cadera, y luego se
colocan los brazos como si estuvieran sosteniéndolas. Las armas no se pueden
colocar de otra forma porque las empuñaduras de las mismas son tan finas que
resbalan en el hueco de las manos del robot, y sería necesario dejarlas pegadas.
Buster Gundam. Gundam. Bandai. Presentado en caja. Nueve puntos de
articulación. 2002.
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