Presentado por...Zag.
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Reto 10: para ahondar en este tema (niños pequeños y su percepción del mundo) les propongo un diálogo "filosófico" entre un niño y un adulto, respetando el tipo de lenguaje de uno y otro y sobre todo tratando de ponerse en los zapatos (o más bien tratando de recordar) como era ver la vida con aquellos ojos de la infancia.
El niño estaba sentado en una silla de apariencia incómoda, como todas las de aquel lugar. Jugaba con una Nintendo, ajeno a lo que ocurría alrededor. La emoción de estar en una comisaría de policía real, como las de las películas, había durado poco. Allí no había nadie pegando tiros, ni peleando con delincuentes, ni discutiendo de forma emocionante. Era igual que la oficina de su padre, a la que había ido un par de veces: gente normal, en mesas, trabajando con ordenadores, teléfonos y ficheros.
Desde una mesa cercana, uno de los agentes lo vigilaba de reojo, atento a que no se moviera de donde estaba, pero intentando que el chaval no se sintiera observado. Lanzó un suspiro de alivio cuando vio aparecer a la psicóloga infantil, y señaló al niño con la cabeza, como si no fuera el único menor que hubiera por allí y necesitara especificarle con quien debía hablar.
-Holaaa…- dijo la joven, acercándose lentamente al niño - ¿Puedo sentarme aquí?
El niño levantó la vista de su Nintendo -Claro. Hay muchas sillas vacías. Siéntate donde quieras.
-Gracias- dijo sentándose al lado de él, confirmando que las sillas de aquel lugar eran tan incómodas como parecían. -Me llamo Laura. Me han dicho que tú eres Alfredo ¿no?
-Si…- contestó el niño, que seguía más atento a su juego que a la conversación. -Pero papá me llama solo Alf, porque dice que eso significa extraterrestre en otro idioma, y me queda mejor porque soy raro como un extraterrestre.
Laura sonrió - ¿Prefieres que te llame Alf?
-No- y la voz del niño le pareció mas seria ahora -Así es como me llama papá. Y también mamá, antes, cuando aún era normal.
El propio niño había sacado el tema de su madre. Parecía tener una percepción bastante clara en general de todo el asunto. Era buena señal, en cierto sentido. Laura decidió tirar de ese hilo.
- Sabes por qué te han traído aquí ¿verdad?
-Si, claro. Han detenido a papá para hacerle muchas preguntas, y ahora están viendo con quien van a dejarme hasta que terminen con eso.
Laura frunció el ceño. Le habían dicho que el niño tenía seis años, y físicamente los aparentaba, pero estaba claro que era un niño al que sería más fácil acercarse tratándolo como a un adulto.
- Supongo que sabes también por que han detenido a tu papá.
- Claro, por matar a ese hombre. Al que le hizo tanto daño a mamá que ya no volvió a hablar nunca más después. Pero no pasa nada, porque a papá van a dejarlo tranquilo enseguida. Él es el bueno, y el otro era el malo.
- Puede que tarden algún tiempo en… dejar tranquilo a tu papá. Puede que tenga que ir a prisión por matar a ese hombre.
- Claro que no, que tontería. Papá es el bueno, y el hombre al que mató era malo. La prisión es para encerrar a los malos. Nadie puede ir a prisión por matar a un malo. Eso es una tontería.
Laura se mordió el labio unos segundos antes de replicar -No es todo tan fácil, Alfredo. No se puede matar a la gente solo por ser mala.
- Claro que sí. Por eso se la llama gente mala. Porque está mal lo que hacen. Lo mejor es matar a los malos, y que así solo existan los buenos.
- No, Alfredo. Matar siempre está mal. Siempre. Una persona no puede decidir eso él solo. Para eso hay un sistema judicial…- buscó la forma de explicarlo de un modo sencillo, pero Alfredo la interrumpió.
- No es posible que haya nada de malo en matar a los malos. Cuando una cosa se rompe y no se puede arreglar, se tira. Cuando la comida se estropea, se tira también. Cuando alguien se porta mal de vez en cuando, se le regaña. Y cuando alguien siempre es malo, pues lo mejor es matarlo. Cuando algo no sirve para nada, y además hace daño a la gente, es mejor que no exista.
Laura intentó volver a encauzar el tema para llevarlo a su terreno, pero Alfredo se puso de pie y señaló a una mujer mayor que, acompañada de un agente, iban hacia ellos desde el otro extremo del pasillo.
-Mi tía. Me iré con ella a esperar que suelten a papá. Total, cuando se den cuenta que él es el bueno y solo ha matado a un malo, lo soltarán enseguida.
Laura sabía que lo más probable era que el padre de Alfredo pasara al menos una década en prisión por asesinato y ensañamiento, y eso si tenía mucha suerte. Hizo un último intento de que el chico asimilara la situación.
- Pero… pero Alfredo… tu padre ha torturado y matado a un hombre. ¿Entiendes eso? ¿Entiendes de verdad lo que es eso?
- Claro que sí- contestó el niño guardando la Nintendo en el bolsillo de su cazadora, y alargando una mano hacia su tía. -Yo le pedí que lo hiciera. Por mamá.
Laura se quedó mirando al niño, andando hacia la salida de la mano de su tía, erguido como un soldadito seguro de haber cumplido con su deber.
¿No le has puesto titulo?
ResponderEliminarMuy bueno aunque la psicóloga no expone apenas argumentos, no se si era tu intención pero al final el niño expone sus argumentos y ella solo contesta "matar esta mal, matar esta mal" ¿era un intento de infantilizarla?
No, no lleva título. No se me ocurre ninguno 😅 Pensé en ponerle "Alf" , pero eso es lo que se hace siempre que alguien no sabe qué titulo ponerle a un libro o película: ponerle de título el nombre del protagonista.
EliminarTampoco pensé mucho en el personaje de la psicóloga. Estos retos tienes que hacerlos casi sin pensar, a lo que salga. No sabes de antemano sobre qué vas a tener que escribir cada día, y además los videos con el reto los cuelgan en YouTube generalmente a partir de las dos de la tarde (alguno lo colgaron a las cinco y pico), así que no tienes tiempo de planear nada. Simplemente, salió así 😅