MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

jueves, 7 de octubre de 2021

SEPTIMO RETO ESCRITUBRE 2021: ZONA DE CONFORT

Presentado por...Zag.

¡Extra! ¡Extra! ¡Acaba de salir un suplemento con nuestra aportación al Reto Escritubre 2021! ¡Y en otro orden de cosas, me estoy quedando afónico de tanto gritar y ya no se ni que decir para llamar la atención! ¡Extra! ¡Extra!

Reto 7: ¿Han visto películas con escenas que son tan incómodas o dan tanta pena ajena que no queremos ni verlas? Pues ese es el reto. Escribir una escena que incomode.

Este reto si me ha supuesto un pequeño problema, pero no por que me incomode escribir sobre algo en particular. No creo tener zona de confort en lo que a escribir se refiere. Si no escribo sobre algo, es porque no me parece interesante o porque no se me ocurre nada que valga la pena escribir al respecto. Y tratar de ser “original” o “rompedor” a costa de aburrirme escribiendo, creo que no me compensa ni a mi ni al sufrido lector. Así que, como hoy en día los temas que más incomodan en general son las razas y las religiones, voy a probar con eso. ¡Solo espero que ningún fanático sin sentido del humor se lo tome mal!😅


GUERRA SANTA

Las dos criaturas observaban el tablero virtual del campo de batalla. Su estudio sobre las mejores formas de encauzar a su conveniencia el desarrollo de los primitivos habitantes de aquel planetucho estaba dando buen resultado. Ya habían encontrado el modo de hacer que se pelearan entre ellos, de hacerles aceptar restricciones del todo ilógicas, y de hacerles negar determinados avances científicos. Afortunadamente, sus vidas eran tan cortas y su cosmovisión tan limitada, que parecían incapaces de darse cuenta de que llevaban miles de sus años siendo manipulados por los sucesivos grupos de investigación.

- Te voy a aplastar- anunció el más alto.

- Una mierda para ti, imbécil- contestó molesto el más bajo.

- Ya lo verás… ¿Van diez krans?

- ¿Van veinte?

- Veinte pues.

En el mapa virtual, una línea de brillantes puntitos rojos convergía sobre una enorme agrupación de puntitos morados. Unos y otros comenzaron a apagarse al encontrarse. Debido a la relatividad temporal, cada minuto transcurrido dentro de la nave era más de un mes de tiempo en la Tierra. Pasados tres minutos, casi todos los puntitos morados se habían apagado, y los puntitos rojos ocuparon su posición. Los pocos puntitos morados que quedaban cambiaron entonces su color a rojo.

- ¡No! - exclamó el ser más bajo, mientras el más alto se reía entre dientes - ¡No, maldita sea! ¡Ampliación y repetición, a baja velocidad! - ordenó a la computadora.

El mapa desapareció, siendo sustituido por una sucesión de escenas. Una gigantesca ciudad amurallada se defendía del asedio de un ejército atacante. Hombres de pieles oscuras y espadas curvas luchaban encarnizadamente con otros de pieles claras y espadas rectas, que trataban de tomar las murallas con escalas de asedio.

Catapultas emplazadas a ambos lados de los muros lanzaban enormes cascotes y bolas de fuego por encima de estos contra las tropas situadas al otro lado. Algunas zonas de la muralla comenzaban ya a derrumbarse ante el insistente machaque de arietes e impactos de rocas voladoras. Parte de la ciudad ardía. Unas cifras en rojo y otras en morado que flotaban sobre la imagen mostraban los efectivos restantes por cada bando. Las cifras bajaban en varios miles por minuto. Las cifras moradas, más altas al inicio, parecían sin embargo descender a mayor velocidad.

- ¡Vamos, cabrones, vamos! - arengó el ser más bajo, aunque la batalla había terminado ya en la Tierra. Las cifras moradas se derrumbaban, al igual que las murallas. La batalla parecía ganada para los atacantes.

-Te dije que mis cruzados iban a aplastar a tus tropas- se jactó la criatura más alta, mientras los atacantes cubiertos de armadura luchaban con una ferocidad y arrojo fanáticos, doblegando a los defensores -Mira, hasta los Templarios esos han acudido esta vez.

- Aun así...- se quejó la criatura más baja - …yo les he prohibido beber los mejores tipos de alcohol, y comer los mejores tipos de carne. Les obligo a rezar cinco veces al día ¡cinco! ¡Y deben hacerlo puestos a cuatro patas! ¡Les he hecho humillarse hasta el mismo limite de lo soportable, y lo único divertido que les permito hacer para aliviar tensión, es matar! ¿Por qué mierda no lo hacen mejor? ¡Inútiles!

El ser más bajo estrelló en el suelo el vaso de vino que tenía en la mano mientras observaba como el marcador de cifras moradas se reducía cada vez más rápido, hasta que la matanza se detuvo.

- ¡No! ¡No, inútiles! ¡No os rindáis! ¡Como mínimo morid todos peleando! ¡Qué menos que eso!

El ser más alto lanzó una carcajada. El tablero virtual volvió a la imagen general, en la que ya solo se veían puntitos rojos (muchos menos que antes) pululando aquí y allá.

- Me debes otros veinte krans.

- Explícamelo, por favor- rogó el ser más bajo, abatido- Les prohíbo emborracharse, les prohíbo comer las mejores carnes, los machaco a rezos… ¿Cómo haces tú para tener a los tuyos siempre tan cabreados, si solo los obligas a acudir a sus iglesias una vez a la semana y pueden comer lo que quieran casi todo el tiempo?

El ser más alto sonrió sardónicamente antes de revelar su secreto - Les he hecho creer que el sexo por placer es malo…

El ser más bajo se quedó helado, mirando al otro como si estuviera loco. Tardó algunos segundos en reaccionar y lo hizo murmurando - Que hijo de puta… ¿Cómo no se me ha ocurrido a mí?

En ese momento, la iluminación de la estancia cambió y el tablero virtual se apagó automáticamente. Una suave música comenzó a sonar, y ambas criaturas se apresuraron a ponerse boca abajo, plantarse sobre las manos, y adoptar a continuación la postura del loto invertido, quedando en perfecto equilibrio apoyados sobre la cabeza.

- ¡Joder! ¡Con toda la tontería esta, por poco se nos pasa la hora de rezar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario