MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

sábado, 19 de febrero de 2022

MIGUEL STROGOFF

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                        ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              RETOS LITERARIOS 2022

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Para el punto “Un clásico” de nuestro Reto literario 2022 escogimos este, una obra atípica de su autor. Es una historia en la que gran parte del protagonismo se lo lleva un largo y difícil viaje, como es habitual en las novelas de Julio Verne. La diferencia entre Miguel Strogoff y la mayoría de los libros de Verne está en el tono. En esta ocasión se aleja mucho de la aventura desenfadada, evita las situaciones absurdas y los personajes de carácter estrafalario, y todo resulta más dramático que de costumbre.

El personaje que da nombre a la novela es un correo del zar (emperador) de Rusia. La historia tiene lugar a finales del siglo XIX, por tanto, estamos hablando de caminos sin asfaltar, carruajes de caballos, trenes de vapor, un clima capaz de congelar a un hombre hasta la muerte en pocas horas, y el telégrafo como máximo exponente de la transmisión de información a larga distancia.

Un gigantesco ejército tártaro está invadiendo Rusia adentrándose por Siberia, la zona más fría, dura y despoblada del país, donde el control del zar es más tenue. Los dirige un criminal llamado Iván Ogareff, un exiliado ruso que se ha propuesto derrocar al zar, y tiene un odio especial hacia el hermano menor de este.

Las tropas tártaras son bárbaros turco-mongoles de las estepas, acostumbrados a una vida de lucha y brutalidad. Arrasan los pueblos rusos uno tras otro asesinando o esclavizando a toda la población. Tienen organización de horda, lo que significa que avanzan continuamente sin el retraso que supone transportar con ellos carros de víveres, medicinas, armas de repuesto, o tropas de refresco en retaguardia. Una horda avanza junta, un único y extenso frente de guerra, todo vanguardia, sin consolidar posiciones en ningún lugar y sin dejar nada a su paso, más como una marabunta humana que como un ejército. Todo lo que la horda necesita lo obtiene del saqueo. Esto es un arma de doble filo, pues implica que una horda avanza mucho más rápido que un ejército convencional al no depender de ir estableciendo líneas de suministros y comunicación con su retaguardia, pero a la vez no puede detenerse al carecer de reservas con las que mantener largos asedios o guerras de desgaste. 

Iván Ogareff, con sus conocimientos sobre la organización del ejército ruso y la disposición de sus poblaciones principales, guía a los tártaros hacia las ciudades clave, cortando los postes de telégrafo e inutilizando las vías del tren, que ellos no necesitan.

Al inicio de la invasión tártara, el hermano del zar se encuentra en Irkutsk, la capital de la Siberia oriental, y todo indica que la horda se dirige hacia alli. Habiendo quedado inutilizado el telégrafo, el zar le envía un correo para advertirle de la situación y prometerle ayuda. Redacta una carta en la que le aconseja que fortifique Irkutsk y aguarde la llegada del ejército ruso. Esta carta es confiada a Miguel Strogoff, un corpulento y voluntarioso muchacho que, valiéndose de sus propios medios, deberá entregarla en mano a su destinatario.

Miguel recibe también una podaroshna, un documento a su nombre firmado y sellado por el zar en el que se ordena a todo ruso a quien sea mostrado ayudar en todo lo posible al portador, facilitándole cualquier medio de transporte disponible y acelerando (o incluso omitiendo) cualquier trámite burocrático.  Miguel, sin embargo, decide no hacer uso de la podaroshna tan pronto como se adentre en Siberia para no llamar la atención, pues es consciente que Ogareff puede tener espías en los lugares que aún no ha invadido, y pasar desapercibido es su mejor baza. Así pues, simulando ser un comerciante de viaje, armado con un revólver y un yatagán (un cuchillo de caza siberiano) y sin nada más que su ingenio y su valor, Miguel se dispone a recorrer más de 5.500 kilómetros de paraje agreste y nevado, parte del cual ya habrá caído en manos del enemigo cuando llegue hasta allí.    

Comienza su periplo en tren, en el cual conoce a una joven llamada Nadia que se dirige también a Irkutsk. A Miguel le impresiona la sangre fría de Nadia, que consciente como todos de la invasión tártara, se dirige precisamente al encuentro de esta. El padre de Nadia está en Irkutsk. Es un exiliado político al que no le está permitido abandonar la región. Habiendo muerto la madre de Nadia, él es la única familia que le queda a la muchacha, y va a su encuentro a pesar del peligro que ello supone. Puesto que ambos llevan el mismo camino, Miguel decide ponerla bajo su protección. Se hacen pasar por hermanos, y de este modo, Nadia obtiene una escolta para su viaje y Miguel un refuerzo a su falsa identidad, pues nadie debe saber que es un correo de zar.

Todo el libro es el viaje de Miguel y Nadia camino a Irkutsk. La única forma de llegar hasta la ciudad antes que la horda tártara, es adoptando ellos mismos mentalidad de horda. Miguel y Nadia avanzan sin cesar, sin apenas descanso. Viajan en tren y costeando en barco cuando ello es posible, en carruaje mientras se lo pueden permitir, en balsa sobre las gélidas aguas de los ríos, a caballo cuando no hay otro medio, y recorren a pie kilómetro tras kilómetro de la helada taiga siberiana cuando es su única opción. Comen cuando pueden y lo que encuentran, sin cargar apenas provisiones ni equipaje que los retrase. Duermen en cualquier sitio, sin importarles minucias como lo incómodo o inseguro que el lugar pueda ser. Están dispuestos a renunciar a todo con tal de llegar a Irkutsk, pues nada hay más importante que su misión. Miguel llega incluso a negar conocer a su madre, a la que encuentra en uno de los poblados por los que pasa; una madre a la que adora con toda su alma, a la que hace muchos años que no ve. Incluso teniéndola delante mantiene su falsa identidad, tanto para protegerse a sí mismo como para protegerla a ella, pues si los tártaros llegan a saber que es la madre de un correo del zar la torturarían para que lo identificase.

Y sí, tal como cabría esperar de Verne, Miguel y Nadia lograrán llegar a su destino después de una sucesión de dificultades, privaciones y heridas, después de sobrevivir al rudo clima, a su separación accidental, y la crueldad de su cautiverio a manos de los tártaros. Su odisea influirá decisivamente en la victoria rusa, y tendrán un final feliz que los unirá para siempre y les permitirá reencontrarse con sus respectivos progenitores… pero como el propio autor nos indica “no es la historia de sus éxitos, si no la de sus sufrimientos, la que merecía ser referida”.

Realmente no me esperaba esto. Había visto de pequeño una película basada en este libro, y había leído una versión resumida, pero por algún motivo no me decidía a leer la obra completa. Tenía la idea de que debía ser una historia aburrida, pero es todo lo contrario. Es apasionante como la que más. Los clásicos personajes vernianos, excéntricos hasta rozar lo cómico, no son en esta ocasión los protagonistas. Esa función queda relegada a dos periodistas (uno inglés y otro francés) que aparecen de tanto en tanto para dar un toque de humor a la trama. Miguel y Nadia son en cambio héroes estoicos e imperturbables, dignos de la más épica de las aventuras. Me ha recordado mucho a El faro del fin del mundo, ya comentado aquí, otra obra de Verne que se aleja de su habitual humor irónico para darnos una trama más sangrienta y dramática de lo acostumbrado.

Esta ha sido nuestra última lectura de febrero del reto. Para la siguiente, pasaremos del terrible frio siberiano al tórrido calor africano con Cuentos y leyendas de África, de Yves Pinguilly.  

Miguel Strogoff. 1876. Julio Verne. Publicado en 1987 por Editorial Planeta.

4 comentarios:

  1. Esta novela de Miguel Strogoff es la primera que yo leí de Julio Verne.
    No era un libro tal cual sinó una historia juvenil ( tenía 10-12 años ) al estilo del Capitán Trueno con viñetas y colores.
    Me gustó mucho y ello me animó a leer más novelas de Verne.
    Al leer este relato he recordado algunos episodios de Strogoff que había olvidado con el tiempo.
    Creo que buscaré las novelas de Verne que tenemos en la biblioteca de casa y pasaré muchas tardes entretenida

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi primer contacto con Julio Verne, antes de leer sus libros, fue una película de Viaje al centro de la Tierra en la que uno de los protagonistas era un ganso 🦆.
      A Verne siempre se le ha vendido como escritor juvenil, pero lo cierto es que sus novelas son aptas para cualquier edad. Aún no he leído ningún libro suyo que no me haya gustado.

      Eliminar
  2. Como diría la Pantoja, hoy debo confesar que apenas he leído nada de Verne. Si no me falla mi memoria de pez, novelas he leído "La vuelta al mundo en 80 días" y "La isla misteriosa". El resto han sido los cómics de Grandes Aventuras que tenemos pendiente de seguir reseñando... 😩
    "Miguel Strogoff" fue uno de esos cómics y resultó muy interesante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes que seguir reseñando esos comics. Están muy chulos. Tengo por algún lado tres versiones en comic de ese estilo de "La Isla del Tesoro".

      Eliminar