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domingo, 17 de abril de 2022

EL IMPERIO DE LAS HORMIGAS

EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                     ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                               

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

¡Feliz Dia de las Hormigas! Ayer pudimos ver de nuevo el alegre pulular de las hormigas entre las plantas que adornan el porche de nuestra colonia, después de muchos meses de inactividad debió al frio. Lo que significa que hoy toca darles oficialmente la bienvenida reseñando algo en lo que sean el centro de atención.  

Esta es una de esas películas que hemos visto muchas veces, y que no nos cansamos de seguir viendo. Es una producción modesta, pero tiene un gran encanto, el tipo de cintas que te producen un hormigueo al verlas. Está (al menos teóricamente) basada en un relato de H. G. Wells que aún no hemos leído.

Comienza con un fragmento estilo documental en el que nos alertan sobre la gran capacidad de construcción y organización de las hormigas, y nos hablan de las feromonas que usan para transmitirse información unas a otras. De ahí pasamos a un buque lanzando bidones de residuos radiactivos al mar, una actividad que desgraciadamente es legal y que antes o después terminará pasándonos factura, si es que no lo está haciendo ya.

Este tipo de barriles están en teoría preparados para hundirse y resistir la salinidad del mar y la presión del fondo, pero luego vemos uno de ellos varado en la playa. Está muy oxidado, por lo que ya ha pasado algún tiempo desde la escena en la que los arrojaban al mar. Se le han formado poros, y de su interior rezuma un líquido similar al mercurio, que parece gustar mucho a las hormigas.

Nuestros protagonistas humanos son un grupo de desconocidos que se han reunido para una visita guiada a unos terrenos en la costa de Florida, el capitán del yate que ha de llevarlos hasta allí, y la vendedora que está intentando convencerlos para que adquieran alguna parcela. En realidad, el asunto es una estafa; las tierras de esa zona son demasiado húmedas para edificar en ellas, y todo lo que les muestran son proyectos y planos de instalaciones que no hay intención de construir nunca. Lo peor es que la costa en la que desembarca el grupo es la misma a la que llegó el barril oxidado. El grupo no tarda en darse cuenta que los terrenos no son lo que esperaban, y que de todas formas no van a poder adquirirlos, porque ya pertenecen a las hormigas.

Hormigas gigantescas van apareciendo de todos lados y cercándolos, obligándolos a huir sin cesar. Uno de los hombres incluso arremete contra las hormigas con una tubería, pero teniendo en cuenta que se han observado hormigas levantando objetos de hasta cien veces su propio peso, enfrentarse cuerpo a cuerpo con una del tamaño de un caballo es algo que sería mejor evitar.

Al principio el grupo cree que están eligiendo a donde van y que los ataques de las hormigas son aleatorios, pero terminan por comprender que estas les están cortando selectivamente unas rutas de huida y otras no. Los están dirigiendo hacia algún lugar concreto y solo matan a los que se alejan del grupo o se desvían de esa dirección que han marcado para ellos.

El cada vez menor grupo de supervivientes logra llegar hasta una pequeña granja, y después a una población. Parece que se encuentran a salvo por el momento, porque en el pueblo todo está tranquilo. Demasiado tranquilo. La pasividad de la policía ante lo que les cuentan sobre hormigas gigantes y turistas muertos les hace sospechar. Cuando intentan marcharse del pueblo, la policía les detiene disparando contra ellos sin el menor miramiento.

En ese momento se hace evidente que el barril oxidado de la playa del inicio no es el primero que ha llegado a la costa. La población ya está desde hace mucho bajo el control de las hormigas, que utilizan la refinería de azúcar de esta como fuente principal de suministros. Su reina segrega una feromona con la que rocía periódicamente a los humanos, convirtiéndolos en parte de la colonia. Todos los ciudadanos son obedientes servidores de la hormiga reina y no se ven signos de lucha reciente en las calles. Si hubo un enfrentamiento entre humanos y hormigas por el control del pueblo, todo rastro del mismo ha sido ya reparado.

La policía lleva al grupo a punta de pistola a presencia de la reina, para obligarles a recibir su primera ración de feromonas. Cuando le toca el turno al capitán del yate, este logra herir a la reina que, asustada, lanza una señal de alarma. Respondiendo a esta señal, el resto de hormigas que se encontraban en la refinería alimentándose con el azúcar enloquecen y empiezan a matar a todos los humanos para defender a su reina ¡Una buena oportunidad para escapar! Por cierto, Robert Lansing (el actor que hace del capitán) tiene en su filmografía otras dos películas de terror animal que no están nada mal: La Garra (cangrejos gigantes) y Nido subterráneo (cucarachas mutantes).

El planteamiento y desarrollo son muy simples, pero se nota que realmente la hicieron lo mejor que pudieron. No es una de esas que se hacen para salir del paso con cualquier cosa. Los efectos especiales sí resultan algo pobres vistos hoy en día, pero en 1977 no se podía pedir mucho más. Las escenas de hormigas gigantes se consiguieron grabando hormigas andando dentro de terrarios y luego se montaron en el metraje, y hay momentos en los que algunas hormigas parecen “andar en el aire” porque lo estaban haciendo por la pared de cristal del terrario. En otras escenas la integración está más lograda, y para los primeros planos en los que un actor interactúa con las patas o la cabeza de una hormiga se usaron marionetas a escala.

Para no ser una superproducción y tener cerca de medio siglo, a mí los efectos me parecen buenos. Tienen además ese aire entrañable de los efectos artesanales que no se logra con los monstruos hechos totalmente por ordenador, porque ves el esfuerzo que había detrás y lo que se lograba a base de silicona, pintura y maquillaje.  

Y eso es todo por hoy. Os dejo, que tengo que echarles a las hormigas del porche su sobrecito de azúcar de bienvenida de todos los años 🐜🐜🐜

Empire of the Ants. 1977. Jack Turley, Bert I. Gordon (guion) Bert I. Gordon (director) Robert Lansing, John David Carson (actores principales) Joan Collins, Jacqueline Scott, Pamela Shoop (actrices principales). American 77 Film / American International Pictures. Distribuida en DVD por Creative Films S.L.

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