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viernes, 17 de junio de 2022

LOS MICROMUNDOS DEL ÁTOMO

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, minúsculos lectores.

Mini Infinitum fue una colección de comics en formato bolsilibro que Producciones Editoriales publicó entre 1980 y 1981. Era básicamente una versión en comic de su serie de bolsilibros Infinitum. La editorial hizo lo mismo con sus colecciones bélicas y del oeste, sacando tanto bolsilibros como comics, ambos en el mismo formato. 

Esta colección se compuso de cincuenta y dos números, de los cuales tenemos muy pocos. Son de diferentes autores y la mayoría eran historias auto conclusivas, pero hubo al menos una historia que se extendió a lo largo de varios de ellos. No estoy seguro porque no he podido comprobarlo, pero creo fueron siete números, de los cuales estos que mostramos serían el segundo y el séptimo.

En una avanzada sociedad futurista, un científico (el profesor Grieg) trabaja incansablemente buscando la cura del cáncer. Sus investigaciones le han llevado a concluir que podrá hallar lo que busca investigando la estructura básica de los átomos. Su forma de investigar los átomos es reducir a tamaño infinitesimal a sus ayudantes de laboratorio (su propia hija Grisel y el prometido de esta, Fred) y enviarlos a pasearse por la superficie de esos átomos, a ver que encuentran.

Usando una máquina de su invención que proyecta los poderosos rayos de techyon GR-alpha ionizados reduce y envía a ambos a varios átomos de diferentes materiales para que los recorran a pie en busca de algún nuevo elemento que pueda emplear en su fórmula anticancerígena. Personalmente no se me ocurre mejor forma de estudiar los átomos que esa. Y bueno, es científico, así que sabrá lo que se hace. 

En realidad, a pesar del planteamiento, lo que vemos no son más que típicas historias de exploración de planetas alienígenas, en las que cambiamos a los astronautas por ayudantes de laboratorio y los mundos por átomos. Todos los átomos se nos presentan como planetas con atmósfera, sus propias sociedades, montañas, mares… pero con la particularidad de que todo está condicionado por las cosas que asociamos al material del que ese átomo forme parte. Así, un átomo de arena será un mundo desértico con dunas, camellos, un calor abrasador, contados oasis y tribus de nómadas. Un átomo de agua será lo contrario, un mundo acuático con pequeñas islas y peligrosos pulpos gigantes u otro tipo de monstruos marinos. El átomo de una semilla quizá sea un mundo por completo selvático, y un átomo de nieve… bueno, seguro que ya os hacéis una idea. No tiene sentido ninguno, es cierto, pero es una bonita idea y si la aceptamos da para fantasear mucho. Siempre es divertido especular sobre lo que podríamos encontrar en un mundo completamente basado en las cosas que relacionamos con un material concreto.

Los dos números que tenemos son En lucha con los Fallaks y El caballo de Troya. En el primero, Fred y Grisel se encuentran en un átomo de piedra sílex, lo que implica un mundo prehistórico habitado por cavernícolas y dinosaurios. 

En este átomo son acogidos como amigos por una tribu de humanos primitivos, y a cambio asisten a estos en diversos problemas, incluido un combate final contra una tribu especialmente sanguinaria que adora a dos extraños dioses siameses unidos. Tras derrotar a esta tribu Fred y Grisel vuelven al mundo “tamaño normal”, al que llaman el macromundo, sin haber encontrado ningún nuevo elemento en el átomo de sílex.

En El caballo de Troya se encuentran explorando otro átomo. La historia ya está empezada de un número anterior y en ningún momento dicen en el átomo de que material se encuentran. Es posible que el átomo sea uno de madera que casualmente perteneciera al Caballo de Troya, porque todo el micromundo de ese átomo parece basado en la guerra de Troya. Al inicio del número están en una galera griega, y cuando naufragan van a parar a las playas de Troya. Asisten a la construcción del famoso caballo, e incluso se les permite participar en el asalto de la ciudad, acompañando en el interior del artefacto a los soldados griegos que abren desde dentro las puertas de Troya. 

En el mismo comic nos encontramos con otra historia, más breve pero completa, titulada El mundo de hierro. En esta ocasión Grisel y Fred son enviados a un átomo de hierro. En el micromundo de hierro encuentran una civilización altamente desarrollada, cuya ciencia está de hecho muy por delante de la del macromundo. Allí asisten a otra guerra entre dos países, llamados Magnetland y Uranio en Fisión. Los habitantes de Magnetland basan sus fuentes de energía en la fuerza magnética (y son los buenos) mientras que los de Uranio en Fisión utilizan la energía atómica (y son los malos). 

La capital de Magnetland es atacada por un robot gigante de esos de la ciencia ficción viejuna, que en vez de llevar armas incorporadas iban dando puñetazos y patadas a los edificios. El robot es mucho mayor que los de Magnetland, y estos no pueden hacer nada por detenerlo. Cuando el robot atómico se dispone a matar al Director de Magnetland (que es también el legítimo gobernante del micromundo de hierro) Fred lo salva destruyendo al robot tal como se destruía también a los robots en la ciencia ficción viejuna: disparando a su único ojo o antena claramente expuestos (en este caso, ojo). 

Como agradecimiento, el Director, enterado de su misión, les regala una placa donde está anotada la fórmula de la cura del cáncer, con lo que Fred y Grisel vuelven triunfantes por fin al macromundo. Y después de eso, imagino que se casarán, porque si no ¿para qué tanto saltar de un átomo a otro a lo largo de tanto comic?  

Las historias son tópicas y tienen poco desarrollo. Incluso el estilo de dibujo ya resultaba anticuado en los ochenta, y lo más probable es que se tratara de una reimpresión de material de la década anterior. Pero la idea de base me parece graciosa y con mucho potencial. Me recuerda, hasta cierto punto, al libro de Los mapas etéreos, en los que la existencia de cada lugar de ese mundo estaba por completo condicionada a su nombre. 

Bueno, eso es todo por hoy, amigos lectores. Me marcho, que he quedado para comer en un átomo de pizza 🔬🍕

Otro comic de esta colección pulsando aquí.

En lucha con los Fallaks & El Caballo de Troya. 1981. Autores no acreditados. Mini Infinitum nº 34 y 39. Producciones Editoriales S.A.

2 comentarios:

  1. Hay una teoría que dice que nuestra galaxia es solo otro átomo más. Que simpático el suegro de Fred mandando al yerno al quinto atomo.

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    1. Sí, el día que el suegro o su hija se cansen de él lo envía a explorar un átomo de 💩 y luego rompe la máquina para que no pueda volver.

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