EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.Saludos, saqueadores de ruinas.
Nuestro bárbaro preferido sigue incansable su búsqueda de fortuna. Anteriormente esta búsqueda le ha llevado a enfrentarse a esqueletos, zombis, soldados, sectarios, alimañas, monstruos… esta vez le va a tocar medirse con nada menos que un robot. O un golem de metal, como prefiráis verlo.
Ya en la primera viñeta nos encontramos a Conan enfrentándose a unas agresivas aves similares a chocobos avestruces que habitan entre las ruinas de una necrópolis. Las leyendas cuentan que en algún lugar de las ruinas se ocultan las joyas de Habu Dhaak, dos piedras preciosas enormes y de valor incalculable.
La batalla contra sus gallináceos adversarios se ve interrumpida por Utu, el guardián de la necrópolis: un enorme artefacto humanoide hecho de metal. No parece una estatua viviente animada con magia, sino un conjunto de piezas y engranajes, como un robot fabricado por una avanzada ciencia, e impulsado por una misteriosa fuente de energía.
Utu asa a una de las aves lanzando unos potentes rayos láser por sus ojos, y persigue implacablemente a Conan, primero en el exterior de la necrópolis y luego en el interior, parloteando sin cesar. Su única finalidad parece ser preservar las joyas, no el lugar, y dispara sus rayos sin importarle estar destruyendo muros y tumbas. Al trasladar el combate al interior de la necrópolis, hacen su aparición otros adversarios, como una araña gigante y un monstruoso saurio similar a un cocodrilo. La batalla contra este ultimo es a tres bandas, pues Utu parece sentir la misma aversión ante todo ser vivo con el que se cruza.
De hecho, el comportamiento de Utu es lo más interesante del comic, ya que la historia es muy sencilla. Utu habla mezclando palabras que Conan entiende con otras de un idioma desconocido. Esto, y el que siendo el guardián de la ciudad no distinga entre ladrones y simples animales locales, o que dispare sin ton ni son provocando él más daños al lugar de los que nunca podrían hacer los eventuales intrusos, sugiere un mal funcionamiento o una degradación de su programa.
Hay también un par de ocasiones en que Conan logra acercarse a Utu evitando sus rayos y golpearle, y vemos que lo avería con gran facilidad. Vale que Conan es lo suficientemente fuerte y diestro para partir en dos un casco (y la cabeza dentro de este) con un golpe de espada, pero Utu es una inmensa mole de metal, y la magnitud de los daños que sufre a consecuencia de los golpes de Conan sugiere que los mecanismos en el interior de la coraza metálica son muy delicados, muy antiguos, o más probablemente ambas cosas.
El segundo golpe de Conan destroza parte de la cabeza de Utu, haciendo que de esta broten rayos de energía de forma incontrolable y en todas direcciones, provocando un derrumbe que los separa. Tranquilo de momento, Conan logra llegar hasta la última cámara subterránea, que da a un acantilado. Allí encuentra las joyas de Abu Dhaak. Y tal como dicta la leyenda, son enormes... ¡tanto que no hay forma de llevárselas de allí! Las joyas son dos gigantescos monolitos cristalinos de quizá cincuenta metros de altura, incrustados en la pared del acantilado.
Mientras Conan rumia que hacer a continuación, Utu reaparece tambaleándose, con su energía casi agotada, y se sitúa en un pedestal que hay entre los monolitos. Una poderosa energía crepita de uno a otro y se proyecta sobre Utu, que queda instantáneamente reparado y recargado. Conan se da cuenta que Utu se apresura a abandonar el pedestal cuando queda reparado, como si temiera recibir un exceso de energía.
Jugándoselo todo a una carta, Conan embiste a Utu con toda su fuerza y peso derribándolo sobre el altar. Los monolitos se activan nuevamente y Utu recibe una sobrecarga de energía antes de poder levantarse, estallando en mil pedazos. La destrucción de Utu destroza también los monolitos, y Conan, huyendo de la deflagración, se lanza por el acantilado al mar de Viyalet, quedando agotado, empapado, e igual de pobre que al principio. Un día como otro cualquiera en la vida de un aventurero de la era hyborea.
Puedes repasar las aventuras de Conan el bárbaro desde el inicio pulsando aquí.
Beneath the city of shadows. 1988. Charles Santino (guion) Val Semeiks (dibujo) R.Wagner (portada). Conan el Bárbaro nº 155. Publicado en 1989 por Comics Forum.
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