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domingo, 24 de julio de 2022

LOS ESPANTAPÁJAROS ANDAN A MEDIANOCHE

  EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

¡Nos vamos a la granja! ¡Preparad las mochilas! ¡Los bocadillos! ¡Las guadañas!... bueno, guadañas no harán falta. Seguramente allí habrá algunas, si el tipo ese de la máscara de hockey no se las ha vuelto a llevar prestadas. 

El vehículo que emplearemos para trasladarnos a la granja será este libro de la serie Pesadillas, que nos transportará directamente a un maizal. ¿Recordáis la película Campo de sueños? ¡Pues olvidaos de Campo de sueños! Este va a ser un campo de gritos. O de pesadillas.

Nuestra protagonista/narradora es Jodie. Ella y su hermano Mark (de doce y once años, respectivamente) acaban de llegar a la granja de sus abuelos para pasar una temporada. En la granja vive también Stanley (un hombre que tiene un leve retraso mental) y su hijo adolescente. Los abuelos de Jodie los alimentan y dejan vivir en el granero a cambio de que les echen una mano en la granja. 

Desde el primer momento Jodie nota que algo va mal. El carácter de sus abuelos ha cambiado mucho respecto a la ultima vez que estuvieron allí, el verano pasado. Su alegría y entusiasmo parecen fingidos, y evitan hablar de determinados temas que antes nunca les molestaron. Stanley también está distinto, y no para de citar a cierto libro sin título en el parece haber depositado una fe absoluta. Continuamente suelta comentarios en plan: “Esto trae mala suerte, lo dice el libro” o “Los espantapájaros andan a media noche, lo leí en el libro”.

Sí, espantapájaros. Hay muchos espantapájaros nuevos en la granja. Siempre hubo uno, pero ahora son una docena, y con un aspecto decididamente siniestro. A Jodie le da la impresión que le miran, y a veces, que se mueven levemente como si trataran de bajar de sus estacas. Cuando Jodie se entera que los nuevos espantapájaros los ha fabricado Stanley, siguiendo instrucciones del libro, empieza a sentir verdadera curiosidad por el tema.

Jodie está cada vez más convencida que los espantapájaros han cobrado vida, pero siempre queda la duda. Los ha visto agitarse, pero también hacía viento. Ha visto a uno andando, pero podría ser el hijo de Stanley disfrazado, al que le gusta burlarse de los chicos de ciudad. La idea de que los espantapájaros tengan vida propia le asusta tanto que ella misma busca la forma de desmentir lo que sus ojos le muestran y su instinto le advierte. 

Finalmente nos enteraremos que Stanley le ha dado vida a los espantapájaros jugueteando con su libro misterioso. También cree habérsela quitado luego, pero algunos la conservan o la han ido recuperando sin que este se diera cuenta. Llega un momento en que Jodie, Mark, Stanley y los abuelos están rodeados de malignos espantapájaros vivientes y entonces… bueno, entonces aparece el hijo de Stanley con una antorcha en cada mano. ¡Son espantapájaros hechos de trapos y paja, después de todo, no hace falta armar un escándalo por eso! Lástima que después de prenderles fuego a todos los espantapájaros no se les ocurra pegar fuego también al libro... porque este contiene otros hechizos además del de dar vida a los golems de paja y trapo, y Stanley sigue aferrado a él.

Es entretenido y tiene un final-tras-el-final bastante macabro, como suele ocurrir en estos libros cuando ya parece que todo se ha solucionado. Lo único que he echado en falta es que no se citen las palabras mágicas del conjuro con el que se daba vida a los espantapájaros. En La noche del muñeco viviente se nos daban las palabras para dar vida a los títeres, y en El retorno de la momia las del conjuro que devolvía a la vida a las momias. De habernos dado también las de dar vida a los espantapájaros podríamos habernos hecho un pequeño grimorio temático de libros de Stine.   

Y como pequeña curiosidad, ya hemos visto aquí ejemplares de Pesadillas publicados en formato simple y los tomos triples de Ediciones B, y también los tomos dobles exclusivos de Círculo de Lectores. Si echáis otro vistazo a la portada de este, veréis al pie de la ilustración el logo de El Periódico, un diario que durante una temporada estuvo entregando con cada ejemplar un libro de Pesadillas a precio reducido. Una muestra más de la popularidad que llegaron a alcanzar. 

¡Más Pesadillas pulsando aquí!

The scarecrows walks at midnight. 1994. R.L.Stine. Pesadillas nº 2. Publicado en 1996 por Ediciones Primera Plana para El Periódico. 

4 comentarios:

  1. Sí que sabía que El Periódico había entregado libros de Pesadillas, creo que de los que tengo alguno es de esos.
    De los pocos que leí de Pesadillas, éste es el que más miedo me dio. No era como el timo del parque Horrorlandia que todo eran alucinaciones o trucos, sino que en éste pasaban cosas de verdad.

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    1. Eh, no, es al revés. En "Un día en Horrorlandia" parece que las atracciones son todo trucos pero al final resulta que son reales, igual que los monstruos que gestionan el parque.

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    2. Pues yo recuerdo la escena de ir bajando un tobogan en forma de tubo y que veían fuego más adelante y no podían frenar, acababa ahí el capítulo para dejarte con la intriga y cuando empezabas el otro te decía que el fuego era un holograma o algo así y no les pasaba nada. Tengo la sensación de que todo era así, que parecía que les pasaba algo y luego nunca pasaba nada. Tendré que releerlos.

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    3. Lo del tobogán si era una falsa alarma, pero se da a entender que hay peligros reales entre las atracciones y que algunas personas han muerto en ellas. Al final del recorrido por el parque tienen que pasar por una prueba contrarreloj para salir en la que los Horrores tratan de matarlos, y se deja claro que son monstruos reales, no tipos disfrazados. De ese me acuerdo bien porque es precisamente uno de los que mas me gustaron.

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