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miércoles, 28 de septiembre de 2022

CREPOZOIDES

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                     ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                                       

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

Hoy tenemos una de esas películas que tanto nos gustan en nuestro planeta: hecha con muy poco presupuesto y con muchas ganas de entretener al público. El título original, Creepozoids, se podría traducir de forma figurada como Babosoides o Arrastroides, pero lo que hicieron fue castellanizarlo a Crepozoides

Tiene lugar en 1998, seis años después de una guerra atómica a escala global. La película es de 1987, por lo que cuando se hizo era una proyección de once años en el futuro. Un texto en pantalla nos informa que solo quedan pequeños grupos de supervivientes, que luchan unos con otros y con mutantes nómadas, entre las ruinas de la civilización. 

Lo que vemos, son a cinco de estos supervivientes vestidos con restos de uniformes (más adelante nos enteramos que son soldados desertores) deambulando por los alrededores de una instalación abandonada, buscando un sitio donde refugiarse de una lluvia acida en ciernes. Son tres hombres y dos mujeres. Una de las chicas es Linnea Quigley, nuestra querida punkita de El retorno de los muertos vivientes, tan guapetona como siempre incluso cubierta de mugre.

El grupo se cuela en un edificio que parece más o menos sólido, y que resulta ser un antiguo laboratorio de experimentación biológica. Está destrozado, sucio, ruinoso, a oscuras... A pesar de ello no parece haber ningún peligro más allá de unas cuantas ratas, y el grupo se instala a dejar que pase la tormenta. Pero el lugar resulta tener agua corriente, electricidad y un montón de latas de provisiones, incluso café y frutas, así que se plantean el convertirlo en su refugio por una buena temporada. 

Cenan unas cuantas latas, Linnea nos ofrece una de sus típicas escenas de ducha jabonosa, y el soldado Jesse trastea un poco con un ordenador que aún funciona. Entre los datos que obtiene (como una lista del personal del laboratorio, en la que aparece un tal Roger Corman) hay informes sobre experimentación con aminoácidos, la base de la vida. Encuentra también el diario de uno de los investigadores, que le revela que se encontraban ahí en un aislamiento total incluso desde antes de la guerra, sin ningún contacto con el exterior. Esto los ha vuelto a todos paranoicos, hasta el extremo de estar espiándose y asesinándose unos a otros.

Investigando un extraño ruido, Jesse se mete por un conducto de ventilación y termina siendo mordido en la cara por un enorme monstruo con aspecto del xenoformo de Alien, al que llamaremos el crepozoide por no estar llamándole insecto o bicho todo el rato. 

Al día siguiente todos se reúnen para desayunar. Jesse no recuerda nada del ataque. Se ha despierta en su cama sin ninguna herida, pero terriblemente cansado. Durante el desayuno, Jesse comienza a sentirse mal y en unos instantes está vomitando sangre mientras muta, para terminar muriendo tras una serie de espasmos. 

Trasteando más con los ordenadores, el resto descubre (o al menos eso es lo que entendí yo) que el proyecto que se estaba estudiando en el laboratorio era una forma de acabar con el hambre en el mundo. Desarrollaron un germen que mutaba el metabolismo, haciendo que el cuerpo humano generara una serie de aminoácidos que lo mantuvieran nutrido sin necesidad de alimentos. Jesse debió contaminarse con ese germen cuando le mordió el crepozoide. Al ingerir alimentos, estos han reaccionado con el germen provocando una especie de indigestión fatal. Su organismo, eternamente saciado por el germen, ha sufrido un rechazo ante la comida normal como si esta fuera un veneno, y eso es lo que le ha matado. 

Esto deja a los demás en una situación curiosa. El hambre es una sensación que el estómago envía al cerebro para indicarle que está totalmente vacío, independientemente de si el cuerpo necesita alimento o no. Si el hambre indicara necesidad de alimento, nadie con sobrepeso la sentiría. Eso significa que aquellos afectados por el germen no necesitarán comer nunca más, ni tampoco podrán hacerlo por gusto ya que esto los mataría, pero seguirán sintiendo la sensación de hambre de forma permanente al tener sus estómagos siempre vacíos. Los que quedan, además, no saben nada del monstruo que mordió a Jesse, por lo que no saben si el germen está en el aire del laboratorio, si ellos están infectados o no… y por precaución no pueden comer por mucha hambre que sientan. 

No está claro que papel tiene en todo el asunto el crepozoide, ni las ratas gigantes que aparecen más adelante. Es probable que fueran los cobayas de laboratorio con los que se probó el germen, y que han sido afectados de forma diferente, mutando y creciendo. Otro de los soldados es mordido por el crepozoide, y poco después empieza también a convulsionar y muere horriblemente (quizá porque aún tenía el desayuno a medio digerir en el estómago). Una rata gigante muerde luego a Kate (la otra chica) provocándole un efecto diferente, una especie de violenta locura que igualmente acaba matándola. 

Linnea y el soldado que queda (Jake) descubren que con sus pistolas láser (esas pistolas láser tan chulas que todos teníamos en 1996) pueden acabar con las ratas, pero no le hacen nada al crepozoide. Y tampoco pueden simplemente salir del recinto, ya que la lluvia ácida sigue arreciando. 

Dos cosas que caracterizaban las actuaciones de Linnea Quigley, eran que casi siempre se desnudaba y casi siempre moría. Esta película no es una excepción, por lo que el crepozoide acaba con ella también, dejándonos a Jake como único superviviente de cara a la lucha final. Este es un detalle original, debido a que la tradición en las películas de terror es que el último personaje en caer o el único en sobrevivir sea una mujer, el clásico concepto de la final girl.

Tras un juego del gato y el ratón, Jake consigue acabar con el crepozoide clavándole una inyección con alguna sustancia tóxica, pero sus problemas no terminan ahí. Del cadáver de la criatura brota un pequeño ser humanoide que parece un bebé humano deformado, sugiriendo que en su origen el crepozoide era una mujer embarazada y no un insecto. El bebé (recuerda bastante a los bebés mutantes de ¡Están vivos!) se lanza inmediatamente contra Jack, tratando de morderle. 

El que todos los seres infectados por el germen traten de morder a los no infectados, aunque no necesiten comer, probablemente sea un comportamiento inducido por el propio germen a fin de expandirse y replicarse en otros organismos. El caso es que Jack, tras otra larguísima escena del gato y el ratón, estrangula al bebé mutante y se marcha del laboratorio, aprovechando que al parecer la lluvia ha cesado. Un ultima imagen nos muestra como el bebé recobra la consciencia, puesto que en realidad no había muerto, en el típico final de algo ha quedado

Es una película con un argumento mínimo, que transcurre en un solo escenario, con cinco únicos actores para desarrollar la trama, y un monstruo que parece copiado de Alien. Hasta la escena del desayuno en la que muere Jesse tras haber sido mordido por el crepozoide recuerda mucho a la muerte de Kane tras haber sido parasitado por el abrazacaras en Alien. La imagen es oscura, los efectos especiales muy justitos, la lucha final no es especialmente emocionante, y la mitad de lo que te cuentan tienes que imaginártelo o deducirlo, pero… que puedo decir, me gusta. 

La dirigió David DeCoteau, un virtuoso de la serie B al que debemos tres de las películas de la saga Puppet Master, y joyitas del terror adolescente como Las nenas universitarias en la bolera. La presencia de Linnea Quigley siempre se agradece. Y la actriz que hace de Kate (Ashlyn Gere, en uno de sus primeros papeles) fue posteriormente galardonada más de una docena de veces con el premio a la Mejor actriz, además de obtener varias veces otros premios como Mejor actriz de reparto, Mejor actriz americana, Actriz favorita del público, Mejor personaje femenino… aunque todo ello dentro de la industria del porno. ¡Hey! ¡Es bueno ser la mejor en algo, después de todo!😅 Curiosamente, su papel aquí es el de una chica seria, formal y recatada.

Una de las tres productoras que pusieron dinero para filmarla (y eso que no hacía falta mucho) fue Empire Pictures (Torok el troll, Gohulies, Re-animator…) la productora de Charles Band antes de fundar su famosa Full Moon.

La película se filmó en dos semanas, dentro de un almacén abandonado, y les salió algo muy genérico. Y a pesar que la aprecio tal como es, con todos sus defectos, es una de las pocas películas de esta época y este estilo de las que sí me gustaría ver un remake actualizado y bien presupuestado. 

Crepozoids. 1987. David DeCoteau, Buford Hauser (guion) David DeCoteau (director) Richard S. Hawkins (actor principal) Linnea Quigley (actriz principal). Empire Pictures / Beyond Infinity / Titan Productions. Editada en DVD en 2006 por Paycom Multimedia.

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