MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

jueves, 12 de enero de 2023

CUENTOS FANTÁSTICOS Y DE ANIMALES

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                     RETOS LITERARIOS 2023

Presentado por... el profesor Plot.

Saludos, ávidos lectores. 

Comenzamos nuestro Reto Literario 2023 cubriendo el punto “un libro de cuentos o relatos” con Cuentos fantásticos y de animalesEste libro recopila diecinueve cuentos de Hans Christian Andersen. El más corto tiene una extensión de poco más de dos páginas, mientras que el más largo ocupa cuarenta y seis. Al ser tantos relatos tenía la intención de reseñar solo unos pocos: los mejores, los peores… pero al final he terminado por reseñarlos todos, para empezar el reto con buen pie.  

Los cuentos son los siguientes:

La caja de yesca (Fyrtøiet, 1835): es quizá el cuento más conocido de los que aparecen aquí. La historia daría para un librojuego o sesión de rol bastante interesante. Comienza con un soldado que vuelve de una guerra con poco más que su espada y una mochila vacía. Se dirige a su casa, aunque nadie le espera allí. Por el camino se encuentra con una bruja que le hace una propuesta. Le muestra la entrada secreta a un subterráneo en el que hallará un yesquero, que debe recoger y entregarle a ella. A cambio, puede quedarse con cualquier tesoro que encuentre. El lugar está protegido por perros mágicos, pero la bruja le enseña la forma de evitar que le ataquen. 

El soldado desciende a esta mazmorra y efectivamente encuentra varias cámaras de tesoro. En una hay monedas de cobre, en otra de plata y en otra de oro. Cada una está protegida por un perro, mayor cuanto más valiosas son las monedas. El perro que protege la cámara de las monedas de oro, por ejemplo, tiene los ojos “del tamaño de la Torre Redonda”. Supongo que se refiere a la Torre Redonda de Copenhague, que es cilíndrica y tiene un diámetro de dieciocho metros. Y el resto del cuerpo debe estar en proporción a los ojos, claro.

El soldado evita el ataque de los perros siguiendo los consejos de la bruja, llena su mochila con monedas de oro, y en cuanto sale la bruja le reclama la caja de yesca. El soldado duda entonces, queriendo saber el secreto que esconde ese aparentemente sencillo objeto, y ante la negativa de la bruja a revelárselo le corta la cabeza y se queda el yesquero. El poder oculto de este es invocar y controlar a los tres perros. Tan pronto como lo descubre, el soldado emplea el yesquero y a los perros para obtener la mano de la princesa de Dinamarca, destrozando en el proceso al rey, la reina, y no pocos miembros del consejo. Un desenlace… peculiar.

El compañero de viaje (Reisekammeraten, 1835): esta es la historia de un niño llamado Juan. Su padre, que era su única familia, acaba de morir. Tras mucho llorar Juan se duerme agotado por el peso de la tristeza y tiene un sueño maravilloso en el que su padre está vivo, una hermosa princesa lo ama, y la vida le sonríe, pero al despertar ve que todo ello no era real y se deprime aún más. Como nada le ata ya a ese lugar, toma sus escasas posesiones y las pocas monedas que le dejó en herencia su padre, y se marcha a recorrer el mundo. 

Ya desde el inicio se nos muestra que Juan tiene facilidad para percibir lo mágico. Mientras camina oye conversar al sol y los árboles, ve a los pequeños elfos del bosque bailar y reír, y un nixo (genio del hogar) le saluda agitando la mano desde un tejado. Aunque viaja solo, Juan se siente acompañado en todo momento por estas entidades, y su viaje se hace así más llevadero. 

Buscando refugio en una vieja iglesia se encuentra con dos hombres que pretenden sacar un cadáver a quien nadie estaba velando de su ataúd y lanzarlo por un terraplén. Juan, indignado, les ofrece el poco dinero que tiene a cambio de que dejen en paz al muerto, y los hombres toman el dinero y se marchan.

Al día siguiente, Juan reemprende su camino y se encuentra con un hombre al que no se nos describe en ningún momento. Tampoco se nos dice su nombre, ya que el texto se refiere a él como el compañero o el compañero de viaje. Juan y el compañero se hacen amigos y continúan su viaje juntos. El compañero parece tener poderes mágicos, ya que cura una pierna rota a una anciana y da vida a varios títeres. 

Finalmente Juan y el compañero llegan hasta una ciudad. Está gobernada por un buen rey, que tiene una mala hija. La princesa no solo es lo más bello que Juan ha visto jamás, sino que es también la princesa que le amaba en su sueño. Pero esta princesa es cruel. Se pasea por la ciudad vestida de oro y con un látigo en la mano, y tiene un jardín privado en el que guarda los esqueletos de los hombres a los que mata. 

La princesa da a todo el mundo, sea noble o vasallo, la oportunidad de casarse con ella si responde correctamente a tres preguntas. De fallar alguna, el pretendiente será ahorcado o decapitado, según si a la niña le apetece más ver una cosa u otra. Pero ni tan solo se trata de tres enigmas a los que se pueda buscar una respuesta lógica o ingeniosa. Lo que la princesa pregunta, tres veces, es en qué está pensando en ese momento. 

Juan está convencido que si soñó con ella, es porque está destinada a ser su esposa, y que si es malvada, es por efecto de un hechizo o maldición, porque en su sueño era bondadosa. Acepta el reto, y responde correctamente a las tres preguntas de la princesa gracias a la ayuda del compañero, que halla las respuestas con sus poderes. También revela a Juan como romper la maldición que pesa sobre ella y que, efectivamente, es el motivo de que sea malvada. El rey, encantado, le concede a Juan la mano de su problemática hija, y entonces el compañero se despide de él y le revela quien es: se trata del espíritu del cadáver desconocido a quien Juan salvó de ser molestado por los dos maleantes, y que de este modo quiso devolverle el favor.

Ole Cierraojos (Ole Lukøje, 1841): este es uno de los que más me han gustado del libro. Nos habla de Ole Cierraojos, un señor de los sueños al estilo de Sandman que por las noches susurra historias a los oídos de los niños, siendo esto lo que provoca los sueños que tienen al dormir. El cuento está dividido en ocho partes, siendo la primera una presentación del personaje y las siete siguientes lo que hace soñar a un niño cada uno de los días de una semana. 

Cada uno de los sueños es como otro pequeño cuento, pero sin una historia definida, sino más bien una sucesión de hechos prodigiosos bellamente narrados. En uno de los sueños, por ejemplo, asistiremos a la vida nocturna de los objetos que el niño tiene en su dormitorio, conociendo sus motivaciones y preocupaciones. En otro seremos grumetes de un barco, y en otro, invitados a la boda de dos de las muñecas de la hermana del niño. Y no me diréis que una boda entre dos mujeres (aun representadas por muñecas) no era un concepto cuanto menos interesante en 1841. Se sabe que Andersen mantenía relaciones íntimas tanto con hombres como con mujeres, aunque nunca fueron duraderas. Y puede que algunos pasajes como este (la boda de dos muñecas femeninas como parte de un sueño) fuera una forma de dar salida a sus propios sueños no cumplidos.

La séptima noche, la del domingo, da un toque siniestro a la historia. Ole Cierraojos revela al niño que tiene un hermano, que también se llama Ole Cierraojos, pero que solo visita a cada persona una sola vez. Este segundo Cierraojos es la Muerte, y cierra los ojos de forma definitiva a quienes visita. Luce un uniforme de cazador hecho de plata y viaja sobre un caballo recogiendo a los niños. A los que han sido buenos los sume en el sueño más maravilloso posible, y a los que han sido malos, en una pesadilla de la que no pueden escapar. ¿Por qué cuenta todo esto el primer Cierraojos al niño? ¿Para advertirle que sea bueno, quizá porque su momento de ser visitado por el segundo hermano Cierraojos está cerca? El cuento concluye diciéndonos que si queremos saber más sobre Ole Cierraojos, quizá podamos preguntarle personalmente cuando acuda a nuestro lado esta misma noche… aunque no especifica a cuál de los dos se refiere.  

La reina de las nieves (Snedronningen, 1844): comienza contándonos que en un pasado muy remoto existió un espejo maldito, que devolvía un reflejo retorcido de todo cuanto se refleja en él. Los que miraban en él se volvían perversos y amargados, y paseaban el espejo por el mundo para que todos se volvieran tan amargados como ellos. Llegó un momento en que todo el planeta estaba bajo la influencia de ese espejo, y entonces intentaron llevarlo al cielo para hacer malvados a Dios y los ángeles. El espejo, sin embargo, no resistió esto y se fragmentó en millones de pedazos del tamaño de motas de polvo. El hechizo que había esparcido por el mundo se rompió, pero desde entonces, los millones de fragmentos siguen flotando en el aire, y cuando le entran a alguien en los ojos, lo vuelven malvado y amargado.

De ahí pasa a hablarnos de un pueblo en el que viven un niño y una niña llamados Kay y Gerda. Son vecinos, pero pasan tanto tiempo uno en casa del otro que parecen hermanos. Un día, a Kay le entra en los ojos una mota del espejo maldito, y se vuelve mezquino. Deja de jugar con Gerda, olvida sus antiguas aficiones, desprecia los cuentos de su abuela y se burla de todo el mundo. Una mujer lo engaña para que le siga fuera de la ciudad, y una vez allí le revela ser la Reina de las Nieves, le borra la memoria besándole en la frente, y lo convierte en poco más que su esclavo. 

Gerda sale a buscar a su amigo. Creyendo que se ha ahogado en el rio, arroja a este su mejor par de zapatos con la esperanza que el rio le devuelva a cambio a Kay. Pero la corriente devuelve los zapatos a la orilla, junto a Gerda, y esta entiende que el rio le está diciendo que él no tiene a Kay. Gerda sigue su búsqueda, pasando por una serie de dificultades clásicas, como su encuentro con una bruja, e interrogando a diversos elementos como el sol, los pájaros y las flores, tratando de averiguar el paradero de Kay. 

Tras hacerse amiga de un cuervo, conocer a un príncipe, enamorar a la hija de un bandido y viajar hasta Laponia montada en un reno parlante, Gerda logra encontrar el palacio de la Reina de las Nieves. El palacio está vació. En él no hay sirvientes, ni cortesanos, ni nada que tenga sangre caliente. Allí solo viven la Reina de las Nieves, que está ausente en ese momento, y Kay, que permanece como en trance, sentado en un trono y con el corazón congelado. Gerta es atacada por guardianes de hielo de diversas formas, pero a base de rezar invoca a un ejército de seres celestiales armados con lanzas que combaten por ella para abrirle paso. Finalmente llega a Kay, que no desea abandonar el lugar. El fragmento de espejo maldito que aún tiene en el ojo le hace ver a todas las personas como viles y despreciables, y está feliz estando allí completamente solo. Pero la insistencia de Gerda, que le recuerda su vida en el pueblo, le hace derramar una lágrima que arrastra ese fragmento de espejo de sus ojos y le devuelve su antigua personalidad. Ambos regresan entonces al pueblo y pasan allí el resto de sus vidas. 

Lo más llamativo de este cuento, es la imagen positiva que se da de la hija del bandido al final. Hay un momento en el que ayuda a Gerda, cierto, pero también la había raptado antes de eso, y obligado a punta de cuchillo a dormir con ella, se nos describe como maltrata (incluso muerde) a su madre, y tortura animales que tiene encerrados solo por diversión. 

El hada del sauco (Hyldemoer, 1844): este es un cuento dentro de otro, y dentro de un tercero. Comienza con un anciano tratando de improvisar un cuento para uno de sus sobrinos, que guarda cama por estar resfriado. Como hay una vieja tetera al fuego hirviendo una infusión de sauco, y el vapor hace saltar la tapa, él convierte este hecho en un hada vaporosa que baila sobre la tetera. En su cuento, el hada está en la casa de unos ancianos para recordarles que ese día son sus bodas de oro, pero los viejecitos están rememorando toda su vida sin caer en cuenta de eso. 

El sobrino protesta diciendo que eso no es un cuento, y entonces, la verdadera Hada del Sauco aparece para contar una versión de la misma historia magnificada y maravillosa. Al final de esta, el niño despierta en su cama y duda de si el segundo cuento se lo ha narrado de verdad el Hada del Sauco o lo ha soñado gracias al que le contó su abuelo y el efecto de la infusión de sauco que se debió antes de acostarse.

Las zapatillas rojas (De røde Skoe, 1845): esta es la historia de una niña muy pobre a la que su madre, justo antes de morir, le regala unas zapatillas muy toscas, hechas de tela roja. Una mujer rica ve a la niña llorando sola en la calle, toda mugrienta, y la adopta. La mujer hace quemar toda la ropa de la niña, que son simples harapos, y le da a cambio hermosos vestidos de seda. También quema las zapatillas, lo que entristece mucho a la niña porque eran el último regalo de su madre. Esto hace que se obsesione con llevar zapatillas rojas en todo momento, quizá como una forma de mantener algún tipo de conexión con ella.

La niña le pide unas zapatillas de charol rojas a su nueva madre y esta se las compra, pero comete el error de ponérselas también cuando va a la iglesia a confirmarse y comulgar. Esto debe ser un tabú de la época, como lo de no llevar zapatos blancos tras el Dia del trabajo o no vestir de amarillo en un teatro. Al parecer cuando el cuento se escribió era una infracción bastante grave, pues Dios maldice a la niña por llevar esos zapatos, que se ciñen a sus pies de forma que no puede quitárselos. Los zapatos comienzan a correr y bailar por si solos, llevándola durante días y noches de un lugar a otro, entre la maleza y bajo la lluvia. Las zapatillas llevan a la niña a pasar junto a la casa en las afueras del verdugo de la ciudad. Agotada y desesperada, la niña le grita al verdugo que le corte los pies, y este lo hace de un par de buenos hachazos. Los pies, aún dentro de las zapatillas, se alejan bailando sin cesar.

El verdugo le talla a la niña unos pies de madera y unas muletas, y le enseña a moverse con ellos. Cuando es capaz de hacerlo debe buscarse un trabajo, pues la maldición que ha recibido ella se ha hecho extensible a su madre adoptiva y esta también a muerto durante su ausencia. La niña busca trabajo como criada y logra ganarse la vida de forma precaria. Durante mucho tiempo no acude a la iglesia, asustada y resentida por lo ocurrido. Pero finalmente se decide a ir y es perdonada. 

Sinceramente, el castigo que recibe por lo inocuo de la falta que comete me parece desproporcionado, más aún teniendo en cuenta que no había ninguna mala intención en ello. Este cuento sirve para darnos una idea bastante clara de lo importante que este detalle en el vestir debía ser para la sociedad de la época, como para haber escrito una historia tan horrible con el fin de que los niños lo tuvieran presente. 

Álbum sin láminas (Billedbog uden Billeder, 1839- 1847): este es un cuento extraño y magnifico, y otro de mis preferidos de esta recopilación. Está contado en primera persona, algo muy inusual en la época, y no tiene una historia general. El narrador nos cuenta treinta y tres sueños muy breves en los que visita lugares lejanos y extraños, unos bellos, otros misteriosos. Nos habla de lo que encuentra, ve o hace en esos lugares. No tienen conexión, y muchos ni tan solo dan una conclusión o moraleja. Se limita a contarnos los sueños, sin añadir ninguna reflexión o posible interpretación sobre ellos.

El último de los sueños tampoco da un final o explicación de conjunto a los anteriores. Es simplemente uno más al que le ha tocado ir al final, como si el autor tuviera la intención de ir añadiendo más conforme los fuera teniendo, pero tras este no hubo ningún otro que transcribir. Los primeros veinte sueños están fechados en 1839, mientras que los trece siguientes van espaciándose cada vez más, lo que me induce a pensar que realmente se trata de sueños que tuvo el autor, no de historias que se inventó. Los primeros corresponderían a los que recordaba haber tenido a lo largo de su vida cuando se decidió a escribirlos, y quizá el resto fueron añadidos a medida que los tenía. 

El gorro de dormir del corredor de pimienta (Des Junggesellen Nachtmütze, 1858): este cuento comienza explicándonos que en Copenhague, los corredores (importadores) de pimienta tenían prohibido casarse. Debido a ello "corredor de pimienta" se convirtió en sinónimo de solterón. 

A continuación nos cuenta la historia de Antón, un anciano soltero que, debido a su extrema pobreza, no tenía ni un sombrero con el que protegerse la cabeza del frio, y usaba en su lugar un gorro de dormir cuando andaba por la calle. El viejo Antón reflexiona sobre su pasado y rememora su vida. 

De niño tenía una amiga llamada Molly, y juntos plantaron un manzano. Con el tiempo el manzano fue creciendo, y paralelamente al árbol la amistad de los niños fue creciendo también convirtiéndose en amor. Llegó un momento en que la familia de Molly se trasladó a otra ciudad, y estuvieron separados durante varios años. Debido a lo inseguro de los caminos y los rigores del viaje, muy pocas de las cartas que se enviaban llegaban a su destino, y siendo ya casi un adulto, Antón decidió ir a buscarla. 

Cuando se reencontraron, Molly le dijo que se alegraba de verlo, pero ya no sentía por él lo mismo que antes y debía resignarse. Antón regresó a su hogar, pero se sumió en una terrible depresión. Sus padres se arruinaron tratando de curar lo que ellos pensaban que era una enfermedad. Los años siguieron pasando y Antón se fue amargando cada vez más, sin nada que lo motivara. 

Volviendo al presente, Antón es un anciano que vive de la mendicidad. Una noche muere de hambre y frío, pero antes de hacerlo sueña con el manzano que Molly y él plantaron juntos, que aún se alza en el jardín de la vieja casa de sus padres. Entonces llora de felicidad pues comprende que, aunque sea algo tan humilde como un árbol, ha aportado algo al mundo. Su cuerpo es enterrado pero el burgomaestre de la ciudad conserva su gorro. Al ponérselo tiene pesadillas y se deshace de él. El gorro de dormir del corredor de pimienta queda de este modo en el mundo como un objeto maldito que provoca pesadillas a quien lo usa. 

La niña que anduvo sobre el pan (Pigen, som traadte paa Brødet, 1859): esta es la historia de Inger, una niña que, contraviniendo a lo que es habitual en los cuentos, es pobre pero malvada. El asociar la pobreza a la bondad es un tópico muy común al que autores como el propio Andersen contribuyeron con sus cuentos. En este caso no es así, e Inger, a pesar de ser pobre, es mezquina y sádica. Mira a los otros niños por encima del hombro, se avergüenza de la humildad de sus padres, y se divierte torturando insectos. 

Un día entra al servicio de una familia rica, y estos le proporcionan buenos vestidos y la tratan con benevolencia, lo cual no hace sino acrecentar su ego. Pasa varios años con la familia, y la mujer le insiste en que debe ir a visitar a sus padres de tanto en tanto, a lo que Inger es reticente porque sigue avergonzándose de su pobreza. Finalmente acepta ir a verle, y la mujer le entrega una hogaza de pan para que se lo lleve a sus padres como regalo. 

Por el camino Inger se encuentra con un gran charco, y por no embarrarse ni desviarse mucho del camino, lanza la hogaza de pan que debía llevar a sus padres en medio del charco, para saltar sobre ella y cruzar sin mojarse los zapatos. Cuando hace esto sus pies se quedan pegados a la hogaza, como una miniatura a su base, y se hunde entera en el charco yendo a parar a los dominios de La mujer del pantano que bracea la cerveza. Esta es una criatura demoniaca que vive en un infierno particular, no de fuego y azufre sino de lodo frio e insectos. 

La mujer del pantano que bracea la cerveza paraliza a Inger para usarla como estatua decorativa. La chiquilla pasa décadas inmóvil bajo tierra, sin envejecer pero sin poder mover nada más que los párpados. Sin comer ni beber pero también sin morir a causa de ello, y sintiendo continuamente la mordedura del hambre y la sed. Los insectos andan sobre ella y queda toda embarrada. Siempre que alguien habla de ella, ya sea su madre o los niños del barrio, Inger oye sus palabras y se desespera, pero tampoco puede contestarles. Poco a poco va dejando de oír las voces, y sabe así que todas las personas que conocía en el mundo de arriba la han olvidado o han muerto. Pasado mucho tiempo es parcialmente perdonada y regresa al mundo en forma de pájaro. 

Inger medita durante días sobre qué hacer para que se le permita ir al cielo por fin a descansar en paz. Toma una decisión y emprende el vuelo hasta encontrar un lugar en el que alguien ha arrojado un puñado de migas de pan a los pájaros. En su nueva forma de pájaro, Inger se come solo una de las migas, trinando a continuación para avisar a otros pájaros de que allí pueden encontrar comida. Con el tiempo, y a base de repetir esto una y otra vez, Inger termina cediendo a otros pájaros una cantidad de migas de pan equivalentes al volumen de la hogaza que desperdició por no mojarse los zapatos siendo humana, y su alma trasciende al fin. 

La Dama de los hielos (Iisjomfruen, 1861): tiene lugar en Suiza, aunque parece hacer alusión a la misma Reina de las nieves de la cuarta historia (que se nos dijo que residía en Laponia) o al menos a una criatura muy similar. Nos cuenta la historia de Rudy. Siendo todavía un bebé, su madre (que lo llevaba en brazos) cayó a un rio mientras cruzaba las montañas. Un grupo de hombres lograron sacar de las gélidas aguas a Rudy aún con vida, pero su madre se había ahogado ya. Las aguas heladas del rio eran una avatar de la Dama de los hielos, que se encaprichó de Rudy en ese momento y ya no se olvidó de él. 

Rudy crece en casa de su abuelo. Este tiene un perro y un gato, y el gato le enseña a Rudy todos sus trucos para mantener el equilibrio, ya sea en las ramas de un árbol, el tejado de una casa o el borde de un acantilado. Debido a esto, por mucho que La Dama de los hielos azuza contra Rudy a sus sirvientes, el Viento y el Vértigo, ninguno de los dos logra hacer que este pierda el pie y se precipite al vacío. Para hacer suyo a Rudy, ella necesita que muera en las montañas, ya sea congelado o ahogado. A pesar que envía contra Rudy vendavales, nevadas y avalanchas cuando está cazando en las montañas, nunca logra hacerse con él.

El muchacho se enamora de Babette, la hija de un rico molinero, y es correspondido por ella. Al principio el padre no ve la relación con buenos ojos, y le impone una prueba imposible: escalar a lo más alto de la montaña y tráerle vivo un aguilucho del nido que hay en la cima. La Dama de los hielos pierde también esta vez la oportunidad de hacerle resbalar en el hielo de la cima congelada, y Rudy logra llevarle el aguilucho al molinero. El noviazgo se formaliza, Babette entrega una alianza de oro a Rudy, y la Dama de las nieves prepara su última trampa. Toma la forma de una joven pastora y se hace la encontradiza con Rudy cuando este vuelve en las montañas. Le ofrece un vaso de vino que le deja inconsciente, y al despertar descubre que ha perdido la alianza. 

El día antes de la boda, Rudy y Babette van en bote hasta un islote que hay en medio de un lago. Mientras hacen planes sobre su futuro, el bote se desata y empieza a alejarse del islote. Rudy se lanza al agua para alcanzarlo a nado y que al menos Babette no tenga que sumergirse en el agua helada. Mientras nada ve brillar algo en el fondo del lago, y al sumergir la cabeza el objeto brillante resulta ser la alianza que perdió en las montañas. Mientras duda que hacer, la Dama de los hielos se acerca a él bajo el agua y le besa las piernas, congelándolas. Rudy se hunde en el lago y ya no vuelve a salir de él. Y tal cual así termina la historia, con Babette enviudada medio día antes de casarse. Esta vez no hay una intervención divina que lo arregle todo ni un objeto mágico salvador, ni un hada madrina dispuesta a echar una mano. 

La historia, sin embargo, está muy trabajada. La descripción que nos hacen del carácter y la forma de ser de Rudy es exhaustiva, y se llega a apreciar de verdad al personaje.

Los Chanclos de la Felicidad (Lykkens Kalosker, 1838): dos hadas discuten sobre las propiedades de un objeto mágico, que una alaba y otra desprecia. Este objeto son los Chanclos de la Felicidad, que una vez adecuadamente calzados, tienen la facultad de teleportar al usuario al momento y lugar que elija, y bajo las condiciones que este desee. Con ellos podríamos, por ejemplo, transportarnos al salón del trono de un castillo medieval eligiendo además ser el rey de ese castillo, y los chanclos modificarían la historia para que ello fuera posible. Como las hadas no se ponen de acuerdo sobre si es un objeto maravilloso o despreciable, deciden abandonarlos para que una persona cualquiera los encuentre, y observar que le ocurre. 

Los chanclos van pasando de un propietario a otro. Ninguno de ellos sabe en realidad lo que son. Los consideran zapatos normales, y se los calzan como si tal cosa. Y en algún momento, los chanclos interpretan algo que pasa por sus mentes como un deseo, y trasladan al portador a una época y lugar acorde con lo que está pensando. Esto crea un serie de situaciones en las que los portadores se ven de pronto en lugares que no reconocen, rodeados de gente a la que no entienden, y con ropas que le parecen estrafalarias. Algunos toman la identidad de otras personas, o de objetos. Hay uno que viaja a la Luna tal como él la imagina, en la que puede respirar y moverse con normalidad. Otro viaja a su época preferida del pasado solo para descubrir que la tenía idealizada, y que todo es mucho mas sucio y penoso de lo que él suponía. Uno adopta la identidad de un vecino al que envidia, y al tomar su papel y forma de pensar desea volver a ser quien era antes, porque también ese vecino le envidiaba a él. 

Tras pasar por varios dueños, todos los cuales viven experiencias terribles, una de las hadas recoge los chanclos y se los lleva para que no causen más trastornos a los humanos. 

El cerro de los duendes (Elverhøi, 1845): este es un cuento muy breve en el que se nos describe una gran fiesta que están haciendo los elfos del bosque para celebrar una boda. Los elfos son como se los imaginaba originalmente, es decir, más parecidos a pequeños y traviesos goblins que a la versión tolkieniana de los elfos que es la que predomina hoy en día. 

Un rey elfo ha llegado de muy lejos con sus dos hijos con intención de casarlos con dos de las siete hijas del rey elfo local. Las elfinas demuestran sus habilidades para hacerse las interesantes, pero los dos supuestos pretendientes no quieren casarse todavía, se dedican a emborracharse, y terminan durmiendo desnudos sobre la mesa de banquetes. Al final, para que el viaje no sea en balde, es el padre de los muchachos el que toma por esposa a una de las hijas del rey anfitrión, mientras un par de lagartos que había por ahí comentan con un gusano toda la situación. Cosas de elfos. 

La hucha (Pengegrisen, 1854): los cuentos que siguen son los más breves, y parecen haber sido dejados para el final como el postre de una opípara cena lectura. En la habitación de los niños de una casa, los juguetes y enseres están celebrando una fiesta. La hucha de barro con forma de cerdito decide no acudir, pero desde su elevada posición en lo alto del armario observa los bailes y juegos de todos los demás. Tanto se ensimisma con ellos y sus pensamientos que pierde el pie, cae y se rompe contra el suelo. 

Lo más increíble (Det Utroligste, 1870): un rey decreta que “aquél que haga lo más increíble” se casará con su hija y recibirá la mitad del reino, sin importar su edad o estatus social. Cada uno trata de llevar a cabo la proeza que considera más difícil, y varios de los pretendientes mueren en el intento. Un grupo de jueces determina que lo más increíble de todo es el reloj que presenta un joven. Lo ha fabricado él mismo, y coincidiendo con las horas en punto surgen de él una o más figuritas mecánicas que se mueven o dicen frases. El conjunto es una maravilla mecánica bellamente manufacturada, y se determina que el joven fabricante será el esposo de la princesa. 

Entonces surge de entre el publico un mozo con un hacha y destroza por completo el reloj a la vista de todos. Al principio los jueces se espantan, porque les parece del todo imposible que alguien quiera destruir una obra de arte como esa… hasta que se dan cuenta de la jugada del mozo. Su acto de vandalismo gratuito les ha parecido más increíble que el reloj en sí, y por tanto él ha hecho lo más increíble. 

Se organiza la boda del bruto con la princesa (que estaba más contenta con el relojero, todo sea dicho), y cuando ya está a punto de celebrarse, el reloj aparece andando por sí solo, reconstruido de forma milagrosa. Las figuritas que se asomaban de él surgen ahora agigantadas, al tamaño de hombres y mujeres reales para recriminarle la estupidez de su acto. La ultima de las figuras, un sereno, se despide del mozo abriéndole el cráneo de un mazazo, y tanto el reloj como los personajes que lo habitan se desvanecen. Los jueces determinan entonces que eso ha sido aún más increíble que lo que hizo el mozo del hacha, y vuelven a conceder la mano de la princesa al relojero.  

El escarabajo pelotero (Skarnbassen, 1861): durante una batalla, el caballo de guerra del emperador le salva la vida a este, luchando y coceando para protegerle cuando su dueño cae al suelo. Como recompensa a su valor y fidelidad, el emperador manda forjar para su caballo cuatro herraduras de oro. Al enterarse de esto, un escarabajo que vive entre el estiércol de las cuadras reales se ofende terriblemente. Aunque él no ha hecho nunca nada relevante, exige recibir también herraduras de oro para sus patas, y considera al mismo tiempo que el caballo es un imbécil por llevarlas. Esto es muy curioso, porque es una actitud que mucha gente tiene hoy en día, exigiendo privilegios que no merece solo por los logros que han conseguido otras personas. 

El caso es que el escarabajo se ofende tanto porque no le den a él también un premio por el trabajo hecho por el caballo, que se marcha a buscar un sitio en el que sea más apreciado. Pasa por varios lugares donde es recibido amistosamente por otros animales, pero no hace más que despreciarlos. Tras algunos incidentes termina agarrado al lomo del caballo imperial. Entonces se dice a sí mismo que, sin duda, si le pusieron herraduras de oro al caballo era porque sabían que él tenía intención de montarlo más adelante, y por tanto que el caballo tenga esas herraduras es gracias a él. Y esa es la versión que cuenta a todo el mundo hasta el fin de sus días, que de ilusión también se vive.  

La mariposa (Sommerfuglen, 1860): una mariposa busca pareja vagando de flor en flor, hasta que termina sintiéndose más atraída por las flores que por otras mariposas. Pero las flores no pueden corresponderle, así que pasa todo el año sin encontrar pareja. Al llegar el invierno entra a una casa atraída por el calor del hogar. Un humano la atrapa y la ensarta a una tabla con una aguja junto a otras mariposas que colecciona. 

Antes de morir, la mariposa mira la aguja que la atraviesa y piensa que ahora ella también tiene un tallo, como las flores que tanto ama.

El sapo (Skrubtudsen, 1866): en el fondo de un pozo viven varios sapos y ranas. Las ranas desprecian a los sapos porque los consideran deformes y feos, y esto impulsa a uno de ellos a abandonar el pozo y descubrir que hay fuera. A medida que se aleja del pozo y va descubriendo el mundo, se siente cada vez más fascinado y quiere ir más lejos. Cuando ve la luna llena en el cielo cree que es la boca de un pozo misterioso al que también debe tratar de llegar. Pensando en como llegar hasta ese pozo en el cielo empieza a ansiar volar. 

Un día, siguiendo con su viaje, una cigüeña hace un picado sobre el sapo, lo atrapa y lo mata. Remonta el vuelo con su cadáver, y el alma del sapo, elevada al fin a los cielos, continúa su viaje por ellos. 

La historia del año (¿?): el día del fin de año, dos gorriones debaten sobre el comportamiento de los humanos. Están muy decepcionados con ellos porque están viviendo su primer fin de año, y viendo los preparativos y fiestas de los humanos suponían que todo cambiaría radicalmente a mejor al día siguiente. Pero no, el primer día del nuevo año es igual al último del año anterior: sigue haciendo mucho frio para su gusto. 

Se nos describe el paso de un año completo, con sus cambios estacionales, migraciones y actividades humanas, a lo largo del cual los gorriones siguen observándolo todo y debatiendo al respecto. Al final concluyen que los humanos hacen bien en celebrar el cambio de año, pero lo hacen en el momento equivocado, ya que desde su punto de vista el año nuevo empieza con la primavera. 

El caracol y el rosal (Sneglen og Rosenhækken, 1861): en un jardín, un caracol debate con un rosal. El caracol le recrimina al rosal que no hace nada útil, que no aporta nada al mundo. El rosal, que siempre se ha esforzado en florecer lo más bellamente posible y esparcir su aroma al aire, le pregunta al caracol lo que ha aportado él, que es capaz de desplazarse. El caracol responde que él es demasiado importante como para tener que hacer nada que justifique su existencia. El tiempo pasa, ambos mueren y otros rosales y caracoles les sustituyen. Y nada cambia en absoluto. El autor nos recomienda que no volvamos a leer nunca este cuento, puesto que hacerlo tampoco cambiaria nada. Pues… ¿vale?

Muy curiosos todos los cuentos, cada uno a su modo. Muy variados, eso sí: hay cuentos largos, cortos, bonitos, horribles, esperanzadores y derrotistas. Están colocados de cualquier forma, y creo que habría sido más interesante ordenarlos según la fecha en que fueron escritos, para ver como iba cambiando la mentalidad del autor y su forma de narrar sus historias.

En el siguiente punto de nuestro reto literario nos internaremos en un siniestro bosque australiano en El Ente.

Cuentos fantásticos y de animales. Varias fechas. Hans Christian Andersen. Publicado en 1971 por Editorial Ramón Sopena. 

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