MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

martes, 27 de junio de 2023

EL ESTANQUE

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                  ¡ALERTA DE EXPOILERZ!


Comunicado del Supervisor General.

Saludos, viajeros. 

Retomamos nuestro ritmo habitual tras sortear otro pequeño bache. Solo han sido cinco días sin escribir, pero personalmente se me han hecho larguísimos. Después de todo, el verdadero motivo por el que comencé con el blog fue para mantenerme centrado en algo mientras me recuperaba de una lesión que me había apartado de mi actividad normal, y que al final terminó por ser algo permanente. 

Escribir tiene decididamente un efecto terapéutico, así que lo que nos ha ocurrido en casa recientemente es un motivo más para seguir escribiendo, no uno para dejar de hacerlo. Además, hemos situado a nuestra intrépida y siempre alerta Snut en lo alto de una atalaya, para que nos avise con tiempo si se aproxima algún otro peligro que pueda interrumpir el buen ritmo de nuestras publicaciones. 

Como no quiero aburriros demasiado con nuestros propios problemas, porque todo el mundo tiene los suyos, paso directamente a comentar algo. Un bolsilibro de ambiente veraniego, que queda bien con esta época del año en la que estamos: en lugar de transcurrir en congestionadas ciudades o aisladas mansiones envueltas en fría niebla, transcurre en las soleadas playas españolas.

Se trata de una historia de terror con un monstruo bastante original para la época: una inanimada barra de carbono losa de piedra. Tal cual, una losa de piedra que permanece a lo largo de casi todo el relato en el fondo de un pequeño estanque, dedicándose a las actividades típicas de las losas de piedra, como mantenerse inmóvil y en silencio. A pesar de ello, pocas veces he leído un bolsilibro en el que el monstruo resulte tan inquietante como este. Y eso ya es de por sí una muestra del buen hacer del autor.

Comenzamos a bordo de un pesquero que está arrastrando sus redes por el fondo de una parcela marina cercana a las Islas Canarias en la que saben que no hay peces. Un tal John Smith (nombre nada sospechoso) ha contratado barco y tripulación por un elevado precio para que lo hagan, dándoles indicaciones precisas sobre las coordenadas y horas en que éste barrido de fondo debía efectuarse. Y algo pescan, desde luego, pero no peces. Lo que sacan con las redes es una tabla de piedra heptagonal extrañamente limpia, sin incrustaciones de algas, coral ni fósiles, como si nada vivo fuese capaz de rozarla siquiera. Los marineros la suben a bordo, y utilizando terminología náutica, la cadena pica por ojo. O como dicen los de tierra adentro, todo se va al garete

Se desata una tormenta no prevista en el parte meteorológico, como si el propio mar y el viento estuviesen tratando de impedir que la tabla llegue a tierra firme. El oleaje es tan violento que arranca de la cubierta a varios de los marineros. Otros dos de ellos, que agarraron la tabla con las manos desnudas, pierden todos sus dedos cuando estos se les insensibilizan y se les desprenden horas después. El resto de los tripulantes se vuelven paranoicos y empiezan a matarse entre ellos. El único que llega vivo a costa es el propio John Smith, que abandona el pesquero en una lancha motora llevándose la tabla. 

Pasamos a centrarnos en un grupo de estudiantes de arqueología de varios países que están disfrutando de una beca universitaria en las Islas Canarias. La dedican principalmente a broncearse en la playa, remojarse en el mar, y hacer fiestas por las noches, prestando poca atención a las clases. No les van a hacer exámenes al final, sino a entregarles un certificado de asistencia que les reportará méritos académicos, por lo que realmente se lo están tomando como unas vacaciones a gastos pagados con una serie de conferencias de asistencia obligatoria. En La Fundación Aqueronte, uno de los museos a los que tienen acceso los estudiantes, la misteriosa tabla de piedra ha sido expuesta en el fondo de un pequeño lago artificial de aguas cristalinas, donde permanece impoluta, inmóvil y hambrienta. 

Como protagonistas tenemos a Jacky Norton (profesor de filología griega) y Dalilah (una de las estudiantes) que se conocen durante las clases. Al principio todo marcha bien. Los chavales se comportan, las fiestas no se salen de control, se respeta el horario de las charlas, etc., hasta que la cercanía de la tabla de piedra comienza a influir en ellos. 

Una de las noches, una fiesta en la playa en torno a una fogata (a la que Jacky es el único profesor que ha sido invitado, por ser el más joven y guapo de estos) degenera dando lugar a peleas, borracheras, y termina convirtiéndose en una orgía. En realidad no hace falta ninguna tabla de piedra maldita para que esto ocurra, pero en este caso concreto sí es culpa de la tabla que yace en el museo.

Al día siguiente el rector monta en cólera. Está muy preocupado por su reputación y las posibles denuncias, ya que aunque todo el grupo de estudiantes participó por igual en la orgía, algunas de las chicas consideran a posteriori que sus compañeros las violaron. Cinco de los chicos acabaron bastante vapuleados por haberse golpeado entre ellos, y uno tuvo que ser ingresado en estado crítico por ingesta de alcohol. Nadie parece recordar claramente lo que pasó, y a ojos del profesorado y las autoridades, todo apunta a un abuso general de drogas o bebidas adulteradas. Lo peor es que a partir de ese momento algunas de las chicas van desapareciendo, y uno de los chicos, Daniel, se suicida. 

A Jacky y Dalilah, que se retiraron de la fiesta antes de que esta degenerara, la explicación del abuso de drogas no les convence. Son los únicos que prestan atención a las delirantes palabras que Daniel pronuncia antes de acabar con su propia vida, y guiándose por ellas y por algunos sucesos extraños que han tenido la ocasión de presenciar, organizan una pequeña investigación por su cuenta. Esto los lleva directamente hacia la tabla de piedra y al dueño del museo, que no es otro que el misterioso John Smith. 

Smith es por el momento el único miembro de un culto que está creando en torno a la tabla, que en realidad se trata de un ancestral dios del mal atlante. Las chicas desaparecidas han sido asesinadas para convertirlas en espectros a su servicio, avatares de su gran dios del mal que recorrerán el mundo esparciendo la lascivia y el pecado, y piensa hacer lo mismo con Dalilah. Y como el verdadero villano de la historia es una tabla de piedra en el fondo de un estanque, incapaz de moverse, y las mujeres espectro solo están activas por la noche, el obligado combate final previo a la destrucción de la tabla tendrá que ser entre Jacky y este único cultista. No es un final memorable, pero la tensión que el autor logra crear a lo largo del relato sí lo es. 

Una buena historia en general. Tiene un toque lovecrafniano por todo lo del dios ancestral de una ciudad sumergida, y que el villano sea una tabla de piedra consciente lo convierte en uno de los adversarios más originales que me he encontrado hasta ahora en los bolsilibros. También me llama la atención que tenga lugar en las Islas Canarias, siendo los escenarios más habituales de los bolsilibros terroríficos Inglaterra, Estados Unidos, y en menor medida Francia.

Puedes repasar los otros bolsilibros ya reseñados de este autor pulsando aquí.

El estanque. 1988. Ralph Barby [Rafael Barberán Domínguez]. Escalofríos de terror nº 25. Ediciones Olimpic S.L.

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