MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

miércoles, 21 de junio de 2023

TERROR EN LA “ALPHA-3000”

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Ayer nos hicimos una pequeña Bernatón, o maratón de bolsilibros de Berna ¡Seis de una sentada! Sí, es tan enfermizo como suena, pero había un astuto plan tras ello: en el tiempo que se tarda en leer un bolsilibro de cualquier otro autor, se leen tres de Berna, así que lo hicimos como una forma de generar unas cuantas reseñas rápidas para dejarlas en reserva. 

Esta es la que nos gustó más, porque fue como ver una película de los ochenta que imitara a La Cosa de John Carpenter con mucho menos presupuesto y muchísimo menos talento. Haced la prueba: tratad de visualizar lo que voy contando como una película cutre de esa época, con los decorados simplones llenos de lucecitas parpadeantes, los actores vestidos con monos de brillantes colores, y los efectos especiales de baratillo. 

La Alpha-3000 es una nave espacial que se halla en medio de un viaje de exploración, así en general. Aterrizan en los nuevos mundos que descubren a ver que se encuentran en ellos, toman nota y siguen hacia el siguiente. Toda la acción transcurre dentro de la nave, así que no os molestéis en imaginárosla por fuera salvo si es como una maqueta muy evidentemente montada sobre un fondo espacial. 

Nos presentan a los personajes por medio de una serie de conversaciones que mantienen entre ellos, en las que hablan de los grandes monstruos con los que han tenido que luchar en el pasado y lo cerca que han estado de morir montones de veces, pero no vemos esos monstruos ni aún en flashback. Están todos reunidos en la sala de mandos, pero aparte de hablar entre ellos no parecen estar haciendo nada, ni atendiendo a los controles siquiera. Todos son muy jóvenes y guapos hasta extremos poco realistas, como es habitual en Berna. El mayor de ellos es el doctor Lehemann, que con sus 45 años casi dobla la edad de la mayoría de los otros y ya está hablando de jubilarse. 

El comandante de la nave y protagonista de la historia es Jürgen Zindler, que en lugar de perder el tiempo hablando con su distraída tripulación, lo está pasando con la doctora Astrid Richter… ¡en la mesa-camilla de la enfermería! Una alarmante falta de profesionalidad por parte de ambos. Espero que al menos limpien la mesa antes del siguiente paciente 🤢

Por suerte, esta vez Berna no alarga mucho los prolegómenos. Zenon, uno de los reunidos en la sala de control, que hasta ese momento estaban todos muy felices contándose unos a otros anécdotas que todos habían vivido, se vuelve súbitamente loco y extremadamente violento. Es algo que ocurre sin apenas transición. De repente se agarra la cabeza unos segundos, se pone a gritar, y se lanza contra el resto a golpearles. A duras penas pueden reducirle entre todos, mientras Zenon, cual loco rabioso, reparte puñetazos y codazos en todas direcciones, e incluso llega a morder en el cuello a Inga, una de las chicas. Un par de voluntarios llevan al inconsciente Zenon y la malherida Inga a la enfermería, donde afortunadamente para todos (lectores incluidos) pillan al comandante y la doctora de pie y vestidos, y les informan de lo ocurrido. 

Zenon es desnudado para observarlo mejor y amarrado con correas a una mesa-camilla (¿será la misma que…?🤢) mientras que a Inga le curan el mordisco del cuello y la envían a descansar a su camarote. Cuando Zenon recobra la conciencia sigue tan rabioso como antes, aún más si cabe (aunque yo también lo estaría si me amarraran desnudo a esa mesa y la notara ya calentita🤮) así que lo sedan para examinarlo. Un análisis de sangre revela que hay una extraña forma de vida suplantando sus células, y todo apunta a que se infectó con ella en el último mundo en el que estuvieron. 

Naturalmente el siguiente paso es hacer un análisis de sangre a cada miembro de la tripulación por si hubiera algún otro infectado, pero este examen da negativo. Aun así, se extrema la vigilancia sobre Inga por haber sido mordida, aunque no presente síntomas. Se deja a un fornido muchachote con ella para cuidarla, y si conocéis la obra de Berna, ya sabéis como acaba esto. 

El chico cuida muy bien de ella, pero en plena noche Inga despierta tan rabiosa como Zenon, y como tiene a su cuidador a su lado y profundamente dormido, le da un tremendo mordisco en el cuello que le parte la yugular y lo hace desangrarse hasta morir en cuestión de segundos. A continuación, guiada por un extraño instinto, se dirige a la enfermería y se las apaña para liberar a Zenon. Cuando alguien logra dar la alarma, Zenon ya está libre y hay otros dos cadáveres más que lamentar, también con el cuello desgarrado a mordiscos. 

Ambos infectados son extremadamente violentos. Inga en particular parece incluso mucho más fuerte y resistente de lo que era Zenon, como si el organismo, al replicarse de un cuerpo a otro, tuviera cada vez un mayor control de este. Como si aprendiera a controlar mejor a sus huéspedes. Esta vez ambos deben ser reducidos a disparos con las clásicas pistolas láser reguladas a aturdir. 

Tras mucho cavilar, el doctor Lehemann y la doctora Astrid creen haber encontrado un antídoto que destruirá esas células mutantes que se están adueñando de los cuerpos de los infectados. Les inyectan el antídoto, pero este provoca una reacción inesperada. Los dos empiezan a mutar aceleradamente, y sus cuerpos crecen por encima de las correas de las camillas, hasta engullirlas y fundirse con ellas. Sus cuellos se alargan hasta que las cabezas tocan el suelo, y terminan por convertirse en una masa de tentáculos, del centro de la cual brota una nueva cabeza monstruosa. Como ya claramente son irrecuperables como humanos, Jürgen gradúa su arma a matar y acaba al fin con ambos. 

Entonces los cadáveres de los tres hombres a los que Zenon e Inga habían matado empiezan a mutar también. El organismo extraño parece igualmente capaz de mutar cadáveres frescos que seres vivos. Jürgen y uno de los hombres los asan con las pistolas láser, y luego los cinco cuerpos son incinerados. 

Tras esto la nave y lo que queda de la tripulación sigue con su viaje explorando mundos desconocidos, mientras Jürgen y Astrid se dedican a explorarse uno al otro. Al menos, dejan de mancillar la sagrada asepsia de la enfermería y limitan sus actividades a sus propios camarotes, que bastantes contagios raros hemos tenido ya.

No puedo asegurar que el autor se inspirara en The Thing (estrenada dos años antes) pero es la impresión que me da: nave espacial en lugar de base ártica (lugar cerrado y aislado en ambos casos), el examen de sangre, pistolas de rayos láser en lugar de lanzallamas, la explícita mutación de los infectados con cuellos que se alargan y todo eso… quien sabe. El caso es que es más entretenido y menos bochornoso que el promedio de Berna.

Y por variar un poco, vamos a daros la oportunidad de elegir cual será el próximo bolsilibro de temática futurista de Berna que comentaremos. Si los títulos no os dicen gran cosa, podéis guiaros por las portadas 🤭

Puedes deleitarte con otro libro de este autor pulsando aquí.

Terror en la "Alpha-3000". 1985. Josep Berna [José Luis Bernabeú] (texto) Espinosa (portada). Héroes del espacio nº 230. Ediciones Ceres S.A.

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