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miércoles, 27 de septiembre de 2023

EL CUERVO

EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                     ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                                       

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

Edgard Allan Poe está reconocido como uno de los grandes genios de la literatura de terror. Sus tenebrosos relatos han sido llevados a la pantalla muchas veces, pero casi siempre con la particularidad de tener que mezclar varios de ellos o incorporarlos como algo secundario a una trama principal inventada para la ocasión. Con las notables excepciones de La máscara de la Muerte Roja y La caída de la casa Usher,  las películas sobre la obra de Poe se construyen en torno a una historia "no de Poe" a la que se añaden elementos sueltos de sus relatos, o bien están compuestas varios cortometrajes independientes unos de otros. 

Esto se debe a que Poe solo escribía cuentos breves, que es difícil alargar para convertirlos en una película de duración normal. La única obra de Poe con extensión suficiente para ameritar un largometraje fidedigno y centrado totalmente en ella sería Las aventuras de Arthur Gordon Pim, de la que curiosamente no se ha hecho ninguna película que yo sepa.

Esta es una del tándem Bela Lugosi & Boris Karloff, de 1935. Toma elementos de El cuervo y de El foso y el péndulo, pero en esencia no está basada en ninguna obra de Poe. 

Lugosi interpreta al doctor Vollin, un cirujano retirado obsesionado con Edgard Allan Poe. En su aislada casona de las montañas ha recreado varias de las máquinas de tortura de sus relatos. Vive apartado del mundo, sumido en sus investigaciones y lecturas sobre Poe, hasta que una noche recibe una llamada telefónica para que se encargue de una delicada operación. Los mejores cirujanos han renunciado a intentarla siquiera, y todos le han nombrado a él como el único capaz de llevarla a cabo. 

A desgana, Vollin accede. La paciente resulta ser Jean, la joven y bella hija de un reputado juez, de la que Vollin se encapricha nada más verla. Tras la operación, Jean, que ya había sido desahuciada por la comunidad médica, no solo salva la vida sino que queda sin ninguna secuela. La atracción de Vollin por Jean es muy evidente para ésta y su padre. La gran diferencia de edad que hay entre ambos y el hecho de que Jean ya esté comprometida con otro hombre hacen todo el asunto más desagradable para la joven, hasta el punto que su padre, el mismo que no mucho antes suplicó a Vollin su ayuda, le suplica ahora que se olvide de Jean. 

Vollin finge acceder a las demandas del juez, y a modo de disculpa le invita a él, a su hija, el prometido de esta y otras dos parejas de amigos comunes a pasar una velada en su casona. Allí los invitados conocen a Bateman, el criado de Vollin. Bateman (interpretado por Bela Lugosi) es un criminal fugado que llegó hasta Vollin con la intención de que este le cambiara el rostro y que así no pudiera ser reconocido y detenido por la policía. Vollin accedió a esto, pero no del modo que Bateman esperaba. En lugar de dotarlo de otro rostro distinto pero común, lo convirtió en un monstruo con la mitad de la faz deforme y destrozada. 

Como condición para darle un aspecto realmente normal y anónimo, Vollin le exige a Bateman que le ayude a llevar a cabo su venganza contra el juez y su hija. El aspecto de Bateman es tan horrible que Jean no puede evitar lanzar un grito de terror cuando lo ve. Mas tarde se disculpa con él por su actitud, pensando que no es más que un pobre hombre que tuvo la desgracia de perder su rostro en la guerra.

La intención de Vollin es acabar con sus invitados usando las torturas descritas en El foso y el péndulo. El juez es condenado a morir cortado en dos por el péndulo, mientras Jean y su prometido son encerrados en una habitación cuyas paredes se irán juntando hasta aplastarlos. 

El gesto de delicadeza que Jean tuvo con Bateman al disculparse con él, que ningún otro de los invitados compartió, cambia algo en el interior del hombre acostumbrado a ser tratado siempre con desprecio y rudeza. Aunque estaba decidido a ayudar a Vollin en sus planes para obtener un nuevo rostro, lo traiciona en un momento clave para salvarle la vida a Jean aún a costa de la suya. Esto da al traste con los planes de Vollin, que muere atrapado en uno de sus propios instrumentos de tortura. 

Lo mejor son las interpretaciones de esos dos genios de la pantalla grande que fueron Carloff y Lugosi. El primero, en el papel del brutal y estúpido Bateman que al final de una vida de crímenes se redime en parte de ellos, transformado por la mera amabilidad de una desconocida, es magistral. Y Lugosi borda su caracterización de genio endiosado y megalómano, que se cree con derecho a tomar aquellas vidas que no sirven a sus fines. El contraste entre ambos criminales, uno crudo y directo con el otro refinado e irónico, llena la película. 

Y además tenemos algunos detalles como el de la imagen de abajo, que corresponde al momento en el que el juez pide su ayuda a Vollin. 

El ángulo de cámara e iluminación están escogidos de forma que vemos al juez y a Vollin conversando, pero las sombras que se proyectan en la pared son las del juez y las de un cuervo disecado que Vollin tiene en su despacho. Esto sugiere un paralelismo entre Vollin y esta ave astuta y siniestra que en muchas culturas es presagio de muerte. Magnifica es también la escena en la que Bateman, al ver por primera vez el medio rostro que Vollin le ha deformado, corre frenéticamente de uno a otro de los varios espejos que hay en la sala, como buscando uno que le muestre un rostro aceptable. 

Como anécdota personal, vi esta película con unos seis o siete años. No debí enterarme mucho en aquel momento 😓 porque pensaba que los personajes de Vollin y Bateman eran respectivamente Drácula y Frankenstein, y veía raro que Vollin no se convirtiera en murciélago y no mordiera a nadie, y que Bateman muriera de la forma en que lo hace  

Y como curiosidad de la propia película, cuando al final se nos indican los nombres de los actores y actrices (cosa que ya se había hecho al inicio) un cartelito justifica esto indicando “Un buen casting merece ser repetido”. 

The Raven. 1935. David Boehm (guion) Lew Landers (dirección). Boris Karloff, Bela Lugosi, Samuel S. Hinds (actores principales) Irene Ware (actriz principal). Universal Pictures. Editada en DVD en 2007 por Suevia Films.

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