EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ! ¡¡¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!!!
Presentado por... Pecky.
¡Saludos, amigos cinéfagos!
Urotsukidoji fue un manga creado en 1987 por Toshio Maeda. En su momento supuso una revolución por dos motivos, principalmente: por un lado presentaba una trama compleja que combinaba elementos de acción, romance, tragedia, gore y sexo tan explicito que entraba en el campo de la pornografía.
Por otro, creó un nuevo subgénero dentro del hentai (los comics y dibujos animados japoneses de corte erótico/pornográfico); el tentacle. A partir de Urotsukidoji, los mangas y animes en los que monstruos de todo tipo empleaban enormes tentáculos en lugar (o además) de sus penes para mantener relaciones sexuales se multiplicaron, y actualmente el tentacle sigue siendo uno de los subgéneros hentai más populares.
Urotsukidoji está plagada de escenas de sexo raro, y el 90% de ellas son violaciones extremadamente brutales. Lo digo como aviso por si alguien que desconozca esta película se interesa por ella y trata de verla ahora. Pero también es justo hacer notar que estas escenas no son del todo gratuitas. Hay una razón de ser detrás de ellas que las hace indisociables de la trama. E incluso si se suprimieran, si de algún modo todas las escenas de sexo se eliminaran del metraje de forma que este fuera coherente a pesar de los recortes, nos seguiría quedando una historia magnifica, épica y trágica como muy pocas. La película es de 1989, y como no he leído el manga, todo el comentario se ceñirá a la versión animada, ignorando las diferencias que pueda tener respecto a la versión original en papel.
La historia nos cuenta que tres reinos o mundos paralelos coexisten en nuestra realidad. Estos son el de los Ningenkai (humanos), los Jyujinkai (bestias) y los Makai (demonios). Los tres reinos están incompletos y son por tanto imperfectos, estando sus habitantes expuestos al sufrimiento y las penalidades. Una leyenda cuenta que cada 3000 años una criatura suprema, El Chojin, trata de manifestarse físicamente en el plano de los humanos. De lograrlo alguna vez, unificará los tres reinos creando un solo plano de existencia llamado El Reino de la Eternidad, que será perfecto, donde humanos, bestias y demonios cohabitarán juntos en una felicidad perpetua.
Los humanos, de vidas muy cortas, han olvidado esta leyenda y desconocen la existencia de los otros dos reinos. Los Jyujinkai (que son básicamente humanos con rasgos animales y un gran dominio de su energía interna) creen que la leyenda es cierta, y esperan con ansia la aparición del Chojin que traerá ese mundo perfecto.
Los demoníacos Makai, en cambio, están convencidos que El Chojin es una fuerza destructora que no unirá los tres reinos, sino que los aniquilará, y su aparición debe ser evitada a toda costa.
Como todas las leyendas, esta también es imprecisa y la fecha exacta de la siguiente aparición del Chojin no está clara. Trescientos años antes del inicio de la historia, Amano Yaju, del reino de los Jyujinkai, se trasladó al mundo de los humanos, creyendo que el momento se acercaba, y ha permanecido allí desde entonces. La misión de Amano es detectar cuanto antes al humano que está predestinado a transformarse en El Chojin para guiarlo y protegerlo hasta que esta transformación se produzca, pues los Makai también han enviado a la Tierra a varios demonios para matarlo. Amano es un paria entre los suyos, que consideran que no se debe tratar de influir en la aparición del Chojin ni en un sentido ni en el otro.
En la actualidad, la investigación de Amano ha reducido los posibles candidatos a ser El Chojin a dos de los estudiantes de un instituto de Osaka (Japón). El que tiene la mayoría de las papeletas es Ozaki, un carismático atleta que trae locas a todas las chicas. El otro es justo lo contrario, Nagumo, el payaso de la clase al quien nadie toma en serio. Ambos “huelen” a Chojin, a pesar que Nagumo no tiene ninguna de las características físicas y mentales asociadas a este, como sí ocurre con Ozaki.
A Amano se le unen su hermana Megumi y una pequeña criatura llamada Kuroko, nativa también del reino de los Jyujinkai. Megumi está cansada de que su hermano pierda el tiempo buscando al Chojin, puesto que nada garantiza siquiera que la leyenda sea cierta, y ha viajado al reino de los humanos para convencer a su hermano que regrese con ella al reino de las bestias.
Sin embargo, una vez en el reino humano ella también empieza a ver evidencias de la posible presencia del Chojin. Al contrario que su hermano, que cree que el Chojin será Ozaki, a Megumi su instinto le dice que el ser supremo se manifestará en el tímido y torpe Nagumo.
Los Makai, siguiendo también el rastro del Chojin, se han infiltrado en el instituto. Los Makai parecen obtener sus enormes poderes del sexo, y estos poderes son mayores si además de violarlas, matan a las hembras humanas y Jyujinkai en el proceso, drenando toda su energía hasta destruirlas.
Uno de ellos se esconde bajo la identidad de una de las profesoras, y viola a Akemi, una de las estudiantes. Akemi es precisamente la chica que le gusta Nagumo. Es Amano quien destruye al demonio y salva a Akemi, pero a partir de ese momento un fuerte instinto protector se despierta en Nagumo, y él y Akemi comienzan una extraña y desesperada relación de dependencia emocional mutua.
Las acciones de los Makai, que tratan de identificar al proto-Chojin para destruirlo antes de que este alcance su verdadero poder, provocan la muerte de muchos ciudadanos. Esto incluye a varios de los estudiantes, entre ellos Ozaki. Éste había entrado en contacto con una gota de sangre de Nagumo y desarrolla brevemente características de Chojin, pero su genética no es capaz de asimilar los cambios y su cuerpo se consume. Uno de los Makai transforma a otro estudiante llamado Nikki en un semidemonio para forzar al verdadero Chojin a manifestarse. Todo esto solo sirve a Amano para convencerse de que Nagumo es el Chojin, y para que Nagumo y Akemi establezcan algo parecido a una relación formal basada en el verdadero amor. Porque sí, puede que a primera vista no lo parezca, pero Urotsukidoji es básicamente (al igual que la ya comentada Ninja Scroll) una historia de amor.
Amano regresa al reino de los Jyunjinkai para informar a su anciano gobernante que ha encontrado al Chojin, y este emplea las pocas fuerzas que le quedan para darle una visión del futuro. En esta visión, Amano contempla un mundo devastado donde humanos, bestias y demonios conviven, sí, pero no en armonía sino en un caos violento y repugnante. Entre las ruinas del mundo, el Chojin ya en la cima de su poder se manifiesta como una criatura gigantesca que desata continuamente su furia sobre todo lo que tiene a su alcance, esparciendo la destrucción de forma aleatoria, matando por igual a los seres de los tres reinos.
En este apocalíptico mundo de ruinas, muerte y miseria, solo un edificio permanece intacto: el Castillo de Osaka. Una barrera de luz lo envuelve protegiéndolo tanto de la furia del Chojin como de los desesperados humanos y monstruos que intentan entrar en él para ponerse a salvo. En su visión, Amano trata igualmente de entrar en el castillo para averiguar por qué este lugar está protegido, qué guarda en su interior, pero la barrera le rechaza también a él. Es una barrera impuesta por el propio Chojin para evitar destruir accidentalmente el castillo en uno de sus descontrolados ataques de furia aniquiladora.
Finalizada la visión, que le cuesta la vida al debilitado anciano de los Jyunjinkai, Amano regresa al mundo de los humanos tratando de entender como encaja eso en la leyenda que prometía un mundo feliz y perfecto.
En su ausencia, el Chojin se ha manifestado al fin. Nagumo se transforma al hacerle el amor a Akemi, adoptando su forma definitiva: una criatura de cientos de metros de altura que no es otra cosa que una imparable máquina de destrucción. La interpretación correcta de la leyenda resulta ser la de los Makai: el Chojin llegará para crear un nuevo reino perfecto, pero no para todos, sino para sí mismo. No unificando los tres reinos anteriores, sino aniquilándolos por completo y creando su propia realidad desde cero.
El reino de los Makai y los Jyunjinkai son atraídos al de los humanos y se funden con este, junto con sus habitantes. Inmediatamente, los demonios se lanzan a violar a todas las humanas que pueden para aumentar sus poderes, sabiendo lo que les espera y a quien deberán enfrentarse.
Pero contra el poder del Chojin, todo es inútil. Destruye demonios, bestias y humanos por docenas con cada uno de los ataques aleatorios que descarga sobre la ciudad. Para complicar aun más las cosas, uno de los más poderosos Makai, un dios de los mares, aparece para enfrentarse al Chojin en una especie de batalla de kaijus, que multiplica la destrucción y las muertes a su alrededor. Aunque el dios del mar provoca graves daños al Chojin, es finalmente derrotado por él.
Moribundo, el dios del mar Makai revela a Amano que los tres reinos ya no podrán separarse nunca más, pero es posible estabilizar la situación antes de la gran destrucción final si se mata al Chojin. El proceso de la creación del nuevo mundo no será algo inmediato, sino que tardará siglos en completarse. Si el Chojin es eliminado antes que el nuevo reino llegue, todo el proceso se estancará. Un mundo postapocalíptico es mejor que ninguno, por lo que Amano trata de aprovechar que el Chojin está debilitado por su combate contra el dios Makai para atacarle.
Incluso debilitado, el Chojin es imbatible para el nivel de poder de Amano. Este es derrotado con facilidad, pero el Chojin no le mata, sino que le revela la verdad. Nagumo, o la gigantesca criatura en la que este se ha transformado, no es el Chojin. Es solo una pieza del engranaje necesario para hacerlo nacer, al igual que Akemi. El Chojin es el hijo de ambos. Akemi está embarazada de Nagumo, y es su cuerpo, sumido en un trance estático, lo que protege el muro de energía del Castillo de Osaka. En el interior del castillo y en el interior de Akemi, el Chojin, ya plenamente consciente de su existencia, aguarda los cientos de años de gestación que le permitirán nacer físicamente. Tanto Nagumo como Akemi son dos victimas más del Chojin, que los controla como marionetas. En el fondo de sus mentes parece quedar todavía un pequeño fragmento de sus personalidades anteriores, que tratan de oponerse al control del Chojin sobre ellos.
El Chojin es muy ambiguo. Parece ser benigno y maligno de forma alternativa, como si él mismo tuviera dos personalidades tratando de imponerse una a la otra. El Chojin le dice a Amano que el mundo que ha de crear será tan perfecto que justificará la destrucción de los tres reinos y de todos sus habitantes.
Viendo que con sus acciones ha contribuido a la aparición del Chojin, pues ha protegido a Nagumo y Akemi de los Makai que intentaban matarlos, Amano se promete a si mismo que sobrevivirá a ese apocalipsis. Que sobrevivirá a esos siglos de caos e incluso a la destrucción final de los antiguos reinos para comprobar si las palabras del Chojin son ciertas. Y la película termina así, con Nagumo transformado a su pesar en un imparable avatar de la destrucción, Akemi en un coma mágico gestando al ser supremo que ha de renovar el concepto mismo de la existencia, y Amano y su hermana, cubiertos de heridas, tratando de sobrevivir entre las ruinas de un mundo devastado en el que ya no hay vuelta atrás posible.
A esta película seguirían varias más, pero ninguna llega a la altura de la primera. La otra que tenemos, titulada La Matriz del Demonio, es una historia paralela a la primera que tiene lugar en el mundo pre-Chojin. El resto tienen lugar en el devastado mundo post-Chojin, y se centran en las guerras entre distintas facciones de humanos, bestias y demonios (y los híbridos aparecidos por la unión de unos y otros) que se han adaptado a esa nueva existencia. Las facciones luchan entre ellas, algunas han creado un culto en torno al Chojin y le adoran como un dios, otras buscan la forma de destruirlo, y la mayoría solo se preocupan por sobrevivir al resto de bandas y los ataques aleatorios del Nagumo transformado.
Personalmente considero esta primera película una obra de arte. El concepto base y la combinación de géneros me parece muy acertado y bien llevado, y algo a lo que se le podría sacar mucho partido. El gran problema que tuvo es que dejó el listón tan alto que ninguna de sus continuaciones logró superarlo o ni tan solo llegar hasta igualarlo, y la gente perdió rápidamente el interés por la saga. Pero la influencia que tuvo en el anime es indiscutible, y no me refiero solo al hentai. Fijaos en esta última imagen, por ejemplo.
Corresponde al momento en el que los tres reinos se unen y un grupo de Jyujinkai flotan sobre la ciudad de Osaka contemplando al Nagumo transformado (que ellos creen que es el verdadero Chojin), planteándose si atacarle o no. Es una escena que parece sacada de Dragon Ball. Me refiero al concepto del guerrero volando en medio de la destrucción, con los cabellos rubios y de punta, como solemos ver a Goku a partir de la Saga de los Saijayin). La etapa de Dragon Ball correspondiente a la Saga de los Saijayin se inició en 1988 y su versión en anime (conocida como Dragon Ball Z) en 1989, mientras que la versión en manga de Urotsukidoji se terminó de publicar en 1987, y ese mismo año se emitieron los tres ovas (cortometrajes) a partir de los cuales se hizo la película.
Y no quiero con esto desmerecer para nada a Dragon Ball Z, que me encanta y me ha hecho pasar por un montón de buenos y emocionantes momentos. Solo quiero hacer notar hasta que punto Urotsukidoji podría haber influido en otras obras mucho más conocidas. Teniendo en cuenta la imagen y las fechas, que cada uno saque sus propias conclusiones, porque yo ya tengo las mías.
Puedes ver reseñada la segunda parte de esta saga pulsando aquí, u otra película de animación sin relación con esta pulsando aquí.
Chojin Densetsu Urotsukidoji. 1987. Toshio Maeda (historia original) Noboru Aikawa (guion) Hideki Takayama, Shigenori Kageyama (dirección). Editado en VHS en 1989 por Manga Films.
Es una película impactante desde el minuto 1, con la voz del narrador y la secuencia de las hogueras en el Infierno. La escena de los Jyujinkai lanzándose a la batalla final era buenisima,. Esa cinta de vídeo del mangamania que buenas colecciones sacaban antes.
ResponderEliminarPues sí. La verdad es que, con la cantidad inmensa de anime que había, lo que nos trajeron en los primeros años del manga y el anime en España fue de lo mejor de su época: Akira, Ninja Scroll, Urotsukidoji, El Puño de la Estrella del Norte, Roujin Z, El Tecnopolicía... fue una buena época para ser un friki 😁
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