EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, pasapáginas compulsivos.
Hoy, una de nuestras espías ubicada en la Tierra nos ha informado que se celebra el Día internacional de los humedales, del cual no estábamos al tanto. Los humedales incluyen pantanos, marismas, ciénagas, turberas, manglares y cualquier otra zona de tierras bajas que, por filtraciones de agua o por inundaciones periódicas, tengan condiciones de bioma equivalentes a los anteriores. Los pantanos y similares suelen tener mala fama por su tendencia a ser apestosos focos de enfermedades, nidos de alimañas, criaderos de mosquitos, incultivables e inurbanizables terrenos movedizos plagados de serpientes, cocodrilos y ese tipo de cosas…😅 Pero también concentran cerca del 40% de la biodiversidad del planeta a pesar de la minúscula extensión total que cubren. Mezclan características de entornos terrestres y acuáticos, son puntos clave de las migraciones de muchas especies de aves, y son tan importantes para el conjunto de la Tierra como cualquier otro ecosistema. Y a qué negarlo… ¡son un excelente escenario para aventuras!
Inmediatamente hemos dado un rápido repaso a nuestra colección en busca de algo adecuado para hacerlo coincidir con esta fecha, y hemos encontrado esto; uno de los librojuegos de la serie En busca de tus Pesadillas aún sin comentar, que transcurre en su mayor parte en un pantano.
El planteamiento inicial recuerda hasta cierto punto a Los Goonies. Interpretamos a un niño que, junto a sus padres, se ha trasladado a una nueva casa después que estos se vieran obligados a vender la suya por problemas económicos. Nuestra nueva casa es una pequeña y ruinosa chabola cerca de un pantano, que es lo mejor que nuestros padres se han podido permitir. Cuando un chaval de la zona, Zeke, nos habla de las leyendas locales sobre que el pantano oculta un viejo tesoro, la idea de encontrarlo para recuperar nuestro antiguo hogar se nos viene a la mente.
La leyenda habla también de que el pantano está maldito desde que una joven llamada Annabelle murió en él, y su fantasma aún vaga por el lugar. Rebuscando en el sótano de nuestra nueva casa encontramos dos objetos, un diario y un catalejo. El primero de ellos que investiguemos determinará todo lo que ocurra a continuación, porque aquí nos encontramos con dos historias completamente diferentes.
Si leemos el diario, este resulta ser el que escribió Annabelle doscientos años atrás. Por él nos enteramos que salió de casa a escondidas por un antiguo túnel de contrabandistas que había en el sótano. Quería ir a un baile local para encontrarse con Hubert, el chico que le gustaba, y enseñarle su nuevo vestido. Ya no se supo nada más de ella. Esto nos lleva a investigar cual pudiera ser su destino, descendiendo junto con Zeke por el túnel, que desemboca en el actual sistema de alcantarillado. El fantasma de Annabelle no es el único que habita el lugar. Nos encontraremos también con un extraño personaje que afirma haberse perdido en las cloacas hace veinte años y estar todavía buscando la salida. Y el propio Zeke nos revelará ser un fantasma, de hecho, el hermano de Annabelle. La noche que ésta se escapó de casa la siguió para gastarle una broma, desmontando el picaporte de una de las puertas por las que debía volver para que no pudiera hacerlo a tiempo y se llevara una bronca de sus padres. Desgraciadamente Zeke perdió el picaporte y ninguno de los dos consiguió volver a casa, ni esa noche ni ninguna otra. No vivos, al menos. Tanto Zeke como Annabelle son fantasmas, que llevan desde entonces esperando a que alguien encuentre el picaporte, que se ha convertido en la simbólica llave de su libertad. Es posible que nos topemos incluso con el fantasma de Hubert, que tras la desaparición de Annabelle murió de pena, esperándola, y a día de hoy aún la espera. Si ayudamos a estos fantasmas a transcender al Mas Allá nos recompensarán con el tesoro que los contrabandistas ocultaron en los subterráneos. Si no… siempre podemos volver a empezar y probar con otras opciones.
Si nos decantamos por el catalejo, a través de su lente podremos ver puertas secretas y textos ocultos a la vista normal que terminarán por conducirnos, si sobrevivimos al viaje, hasta el Annabelle. Este fue un barco-casino que se hundió en la zona doscientos años atrás cuando el pantano era un ancho y caudaloso rio navegable. Zeke resultará ser en esta otra historia el vigía que estaba de guardia en el momento en el que el Annabelle chocó contra unas rocas y se hundió junto con todos sus pasajeros, tripulantes… y sus grandes fortunas en lingotes y dólares de oro. De nuevo, si conseguimos reconciliar al fantasma de Zeke con los de los otros fallecidos en el naufragio, nos permitirán abandonar el barco y el pantano con nuestra vida y el oro que podamos cargar. En caso contrario… bueno, un fantasma más no desentonará entre tanto que hay ya en el lugar. Aparte de esto tenemos cocodrilos, una planta carnívora gigante, un buscador de tesoros que no dudará en matarnos o dejarnos morir para quitarnos el catalejo, un loco eremita que ha convertido el pantano en su hogar… el viaje no se nos hará aburrido, eso seguro.
En ambos caminos nos encontraremos con enigmas y acertijos a resolver. No muchos ni tampoco muy difíciles, pero siempre bienvenidos por romper con la dinámica de no hacer nada más que tomar decisiones.
El librojuego es considerablemente difícil. En diecinueve de los veintiséis finales morimos atrapados en los subterráneos o ahogados en el pantano, nos devora un cocodrilo, planta carnívora o necrófago, o alguna horripilación similar. En algunos de estos casos, nos convertimos en fantasmas y quedamos atados a un lugar concreto, condenados a una eternidad de aburrimiento.
Hay cuatro en los que conseguimos una victoria parcial. Logramos hacernos con el tesoro pero no liberar de su pesadillesca existencia a los fantasmas, o al revés. O tan solo regresamos vivos a casa, que no es poco.
Y únicamente en los tres restantes logramos traer la paz a los atormentados fantasmas y además conseguimos el tesoro o una parte de este. Probablemente necesitaremos bastantes intentos para llegar a uno de estos finales, pero esa es la idea de los librojuegos… darte motivos para releerlos una y otra vez.
Puedes repasar otras obras de este autor (y de algunos de sus imitadores) pulsando aquí.
Lost in the Stinkeye Swamp. 1997. R.L.Stine. En busca de tus pesadillas nº 24. Publicado en 2002 por Ediciones B / Grupo Z.
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